"Nos hemos contagiado los unos a los otros. Los analistas, presa del efecto manada, intentamos corregir los grandes fallos del pasado, principalmente los de los últimos tres años. Ya sabes, apostar por una fuerte recuperación económica al principio del ejercicio y correr con el rabo entre las piernas en pleno verano, al comprobar que los resultados económicos esperados eran más débiles, que los que habíamos proyectado. Luego vino la crisis bancaria en Italia, en Alemania. También, el Brexit y, finalmente, la victoria electoral de Donald Trump. Sorpresas y más sorpresas. O mejor, no hemos dado ni una en el clavo. Por eso, la mayor parte de este gremio ha decido dar un giro de 180 grados y pintar de negro todo ¡Por si acaso! En este arranque de 20167 hay una mezcla de optimismo, primero, y miedo, pánico y acojonamiento general, ahora. Ni una orden. Los analistas estamos corrigiendo el tiro antes de disparar ¿Macabro, no? Sí, corregimos el tiro según sople el viento. Así, vuelven a caer chuzos de punta sobre la Bolsa española. A medida que los valores se hunde más, mayor es el cúmulo de recomendaciones de venta y de revisión a la baja, claro, de precios objetivo. Y si suben y superan objetivo, como sucedió en enero, corregimos el tiro al revés y lo que dijimos que valía 1 pero cotiza a 2 decimos que vale 1,5. Hay, en cualquier caso, una fuerte presión bajista, que subyace. Hay unos 7.000 millones de euros en posiciones cortas. De ahí la presión de unos y otros, a la baja..."
"Febrero amaneció loco, por eso es febrerillo el loco, unas veces por mucho y otras, por poco. La mayor parte de los actores bursátiles repasan estrategias con las que afrontar el año. Una de las reflexiones de moda es el desencuentro entre todos, fenómeno que se repite hasta el hartazgo en los últimos cien años. No se trata de poner en la picota a los especialistas, pero sí recordar que el exceso verbal nos condena a todos, a unos más que a otros, más a los que están obligados a dirigirse a la parroquia todos los días, que a los que divulgan sus ideas de manera pausada, con espacios prolongados en silencio, sin decir nada. Lo peor en esta disciplina es tratar de poner puertas al campo, de acotar los precios de las acciones, bien por asuntos fundamentales, bien por criterios técnicos o chartistas. La moda de los precios objetivo, en definitiva, murió hace tiempo, porque los expertos van con la lengua fuera. El burro y la zanahoria. En épocas de turbulencias, como las actuales, el desajuste es mayor. Por eso, en nuestra gestora recomendamos calma. Ver y esperar. Por fortuna, los analistas fallan más que las escopetas de feria: han hundido los precios objetivo de la Bolsa española de tal manera, que en muchos casos es imposible, técnica y fundamentalmente, que eso vaya a ser asi..."
"El repaso de precios objetivo desconcierta a todos, porque los mercados desarrollan sus movimientos a velocidad de vértigo. El factor psicológico, el estado de ánimo de los inversores, copiarse los unos a los otros, el contagio, no han encontrado la pócima milagrosa que los inhiba. Además, los mercados no cierran sus puertas en momento alguno, ni siquiera los festivos. La globalización alcanzó hace mucho tiempo a la intermediación. Los valores líderes cotizan en las principales Bolsas del mundo y favorecen el arbitraje, que es una manera de distorsionar los precios. Por eso, las estrategias duran poco, apenas superan las veinticuatro horas..."
"Dicen los viejos observadores que los precios objetivo nacen y mueren el mismo día de su publicación. Los valores sujetos a este fenómeno ya han intuido antes lo que se les venía encima, para bien o para mal. Es decir, hay apremio e intuición, porque las murallas chinas cayeron hace tiempo, como las de Jericó al ruido de las trompetas. El día de su divulgación aún desarrollan un recorrido cierto, tangible, pero es el último..."
"Una encuesta que realizó Barron's entre diez prestigiosos analistas, respecto a sus estimaciones 2016 para el mercado de valores, reflejó, en promedio, una subida del 10%, porcentaje similar al que preveían en los últimos años. Un estudio realizado por Morgan Hosuel, recogió la previsión promedio desde 2000 de los principales 22 jefes de estrategia de mercado (los de Goldman Sachs, Morgan Stanley, BoAF...) sobre cuál sería la ganancia del S&P 500 al año siguiente. Esta previsión se compara con el resultado final. Dos consideraciones: - A pesar de que en estos últimos 15 años hemos pasado por algunas de las crisis financieras más importantes de la historia, en ningún ejercicio estos analistas esperaban una rentabilidad anual negativa para el S&P 500. El mercado tuvo rendimiento negativo en cuatro ocasiones.- En los años de rendimiento positivo el mercado evolucionó generalmente mejor que lo previsto. La conclusión que sacamos es que los analistas ajustan sus previsiones a la rentabilidad media histórica de las bolsas, independientemente de las circunstancias particulares de cada año..."
(De la conversación mantenida con el analista jefe de un importante banco de inversiones)
twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero
Moisés Romero
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