Los participantes que llegarán al Foro Económico Mundial de Davos llegarán con francos en los bolsillos, pero su mente está en el euro y en su futuro.
Al menos para este año la Unión Monetaria Europea se mantendrá unida, y según el consenso de analistas, no es probable que algún país de la zona euro incumpla sus expectativas, "pero la reestructuración de la deuda está en el horizonte" añaden.
"Este año no espero una suspensión de pagos", afirma Gudrun Egger, analista de la zona euro de Erste Bank, "la premisa es que una ruptura de la zona euro no sería ventajosa ni para los países más fuertes ni para los países más débiles".
Si los países más débiles salieran del euro para recuperar competitividad mediante el establecimiento de una política monetaria propia, se enfrentarían a una deuda que seguiría denominada en euros, y que vería su rentabilidad aumentada. Mientras que si salieran los países más fuertes, su moneda se apreciaría debilitando las exportaciones, añade Egger.
Los rendimientos de la deuda de los países periféricos europeos han subido ante la especulación de los inversores que al menos uno de ellos -Grecia, Irlanda, España o Portugal, entraría en suspensión de pagos. En mayo pasado la Unión Europea, junto con el FMI, salvó a Grecia para calar los mercados, y crearon una Fondo de Estabilización de 440.000 millones de euros.
Pero la creación de este fondo no fue suficiente para que los inversores se calmaran, que siguieron vendiendo deuda de los PIGS, por lo que en noviembre de 2010 la UE y el FMI tuvieron que salir al rescate de nuevo, esta vez ayudando a Irlanda con un paquete de 85.000 millones de euros.
El debate sobre quien tiene la culpa de la crisis y quien la va a pagar, es ruidoso y apasionado, y está incrementando las distancias entre los países más pobres y más ricos de la unión.
Eslovaquia anunció que no iba a participar en el plan de rescate griego, y recientemente su ministro de finanzas dijo que lo mejor para Grecia sería que reestructurara su deuda. Alemania está en contra de la emisión de un eurobono. Francia se pronuncia en el mismo sentido.
"En estas condiciones será casi imposible para los responsables políticos de la UE llegar a un acuerdo que satisfaga a los mercados", afirma Stefan Schneider, analista de la zona euro del Deutsche Bank. "La percepción del mercado es que no va a llegarse a una solución en la que todo el mundo afirme...sí, eso es creíble, esto es lo que hay que hacer".
"Parte del problema es el hecho que el Fondo de Estabilización de la Unión Europea (EFSF siglas en inglés), es sólo una fracción de lo que debería ser", afirma Willem Buiter, analista de Citigroup.
"Para disuadir una ejecución de deuda soberana, o a negar una refinanciación de la misma, hay necesidad de una red de seguridad suficientemente grande, y esta debería ser de al menos 2 billones de euros", afirma Buiter en una nota de investigación reciente.
"Una ruptura del euro es muy poco probable ahora, pero su riesgo podría aumentar sin las reformas adecuadas, que incluyen la reestructuración de deuda".
Este analista establece cuatro escenarios de ruptura:
1. Grecia es el único país que deja la zona euro.
2. Grecia y otros países débiles dejan la zona euro.
3. Alemania y otros países fuertes dejan la zona euro.
4. Decisión colectiva de disolver la unión monetaria por completo.
De cualquier forma, hay un consenso entre los economistas sobre que los responsables políticos harán todo lo posible por salvar la unión monetaria. "La zona euro va a sobrevivir. En la primavera de este año vamos a ver un mecanismo de estabilidad que incluirá la reestructuración de deuda", afirma Schneider. "La reestructuración de deuda es crucial para la supervivencia de la moneda única. A pesar del drama que hemos vivido, creemos que sólo se ha visto la apertura y el primer acto de la crisis de deuda, queda el resto de la obra".
Buiter afirma que Irlanda, con unos bancos demasiado grandes para ser salvados, es insolvente al igual que Grecia, mientras que Portugal es un insolvente silencioso, co los actuales niveles de tipos de interés y su pírrico crecimiento.
Los políticos están tomando todo tipo de soluciones para obtener el dinero necesario y establecer mecanismos de estabilización. Una reciente propuesta sugirió que se estableciera un impuesto único sobre el sector bancario para financiar los mecanismos europeos de estabilidad. Pero algunos analistas señalan que esto podría agravar el problema ya que los bancos están muy expuestos a la deuda soberana.
"La propuesta sería contraproducente. Los bancos también necesitan ser recapitalizados. Si debilitas el sistema bancario, habrá efectos secundarios", afirma Schneider.
Lo que ocurra en España es ahora crucial. España es, según el consenso de analistas, el más sólido de todos los países inmersos en la crisis, y si logra pasar a través de las turbulencias del mercado sin un plan de rescate, la crisis probablemente se contendrá.
"España no tiene un gran problema de competitividad, ni de deuda pública. Si hay una necesidad de recapitalizar los bancos, podrá hacerse internamente. Los políticos intentan trazar la línea de contención antes que España se vea afectada".
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