A partir de hoy iré exponiendo y comentando una selección de gráficos
 presentados en este segundo cuatrimestre por mis alumnos. El objetivo 
siempre es el mismo: pensar. Iremos intercalando con otros temas.
Como pueden observar este gráfico encierra escasos 
misterios. Refleja diáfanamente la evolución en USA desde el fin de la 
II GM, por un lado, la evolución del valor de la producción obtenida en 
una hora y, por otro, la de los ingresos medios reales de esa familia.
Tras la II GM se produjo una leve caída de los ingresos familiares 
debido a la desmovilización de los combatientes y al obligado tránsito 
de una industria de guerra a una de paz. De todos modos la máquina 
productiva USA pronto se puso de nuevo en marcha al meterse el país en 
la Guerra de Corea.
A partir de mediados de los 50 productividad e ingresos van de la 
mano, incluso los ingresos –que no sólo son los salariales– van un poco 
por encima de la productividad, lo que va haciendo que en consumo 
aumente progresivamente y escale posiciones en el PIB. Recuérdese el 
programa Great Society de la Administración Johnson que inyectó mucho 
dinero en la economía.
En 1979 la Administración Reagan empezó a promulgar políticas en la 
línea de los predicamentos teóricos del Modelo de Oferta que supusieron 
el fin del Tratado de Detroit de 1950. A partir de aquí se produce un 
triple fenómeno que se va extendiendo al resto del planeta.
Por un lado, y debido a la creciente sofisticación de la tecnología y
 a su progresivo abaratamiento, el factor trabajo va perdiendo 
importancia, lo que se agravado por la aparición de nuevos desarrollos 
organizativos de los procesos productivos; por otro, la obtención de 
aumentos de producción a cualquier coste deja de ser prioritario 
empezando a ponerse crecientemente el acento en la reducción de costes 
de producción y de precios de venta; por otro más, se inicia un  camino 
sin retorno en la desvinculación del Estado de la economía acompañado de
 una progresiva reducción de impuestos sobre el capital.
El resultado de lo anterior lo pueden ver en el gráfico: el 
continuado alejamiento de ingresos y productividad e incluso el descenso
 de aquellos hasta los actuales niveles muy poco por encima de los 
registrados a mediados de los años 70. Haciendo buena la reflexión de 
que el trabajo cada vez vale menos, y yendo completamente en la línea de
 la frase del candidato Ronald Reagan que comento en mi libro ‘La 
Economía. Una Historia muy personal’: “La economía de Estados Unidos no 
funciona porque los ricos no son suficientemente ricos y los pobres no 
son suficientemente pobres”.
Ahora preguntarán, ¿y cómo ha podido la ciudadanía USA no sólo 
mantener sino incrementar su nivel de consumo?. Pues a base de obtener 
crecientes niveles de crédito que se han transformado en desaforados 
montos de deuda privada y que han cerrado el círculo del modelo 
económico en vigor al obtener los poseedores del capital los beneficios 
que se generaban al ser comprados los bienes que fabricaban quienes los 
consumían y al conseguir los rendimientos financieros que generaban los 
créditos que se les concedían a quienes se les vendían los bienes para 
que pudieran adquirirlos. Y por bienes piensen en todo, desde viviendas a
 viajes, pasando por automóviles y billetes de avión, y acabando por 
cenas románticas a la luz de velas (electrónicas).
A esto hoy se le está llamando desigualdad, pero yo le llamo ingresos
 de las familias medias claramente insuficientes. Consecuentemente no es
 de extrañar que fuese en USA donde naciese el concepto de ‘trabajador 
pobre’.
“La economía de Estados Unidos no funciona …”
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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