jueves, 25 de abril de 2013

Nadie dice que ya no son necesarios


Recientemente recibí un mail en cuyo ‘Asunto’ figuraba la frase que hoy utilizo como título; este:
“Desde hace un mes y medio hago de voluntaria en el servicio de orientación laboral de (nombre de una ONG) de mi pueblo. En concreto participo en un curso de informática que lleva a cabo otra voluntaria, dirigido a personas que no han utilizado nunca un ordenador y que son parados de larga duración.
El objetivo del curso es adquirir las habilidades necesarias para utilizar el ordenador realizando un CV y una carta de presentación útiles para encontrar trabajo. Mi participación en este curso se concreta en un par de sesiones. Aplicando herramientas de coaching invito a los participantes a reflexionar cual es su objetivo de trabajo y les animo a crear un plan de acción para conseguir empleo. Además, practicamos trucos para afrontar una entrevista de trabajo con optimismo y en conexión con los propios recursos.
Bien, en las primeras sesiones mi preocupación era utilizar un lenguaje adecuado que me permitiera hacer llegar mi invitación entusiasta a pensar cual es el trabajo que quiero, describirlo con el máximo de detalle (dónde, como, con quien), anotar cuales son los recursos que tengo para conseguirlo, cuales me faltan, cual será el primer paso para conseguirlo, el segundo, y el tercero. De momento, los tres grupos están compuestos por hombres y mujeres inmigrados de Marruecos, Gambia, Senegal, hace una media de 12 años que viven aquí, la mayoría con hijos pequeños pero también mayores de veinte años.
En la última sesión mi preocupación fue mantener el entusiasmo y optimismo que quiero transmitir. Los hombres se marcan objetivos para trabajar en jardinería, de encofrador, en logística, en una fábrica para producir pan o piezas metálicas. Las mujeres, algunas buscan el primer trabajo porque sus maridos no encuentran empleo, buscan trabajo de ayudante de cocina, limpiadora del hogar, fábrica u hotel.
Sin entrar en algunas dificultades lingüísticas, de movilidad por falta de coche (fuera de las grandes ciudades, en comarcas la movilidad con transporte público es una fantasía), noto cierta parálisis y lo entiendo. Se están acabando las ayudas como los 420 € de después del subsidio del paro, las PIRMI (prestación de renta mínima de inserción) no cubren las necesidades.
Total, que me está costando animarlos porque creo que los estoy engañando. Ya no son necesarios sus objetivos de trabajo, no se va a construir más, cada vez será menos necesario producir cosas, no hay dinero para pagar horas en sumergido de limpieza del hogar ni de jardinería. Nadie sale a decir que gracias por su esfuerzo y por hacernos ricos una temporada y que ahora deben plantearse cuál es su estrategia económica porque el juego ha cambiado. ¿Hasta cundo van a evitar el tema?”
Mi respuesta fue:
“Tiene Ud. razón: no son necesarios, y cada vez serán menos necesarias personas con una cualificación tan reducida: si, para generar PIB, cada vez son necesarias menos personas independientemente de su cualificación …
Un subsidio mínimo o una renta social pienso que siempre la habrá, puede que en parte sea en especie, en forma de algo parecido a los food stamps estadounidenses, pero pienso que algo siempre habrá porque la alternativa sería, aunque aumentase la represión, una conflictividad social insoportable. Lo que no entiendo es como se va a poder asumir la totalidad de la inmigración actualmente residente en España: la tasa de desempleo entre la población inmigrante ya supera el 33%.
El tema de la inmigración se ha manejado rematadamente mal en España (evidentemente la problemática reside en la no europea o, mejor aún, en la  procedente de países subdesarrollados). Se trajo a un montón de personas para que trabajaran a bajo coste y en condiciones muchas veces imposibles y se las dejó en un limbo jurídico; a algunas se les regularizó; pero nunca se planteó: ¿qué haremos con ellas cuando ya no haya que hacer 800.000 viviendas al año; qué cuando el turista medio gaste menos cada uno de los día días que aquí esté; qué cuando los hoteles tengan que prescindir de personal acuciados por la caída de ocupación y por la competencia; qué cuando las obras públicas decaigan?. Ningún político, ni de un color ni de otro,  se planteó esa pregunta, y ahora ese momento ha llegado, y personas como Ud.  imparten a esa inmigración una formación para redactar un CV que posiblemente nadie quiera. Leyendo su mail me ha venido a la cabeza aquella canción de The Beatless. ‘Nowhere Man’: ‘Es alguien de ningún sitio / sentado en ninguna parte / haciendo ningún plan / para nadie’.
¿Hasta cuándo van a evitar el tema?, pienso que hasta que la presión esté a punto de hacer reventar la caldera social. Las previsiones del 22 de Febrero de la Comisión Europea apunta a que el paro no va a bajaren España del 26% ni en el 2013 ni el 2014; porque no va a haber crecimiento o va a ser de risa, lo que realimentará ese crecimiento de risa. Posiblemente se planteen expulsiones disfrazadas de no-se-que. Una chapuza legal, en definitiva”.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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