Hace unas semanas reproducíamos en lacartadelabolsa un artículo de Félix Salmon al respecto: La primavera pasada, el Dow Jones lanzó un nuevo servicio llamado Lexicon, que envía noticias financieras en tiempo real a los inversores profesionales. Esto en sí no es sorprendente. La compañía detrás de The Wall Street Journal y Dow Jones Newswires, se ha hecho un nombre con la publicación de una clase de noticias que mueven el mercado de valores. Pero muchos de los inversores profesionales suscritos a Lexicon no son humanos, ellos son algoritmos, cuyas líneas de código dominan cada vez más las operaciones en el mercado de valores. Este tipo de inversores no leen las noticias como lo hacen los humanos. Ellos no necesitan que la información venga en vuelta de una historia, ellos sólo quieren datos, y las acciones concretas que esas palabras representan. Lexicon escanea todas las noticias en tiempo real, buscando pistas textuales que podrían indicar a un inversor que hacer respecto a una acción determinada. A continuación envían esa información de forma legible para sus clientes algorítmicos, que la analizan de forma más profunda y realizan operaciones en base a ella. Las máquinas no realizan únicamente cálculos, toman decisiones. Según las últimas estimaciones, la operativa en el mercado de valores por programas automáticos representa alrededor del 70% del total. Cada vez de forma más acuciada, las variaciones del mercado no están basadas en la competencia entre diversos gestores para ver quien tiene la información o el análisis más correcto, sino por febriles algoritmos que exploran el mercado a la búsqueda de débiles señales de ganancias potenciales.
Los algoritmos se han arraigado tanto en nuestro sistema financiero, que los mercados ahora no podrían funcionar sin ellos. Los operadores de alta frecuencia compran y venden miles de acciones cada segundo, en una escala masiva, y se aprovechan de pequeñas variaciones del título, para generar grandes rendimientos, o grandes pérdidas.
El resultado: un sistema más eficiente, más rápido y más inteligente que cualquier humano.
También es más difícil de entender, predecir y regular. Los algoritmos, como la mayoría de los operadores humanos, tienden a seguir un juego de reglas bastante simples. Pero también responden inmediatamente a las condiciones siempre cambiantes del mercado. Cada operación de estos sistemas automáticos afectan directamente al análisis de otros sistemas automáticos, por lo que al final todo se reduce a un diálogo entre máquinas difícil de entender para un analista o gestor humano.
Sí, hay que preocuparse del factor social El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, se mostró el domingo pasado “preocupado porque la crisis está lejos de estar terminada” y señaló que “Europa está en la situación más difícil” por el elevado desempleo y porque está siendo superada por Asia.
“Hemos dominado la crisis financiera” y se está recuperando el crecimiento económico en muchas partes del mundo salvo en Europa pero “no hemos dominado la crisis social (...) y particularmente en Europa (...) donde el paro es más importante”, comentó Strauss Kahn en una entrevista a la cadena de televisión francesa ‘France 2’.
Consideró que “el riesgo de desclasificación en Europa respecto a Asia es fuerte” y que también es “mayor” en el Viejo Continente el “sufrimiento social”.
Reconoció que dentro de la Unión Europea “hay países que tienen una situación más grave” que la de su país, Francia, y citó el caso de Grecia, tras insistir en que “el problema europeo es particular de Europa”.
Frente a esa situación, el “número uno” del FMI insistió en que “hace falta un impulso europeo” y en que “hay que ser capaz de relanzar el crecimiento”. También que apoya la “idea” de realizar grandes obras públicas en conjunto entre los europeos.
Strauss-Kahn, sin querer entrar en consideraciones políticas por su deber de reserva, dijo que hay que ayudar a los países del mundo árabe donde se han producido o se están produciendo protestas “y evitar que haya un contragolpe económico”, por ejemplo tratando de que la actividad turística de la que muchos dependen no se resienta.
Reconoció que desde el FMI “hemos estado demasiado concentrados en la macroeconomía” al analizar la situación en esos países y “no nos fijábamos mucho en las desigualdades”.
Y explicó que “la bomba de relojería en el Magreb” es el elevado paro juvenil y las desigualdades sociales.
Respecto a los últimos sucesos en el Mundo Árabe, ya tienen referencias escritas con sangre:
fuente: http://lacartadelabolsa.com/index.php/leer/articulo/ya_se_por_que_las_bolsas_manifiestan_una_insensibilidad
No hay comentarios :
Publicar un comentario