Muy interesante la entrevista al Sr. José Miguel Villa, Secretario
general de la Federación de Servicios del sindicato UGT que en su Pág.
21 publica El País del 8 de Enero. Vale la pena que la lean.
Dice el Sr. Villa: “En el fondo, todo este proceso de jibarización de
entidades y bancarización de cajas tiene un fin: entregárselo a la parte
privada del sector, a los bancos. Hace años se intuía el motivo
ideológico. Ahora está claro”.
Pienso que con las Cajas, en España, ha sucedido lo que en esta crisis
ha sucedido con otras cosas: que han dejado de ser necesarias.
La andadura de las Cajas, tal y como últimamente las hemos conocido,
comienza a mediados de los años 70. A partir de un momento a unas
entidades que hasta entonces habían estado haciendo unas cosas muy
concretas se les empezó a permitir que fuesen haciendo otras nuevas sin
abandonar las que hacían. Caricaturizo: a las Cajas les fue permitiendo
que empezasen a actuar como Bancos sin serlo, manteniendo una obra
social muy necesaria, todo sea dicho, y pudiendo ser actuadas desde
instancias políticas locales.
Lo evidente: la capacidad bancaria en España fue creciendo
exponencialmente a medida que las Cajas más se fueron asemejando a
Bancos. Lo camuflado: la responsabilidad de esos ‘nuevos bancos’ era
sensiblemente menor que la de los ‘viejos’: no es lo mismo tener que dar
cuentas a unos propietarios representados por una Junta de Accionistas
en las que podía oírse de todo, que a un Consejo en el que los
verdaderos propietarios decían muy poco y ante los que muy poco tenía de
justificarse. Y el colmo: una Caja podía comprar un Banco, pero no al
revés. (Lo que alguna vez alguien tendrá que investigar es porqué los
Bancos protestaron tan poco ante estas intrusas; supongo que será porque
entonces había para todos).
Las décadas fueron pasando y llegó el 2000. España ya iba bien cuando
empezó a ir más que bien. Las entidades financieras tenían crecimientos
de dos dígitos y Bancos y cajas iban a la suya, que en el fondo era la
misma: tener crecientes beneficios y aumentar su cotización bursátil los
primeros, y su peso social las segundas. Pero lo más importante: había
para todos, y había para todos porque la necesidad de crédito era
infinita y el ansia de endeudamiento inagotable. El resultado de todo
ello fue la creación de un sistema financiero en España con una
dimensión y unas características adecuadas para aquellos momentos:
para-aquellos-momentos. Que no son estos.
Dejando a un lado que el modelo bancario-cajil español es muy
particular: de proximidad, lo único cierto es que en el 2008, en España
existía un exceso de capacidad cajil-bancaria absolutamente desmesurado;
exceso de capacidad que, además, estaba cargado hasta los bordes de
impagados en potencia y de una deuda potencialmente problemática. Y en
eso estamos.
También dice el Sr. Villa que “No puede ser que el agujero de la
entidad (Banco de Valencia) en diciembre sea de 6.000 millones, el doble
de lo que indicaban los informes de Oliver Wyman, terminados en
Septiembre”. Pues no, no puede ser, porque aquella auditoría era la
superdefinitiva. Pero lo más gordo es que de esto no se esté diciendo ni
pío.
Y también que: “Es necesario explicar a los ciudadanos que unos 45.000
millones de los colocados no se van a recuperar. La mayor parte del
dinero puesto en Bankia, Novagalicia, Catalunya Banc, Caja España-Duero y
Banco de Valencia no se va a recuperar”.
Es dinero público, de aquello que antes se denominaba pueblo. Y
sucederá eso, si sucede, porque ninguna entidad financiera puede
quebrar, y por aquello tan gráfico que hace unos meses respondió Mr.
George Osborne a la pregunta de si no padecerían los más débiles los
ajustes que estaba realizando el Gobierno de Su Majestad: ‘Claro,
siempre ha sido así’.
***
Mañana, a las 20:30 h. y organizada por la l'Associació Cultural
Fem Poble de Llardecans, daré una charla en el municipio de Llardecans.
La dirección: Societat la Garriguenca. Plaça dels Arbres 1. La entrada
es gratuita. Si les apetece, ya saben.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.