hay un patrón similar
La vivienda en Japón subió un 225% entre 1981 y 1991. En España, la subida es del 178% entre 1998 y 2008.
El sector bancario español puede tener un margen de caída en bolsa superior al 60% en el caso de que la burbuja inmobiliaria nacional siga las mismas pautas que la que se dio en Japón entre 1981 y 1991, según han calculado los analistas de ING en un reciente informe.
Durante ese periodo, los precios de la vivienda en el país del Sol Naciente subieron un 225%, en lo que se considera uno de los mayores movimientos especulativos de la historia reciente. Y desde ahí se hundieron un 65%. Análogamente, la vivienda en España ha subido un 178% entre 1998 y 2008, acumulando desde estos máximos una caída del 10%, según datos del Banco de España. La cuestión es: ¿Qué pasaría si se produce un pinchazo a la japonesa de la burbuja inmobiliaria?
No es el escenario base que manejan los analistas del banco holandés, pero reconocen que los paralelismos son tan evidentes que les merece la pena analizar el peor de los supuestos posibles para el caso español. La conclusión más evidente en este caso es que la caída de los precios en España apenas si ha comenzado. Y también señalan que las provisiones hechas por la banca nacional no contemplan ni por asomo nada parecido al desplome nipón, ya que sólo ha metido en la hucha de imprevistos el 13% del crédito promotor.
Hay margen para el hundimiento a la japonesa y pocas reservas para solucionarlo si las cosas se tuercen. La mala noticia es que los analistas no vislumbran una mejora inmediata y una propensión verdadera a la recuperación de precios, dado que el stock de viviendas disponible casi multiplica por tres a la demanda.
En efecto. Según cifras de Aguirre Newman recogidas por ING, el stock total de pisos para la venta en 2010 rondará los 1,5 millones, una cifra gigantesca si se compara con las 415.000 viviendas vendidas el año pasado y los 553.000 de 2008. A este ritmo de demanda, harían falta 36 meses para absorber la actual oferta.
En este contexto, los analistas se preguntan por la salud de los bancos nacionales y recuerdan que el crédito a promotores, según datos del Banco de España, asciende a 445.000 millones de euros, cifra que no incluye los préstamos residenciales. A finales del año pasado, un 37% de esta cantidad se había clasificado ya como problemática, aumentado las provisiones específicas al 35% de la exposición inmobiliaria ¿Es suficiente?
Para responder a la cuestión, los expertos de la entidad holandesa calculan que en el peor de los escenarios –la caída a la japonesa- los precios de la vivienda se habrían desplomado un 48% en 2013 desde sus máximos. Entonces, el número de transacciones de compra habría podido absorber la oferta, en el supuesto de que no se construirá nada en los próximos tres ejercicios. En este escenario, los bancos tendrían que hacer provisiones adicionales de 53.000 millones de euros.
“Para poner este número en contexto, supone el 23% del capital total y las reservas del sistema bancario español y el 135% de su Ebitda”, explican los analistas. También recuerdan que esos 53.000 millones de euros son el 14% de toda la deuda total emitida por el Gobierno español. Y al tener en cuenta estos números, los analistas de la firma holandesa reconocen estar preocupados por la salud del sistema financiero, en particular si se considera a las cajas, las más expuestas al ladrillo.
Por eso, si el peor escenario en el que piensan, se materializa, los analistas reconocen que es muy probable que muchas de las cajas tengan que recapitalizarse, lo cual abre el interrogante de si serían capaces de hacerlo por sí solas o sin recurrir al Banco de España. Y llegan a una conclusión similar a la de que el viernes lanzó Fitch tras quitar a España la máxima nota de solvencia, dado que apuntan que el coste social de apagar los incendios en las cajas podría derivar en un incremento del ratio de deuda sobre PIB.
La conclusión final y más inquietante es que, dados todos estos problemas, es posible observar un patrón similar entre el comportamiento del sistema bancario japonés posterior a la burbuja inmobiliaria y el que de momento ha mostrado el español. En el caso de los bancos nipones, la caída desde que la el sector del ladrillo tocó techo fue del 47%. En España, si este patrón se confirma bajo el peor de los escenarios, la banca bajará en bolsa cerca de un 60% desde sus actuales niveles.
No es el escenario base que manejan los analistas del banco holandés, pero reconocen que los paralelismos son tan evidentes que les merece la pena analizar el peor de los supuestos posibles para el caso español. La conclusión más evidente en este caso es que la caída de los precios en España apenas si ha comenzado. Y también señalan que las provisiones hechas por la banca nacional no contemplan ni por asomo nada parecido al desplome nipón, ya que sólo ha metido en la hucha de imprevistos el 13% del crédito promotor.
Hay margen para el hundimiento a la japonesa y pocas reservas para solucionarlo si las cosas se tuercen. La mala noticia es que los analistas no vislumbran una mejora inmediata y una propensión verdadera a la recuperación de precios, dado que el stock de viviendas disponible casi multiplica por tres a la demanda.
En efecto. Según cifras de Aguirre Newman recogidas por ING, el stock total de pisos para la venta en 2010 rondará los 1,5 millones, una cifra gigantesca si se compara con las 415.000 viviendas vendidas el año pasado y los 553.000 de 2008. A este ritmo de demanda, harían falta 36 meses para absorber la actual oferta.
En este contexto, los analistas se preguntan por la salud de los bancos nacionales y recuerdan que el crédito a promotores, según datos del Banco de España, asciende a 445.000 millones de euros, cifra que no incluye los préstamos residenciales. A finales del año pasado, un 37% de esta cantidad se había clasificado ya como problemática, aumentado las provisiones específicas al 35% de la exposición inmobiliaria ¿Es suficiente?
Para responder a la cuestión, los expertos de la entidad holandesa calculan que en el peor de los escenarios –la caída a la japonesa- los precios de la vivienda se habrían desplomado un 48% en 2013 desde sus máximos. Entonces, el número de transacciones de compra habría podido absorber la oferta, en el supuesto de que no se construirá nada en los próximos tres ejercicios. En este escenario, los bancos tendrían que hacer provisiones adicionales de 53.000 millones de euros.
“Para poner este número en contexto, supone el 23% del capital total y las reservas del sistema bancario español y el 135% de su Ebitda”, explican los analistas. También recuerdan que esos 53.000 millones de euros son el 14% de toda la deuda total emitida por el Gobierno español. Y al tener en cuenta estos números, los analistas de la firma holandesa reconocen estar preocupados por la salud del sistema financiero, en particular si se considera a las cajas, las más expuestas al ladrillo.
Por eso, si el peor escenario en el que piensan, se materializa, los analistas reconocen que es muy probable que muchas de las cajas tengan que recapitalizarse, lo cual abre el interrogante de si serían capaces de hacerlo por sí solas o sin recurrir al Banco de España. Y llegan a una conclusión similar a la de que el viernes lanzó Fitch tras quitar a España la máxima nota de solvencia, dado que apuntan que el coste social de apagar los incendios en las cajas podría derivar en un incremento del ratio de deuda sobre PIB.
La conclusión final y más inquietante es que, dados todos estos problemas, es posible observar un patrón similar entre el comportamiento del sistema bancario japonés posterior a la burbuja inmobiliaria y el que de momento ha mostrado el español. En el caso de los bancos nipones, la caída desde que la el sector del ladrillo tocó techo fue del 47%. En España, si este patrón se confirma bajo el peor de los escenarios, la banca bajará en bolsa cerca de un 60% desde sus actuales niveles.
fuente: http://www.finanzas.com/noticias/bolsas/2010-06-01/292898_banca-espanola-puede-caer-burbuja.html
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