Echen una mirada atrás. Coincidirán conmigo en la complejidad política 
del año que estamos finalizando. Piensen en las revueltas sociales en 
países tan diferentes como México, Brasil y Turquía. El Golpe de Estado 
en Egipto. Pero, no se vayan tan lejos: las elecciones en Italia y 
Alemania han dejado gobiernos de coalición (en Alemania debe aún 
formalizarse) con margen de maniobra, de gobierno, muy acotado. 
Consideren el caso de Estados Unidos, con la primera parálisis por la 
falta de fondos. Y tampoco ha quedado solucionado, ya el acuerdo 
alcanzado simplemente ha dado más tiempo para negociar. Por cierto, 
acaba en enero.
 ¿Están de acuerdo conmigo que la aparente calma de los mercados poco 
tiene que ver con este escenario de incertidumbre política? Riesgos 
colaterales dirán algunos. Realmente, riesgos muy reales considerando 
que buena parte de las crisis/tensiones anteriores simplemente se han 
aplazado en el tiempo a la espera de la recuperación económica. Como 
ven, la recuperación es la solución para todo. Desde problemas 
estructurales hasta el creciente debate social y político sobre la 
sostenibilidad del Estado del Bienestar en los países desarrollados, 
reformas y cambios de modelo de crecimiento en muchos emergentes. Por no
 hablar de temas geopolíticos y religiosos.
 Pero, lo anterior no es del todo cierto. De hecho, la aparente calma de
 los mercados no es un indicador tanto de la confianza en la 
recuperación económica como solución a los problemas como más bien una 
consecuencia deseada de las políticas monetarias expansivas llevadas a 
extremo desde los principales bancos centrales de países desarrollados. 
¿Cuál es la conclusión de todo esto? Que un escenario de menor liquidez o
 una recuperación económica que decepcione la confianza creada por los 
inversores se traduzca en nuevas tensiones a nivel político. Pero, los 
potenciales detonantes de esta reanudación de tensiones en los próximos 
meses no parecen de suficiente entidad como para convertirse en riesgos 
sistémicos. En los últimos días han sido recurrentes los rumores sobre 
un acuerdo político en USA, no tanto para resolver la diferente 
perspectiva sobre la política fiscal a medio plazo pero al menos para 
salvar las elecciones al Congreso a mitad de ejercicio. En Europa las 
elecciones para el Parlamento europeo no pueden extrapolarse al 
resultado que tendrían elecciones generales en países...como España. Y 
aunque nunca hay que bajar la guardia frente a los riesgos geopolíticos,
 el reciente acuerdo entre Irán y las principales potencias mundiales sí
 supone un periodo de relativa calma a corto plazo (aunque muchas dudas a
 medio y largo plazo, pero esto es otro tema).
 Veámoslo en perspectiva. En los países desarrollados creciente presión 
social contra las políticas reformistas, aumento de los extremismos 
políticos y en general disconformidad con la clase política. En los 
países emergentes, desarrollo de una clase media que pide cada vez más 
cambios en el Estado del Bienestar, todo ello en un contexto de 
incertidumbre económica y riesgo de tensión social derivada de la 
elevada desigualdad. En conjunto, un escenario de debilidad política y 
frágil equilibrio para gobernar. Este es el escenario de fondo que 
tendremos en los próximos años.
 Este es el calendario de eventos políticos pendiente durante 2014:
 José Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi en España
Estratega de Citi en España
No hay comentarios :
Publicar un comentario