El pasado 12 de Junio Uds. leyeron aquí un texto: ‘Los beneficiarios de la crisis’ hoy vamos a ver la cruz de la moneda: aquellos a quienes la crisis ha perjudicado.
Una aproximación rápida al tema: la crisis ha perjudicado, está perjudicando a todos aquellos a quienes no ha beneficiado ni beneficia, claro, pero la cosa es más compleja porque esta crisis, al ser sistémica, al haberse producido cuando el Sistema está ya declinando, ha supuesto un cambio permanente, es decir, muchos de quienes han ganado van a continuar ganando y prácticamente todos quienes han perdido van a seguir perdiendo.
Esta crisis no ha sido, no está siendo, coyuntural sino estructural; es decir, nada de lo que en ella sucede es temporal sino que va a convertirse en permanente. No se está produciendo un cambio de decorado económico y social, lo que está cambiando es la sala en la que tiene lugar la función. Un decorado es relativamente fácil de cambiar o de modificar, pero una sala …
Lo evidente: han perdido, van a seguir perdiendo todos aquellas personas que sólo tienen para vender su trabajo, y más han perdido y van a perder cuanto de menos valor es ese trabajo; también prácticamente todos los jóvenes porque sus expectativas nada tienen que ver con las de los jóvenes de los años 60; y los pensionistas y aquellas personas que por edad o estado físico dependan de subsidios estatales o públicos en general porque tales entes cada vez van a disponer de menos recursos; pero también los profesionales autónomos a no ser que lleven a cabo tareas únicas o sean los supermejores en su campo porque en el fondo lo que aportan es trabajo; y en mayor o menor medida las empresas que no sean grandes corporaciones ya que dependen de lo que sus clientes decidan y de lo que sus grandes proveedores acuerden, aunque ya: según su tamaño podrán trasladar problemas y exigir a otros de sus proveedores y a sus empleados. En definitiva: ha perdido la ilusión en la que mañana todo pueda ser mejor porque ‘no hay alternativa’ ya que ‘los mercados votan cada día’.
Ha perdido y va a continuar perdiendo toda aquella persona que no tenga algo, que no sea propietaria de algo, a lo que asirse; algo que sea verdaderamente necesario para el resto y por lo que se le valore y se pague, porque en donde estamos, hacia donde vamos, la persona estará muy sola una vez los entes públicos y el modelo de protección social queden reducidos a una sombra de cómo fueron conocidos. Es decir, todos menos quienes se han beneficiado con la crisis van a perder, pero quienes no cuenten con algo sólido van a perder muchísimo.
Todas las crisis sistémicas cambias cosas, cosas que jamás vuelven a ser como fueron; esta está modificando elementos que nunca se imaginó que podrían verse alterados, como en otras, ya, pero en esta son muchos, muchos. Esta crisis ha acabado de desconectar completa y definitivamente la generación de PIB de la utilización de factor trabajo; ha convertido el trabajo en una commodity por lo que es intercambiable; ha posibilitado el regreso a sus lugares de origen de las inversiones que se deslocalizaron, pero robotizándolas; ha puesto a todos los sectores y subsectores económicos en una senda en la que el límite al avance de la productividad se halla en la tecnología de la que se disponga; ha recolocado en su lugar al mundo financiero (el problema ahora es liquidar el exceso existente de productos financieros); ha rediseñado, reorganizado, reposicionado las Administraciones Públicas y ha descolocado a las ciudadanías que estas atendían; ha dado un vuelco a la educación y la formación de tal modo que hoy lo importante es saber hacer lo necesario cuando es necesario, no donde y como se ha aprendido lo que se sabe; ha acelerado tanto los procesos que es creciente el número de personas que es incapaz de seguir tal ritmo. La crisis ha hecho todo eso y mucho más, y, a diferencia de otras crisis semejantes del pasado, lo ha hecho sin que se produjesen revueltas sociales:las revoluciones ya no están de moda.
Los perjudicados de la crisis: la mayoría; y sus secuelas: pobreza y desigualdad.
Seguro que el grupo ABBA, cuando en 1980 publicó el single cuya cara A era la pieza ‘The winner takes it all’ no tenía in mente nada como lo que han leído. Seguro. Sin embargo hay un par de estrofas de ese tema que, pienso se adaptan muy bien a lo dicho.
(…)
The winner takes it all
The loser standing small
Beside the victory
That's my destiny.
(…)
The winner takes it all
The loser has to fall
It's simple and it's plain
Why should I complain.
(…)
The winner takes it all.
(Mi agradecimiento a @pensarsistemico. Uno de sus tweet del 28 de Julio me sugirió ideas para escribir estas líneas).
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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