Hace unos días recibí un mail:“El otro día leí una noticia en un diario español cuyo titular era el siguiente:‘La clase media latinoamericana será tan grande como la europea en 2030’
Yo vivo en Brasil, y no veo cómo lo que dice el titular pueda ocurrir en este país. Solo faltan 14 años para el 2030.
Para empezar, este año el PIB caerá el 3% y está previsto que el año próximo lo haga en 1’8%. Aunque ya sabemos cómo ocurre con las previsiones, unos pocos meses después siempre son peores de lo que se habían anunciado.
Octubre de 2015 ha sido el 2º mes en el que cae el precio de la vivienda, y según el siguiente artículo (en portugués), en 2016 los precios volverán a ser los de 2011. Podemos imaginar lo que les espera, teniendo en cuenta lo que ha ocurrido en España, y esto no se arregla en tres días. http://exame.abril.com.br/seu-dinheiro/noticias/preco-dos-imoveis-sobe-1-em-2015-e-cai-em-2016-diz-fipezap
La inflación este año será del 10% y el año próximo sera del 7%. A mi mujer, que es profesora del estado, le dijeron que este año no les ajustarían el salario a la inflación, aunque parece que sí que lo harán finalmente, pero no todo lo que debería ser. Por lo tanto, este colectivo se empobrecerá, y supongo que a los otros colectivos les pasará lo mismo.
La deuda del país es cada vez mayor, y si la Fed sube los intereses, como se está publicando últimamente, la deuda crecerá todavía más.
Y para terminar, todas las noticias nos hablan de una pérdida de puestos de trabajo y disminución de los salarios como consecuencia de los avances tecnológicos.
Con todas estas reflexiones me pregunto cómo América Latina puede conseguir una clase media como la de Europa. Si en los primeros 15 años de este siglo en que ha crecido a cifras muy altas no lo ha conseguido, ¿cómo lo hará en una situación de estancamiento económico o de crecimiento bajo? A no ser que lo consiga porque la clase media de Europa siga empeorando hasta situarse en las cifras de la clase media de Latinoamérica, lo que me parecería una broma pesada.
¿Usted qué opina?”
Mi respuesta:
“El quid de la cuestión es saber qué se entenderá en el 2030 por ‘Clase Media’, en Latinoamérica y en Europa. Hoy la ‘clase media europea’ es una figura retórica porque poco tiene que ver la española con la danesa o la portuguesa con la alemana; más aún, en Italia, muy poco tiene en común un miembro de la clase media de la región de Apulia con uno de la de Lombardía. En consecuencia, hablar de clase media latinoamericana … Pero hay más.
Aunque en los años veinte existía una clase media en Inglaterra, muy minoritaria, el concepto de clase media nace en Europa tras la II Guerra Mundial y nace asociado a tres elementos: el pleno empleo del factor trabajo, la puesta en marcha del modelo de protección social, y la existencia de un sistema de libertades civiles representado por la existencia sin restricción de partidos políticos y de sindicatos obreros. Y todo ello debido a una necesidad: crear un colchón entre la clase alta –que seguía siendo la de toda la vida– y una clase baja que, eso se buscaba, fuese lo menor posible; un colchón que diluyese las tensiones que propaganda inconveniente pudiera generar en el entorno de Guerra Fría en el que el planeta se hallaba inmerso.
Esa clase media se fue expandiendo por Europa, Canadá y Japón; en USA apareció una figura rara ya que allí el modelo de protección social fue siempre por detrás del europeo y nunca las políticas redistributivas alcanzaron la dimensión de las europeas, pero también puede hablarse de una clase media USA. Luego, en Buenos Aires, Montevideo, La Habana antes de la Revolución, Bahía, Santiago y en alguna otra ciudad latinoamericana pueden identificarse núcleos de personas equiparables a la clase media europea, pero en ningún país latinoamericano puede hablarse de la existencia de una clase media como tal: en Brasil, la distribución de la renta a principios de los 2000 era prácticamente la misma que la existente en los años 30. (Le sugiero que lea el capítulo sobre Latinoamérica de la edición argentina de mi libro “El Crash del 2010”).
Ahora demos un salto en el tiempo y situémonos en el 2030. En ese año la mayoría de lo que hoy conocemos por ‘modelo de protección social’ pienso que habrá desaparecido en Europa porque ya no será necesario: no habrá que calmar a ninguna clase obrera reivindicativa y no será financieramente sostenible: las bases sobre las que se recauda habrán caído como consecuencia de un creciente desempleo estructural y de un subempleo subremunerado. En el 2030 puede admitirse que la renta básica estará totalmente implementada en Europa (también en Canadá, Japón, y USA, Corea y Singapur aunque de forma limitada. Bien, en ese escenario, ¿de qué clase media `puede hablarse? Pienso que de ninguna o de algo muy, muy estrecho entre una élite y una mayoría superviviente. (Si me suele leer con regularidad en La Carta de la Bolsa ya conocerá mis argumentos en relación a la Sociedad 1/3).
Latinoamérica se halla hoy lejísimos de un entorno en el que pueda decirse que existe algo perecido a la actual clase media europea, pero además, Latinoamérica, en lo fundamental, continúa teniendo una estructura económica muy parecida a la que tenía a mediados del siglo XX: la totalidad de los países latinoamericanos tienen una economía mayoritariamente de monoproducto o de biproducto constituidos por commodities, que se mueven en unos mercados que los productores no controlan. Pienso que esa situación difícilmente va a cambiar en las próximas décadas.
Es decir, lo que pienso que va a suceder es que en Europa la clase media va a tender a la desaparición, y en Latinoamérica no va a tener posibilidad de eclosionar”
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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