Pero, ¿cómo ha ido evolucionando esta consecución de la riqueza?. En el gráfico siguiente se muestra, para USA, la dinámica que entre 1947 y el 2012, y referido a 1973, han llevado los percentiles 95 y 20 de los ingresos reales familiares.
Hasta mediados de los años 70 los ingresos reales, tanto los correspondientes al 95% de las familias como los correspondientes al 20% evolucionaron de forma bastante semejante y bastante semejante con respecto a la mediana, pero a partir de dicho momento se produce un cambio radical. Los percentiles 95 y 20 empiezan a separarse, de tal modo que el percentil 95 continúa creciendo hasta finales de los 90 para luego estabilizarse, mientras que el percentil 20 se vuelve muy volátil comenzado una tendencia decreciente desde el momento antes indicado. La mediana oscila y se aproxima al percentil 20, iniciando asimismo una senda decreciente desde finales de los años 90, lo que muestra una creciente concentración de la renta cada vez en menos manos.
Profundicemos un poco más. El 10% más rico de la población de un país, ¿qué porcentaje de la riqueza de ese país acumula?, y ¿cuál es la parte de la riqueza de un país cuya propiedad ostenta el 50% más pobre de la población de ese país?. El gráfico siguiente lo muestra para algunos países.
Pienso que con este gráfico en concreto huelga cualquier comentario. Mírenlo detenidamente y pregúntense, ¿dónde se halla situado el poder real y efectivo?.
Llegados a este punto podría pensarse si existe o podría existir algún vínculo entre los ingresos de los hijos y los de sus padres y el nivel de desigualdad existente en un país medido por el Índice de Gini, y lo cierto es que sí.
Fuente: bp-working-for-few-political-capture-economic-inequality-200114-es.pdf
Vayamos a los extremos. En Dinamarca no llega al 0,15 la vinculación entre los ingresos de los hijos en relación con los de sus padres, pero sí en Perú: el 0,68, es decir, en Dinamarca los ingresos de una generación están muy poco influidos por los que tuvo la anterior, pero en Perú el grado de influencia es enorme. Por otra parte, el nivel de desigualdad en Dinamarca es bastante reducido: el 0,25, pero elevadísimo en Perú: el 0,50. Caso extremo es Brasil: elevadísima influencia intergeneracional y enormemente elevada desigualdad en la distribución de la riqueza. ¿España?, mala relación: sólo hace falta compararla con otras economías de la UE.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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