Tras la falta de acuerdo para recortar las cuotas de producción en la última reunión de la OPEP, el petróleo se situaba en los 40 dólares barril brent. Algunos bancos de inversión creen que la caída podría extenderse hacia los 20 dólares barril. Creo que eso no sucederá y les diré por qué:
Las actuales caídas del petróleo no son debidas a la aparición de una nueva tecnología o nuevos recursos, sino a una guerra financiera entre los países de la OPEP, especialmente Arabia Saudita, y los productores no OPEP.
Arabia Saudita no ha permitido recortar la producción de petróleo con la intención de mantener los precios del crudo a niveles bajos y echar del mercado a aquellos productores con los costes de explotación más altos. Esto provocaría una caída en la producción, una subida den los precios, y el mantenimiento de su cuota de mercado.
Hay algunos economistas que no están de acuerdo con esta estrategia. T. Homer Bonitsis, profesor asociado de finanzas en el Instituto de Tecnología de la Universidad de New Jersey, señala:
“La OPEP no es relevante en términos de capacidad para fijar los precios del petróleo. Cualquier decisión que tome el organismo no tendrá un efecto duradero en el mercado de petróleo. Hay demasiados miembros que engañan sobre sus cuotas de producción, y demasiados países productores no OPEP, para que las maniobras del cártel tengan efecto.
La estrategia saudí de intentar eliminar a los competidores mediante los precios bajos no es un cambio en el juego de largo plazo. Algunos productores pueden cerrar temporalmente, pero abrirán en cuanto los precios del petróleo vuelvan a subir. Algunos otros pueden ir a la quiebra, pero sólo para vender sus activos a precios de ganga. Los nuevos inversores tendrán estos activos a costes fijos más bajos para producir petróleo. En esencia, la creación de competencia a bajos precios está condenada al fracaso”.
A pesar de lo que señala Homer, los últimos datos muestran que no está entrando petróleo no convencional al mercado de forma adicional. Este petróleo tiene los costes de producción más altos y por tanto presenta el de mayor riesgo de ser dañado por los actuales bajos precios
No sólo es que no esté entrando al mercado más petróleo no convencional, sino que se está reduciendo. El número de plataformas en EE.UU. se ha reducido un 66% desde sus máximos de 2014. En términos globales las plataformas se han reducido un 22% desde sus máximos de julio de 2014.
Por otro lado, el sector de petróleo y gas está altamente endeudado. Representa el 37% de la deuda total en dificultades. Un dato aún más preocupante es que más de la mitad del total de la deuda del sector está en condiciones de difícil cobro.
La expansión de la producción de petróleo en EE.UU. se vio favorecida por las favorables condiciones financieras. Ahora el país inicia una nueva senda de subida de tipos, por lo que el crédito barato poco a poco irá desapareciendo. Al menos tan barato como ahora.
Las estimaciones apuntan a que el capital fluya fuera de la industria petrolera, por lo que cada vez habrá más dificultades a la hora de financiar nuevas explotaciones.
Por otro lado, la capacidad de explotación ociosa es ahora baja, y muchos productores corren el riesgo de entrar en suspensión de pagos a los actuales niveles del crudo. Venezuela y Rusia son dos claros ejemplos.
En suma, la actual caída del precio del petróleo es una guerra financiera entre el máximo productor del mundo, con unos costes de explotación y de capital realmente bajos (10$ barril), y aquellos nuevos productores de países como EE.UU. Las cartas favorecen claramente a Arabia Saudita, por lo que si tuviera que apostar, no tendría dudas de hacerlo a favor de su política. Veremos.
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