El artículo de hoy versa sobre la racionalidad del mercado ante noticias potencialmente devastadoras para los mercados de acciones. Tras el terremoto y posterior tsunami en Japón, el mercado de acciones nipón se desplomó un 16% en las dos jornadas posteriores. Un mes y medio después, el Nikkei 225 se encuentra tan solo un 4% por debajo de los niveles anteriores a la catástrofe. Imagínese un desastre natural tan grande que el daño iguale el 15% el PIB de un país. Los analistas de Elliott Wave, una de las firmas mundiales de referencia en el análisis de ondas de Elliott, se preguntan si este sería un acontecimiento tan importante que pudiera afectar al principal índice de acciones principales de ese país. Mucha gente diría que sí, y esperarían que el índice de acciones se desplomara.
Este no es un escenario hipotético: La historia reciente incluye estos eventos, así que sabemos la dirección que tomaron los mercados después de producirse una catástrofe. Ahora, Elliott Wave nos propone un reto. En el gráfico número 1 se muestra el histórico de 20 años de un índice bursátil. Trate de identificar el momento aproximado en el sucedió un evento enormemente destructivo tanto en costes como en vida.
¿Crees que el desastre ocurrió en torno a mediados de los 90? ¿O tal vez alrededor del techo de 2007? Estas serían las respuestas racionales si los acontecimientos realmente influyeran en las tendencias de los mercados de valores. La Perspectiva de Mercado Global de abril de The Elliott Wave comentaba:
“El 27 de febrero de 2010, el sexto terremoto más grande registrado nunca por sismógrafo golpeó Chile… el daño económico relativo al desastre era uno del más costosos de la historia de mundo contemporáneo. Pero… la bolsa de Chile cayó solo un 3% durante las tres jornadas posteriores y después se recompuso de las pérdidas en a los siete días. El efecto sobre el mercado en el largo plazo fue casi imperceptible. ¿Le parece racional?”.
En el gráfico 2 podemos observar mediante una etiqueta el momento exacto en el que se produjo el terremoto de Chile. Como puede ver, el Índice General de Chile continuó desarrollando un desplazamiento lateral unos meses después del terremoto, para después experimentar un rally que finalizó un año después con una corrección.
Por lo tanto: Si los acontecimientos externos dirigen a los mercados, la conclusión racional es que las noticias devastadoras son alcistas para las bolsas. (Por cierto, los precios de las acciones también subieron tras el terremoto de septiembre 2010 que afectó a Christchurch, Nueva Zelanda).
“Pero, desde luego, los eventos externos no dirigen al mercado. La verdad es que el comportamiento de los inversores no es racional. De hecho, las endógenas (o internamente reguladas) pautas de los mercados de valores son la clave para los precios futuros. Los mercados no se rigen por la racionalidad, sino por la psicología colectiva”, concluye The Elliott Wave.
http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/pueden_las_noticias_devastadoras_ser_buenas_para_las_acciones
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