Una investigación dirigida por el cirujano murciano dará lugar al primermedicamento con células madre de Europa
J. P. PARRA | MURCIA
Damián García Olmo (Murcia, 1958) es uno de los investigadores españoles más importantes en el campo de las células madre. De hecho, el equipo que dirige en el Hospital La Paz de Madrid tendrá con toda probabilidad el honor de ser el padre del primer medicamento de terapia celular que se comercialice en Europa. El nuevo tratamiento se ha demostrado eficaz para cerrar fístulas que con cirugía tradicional no conseguían cicatrizar. Los investigadores han extríado grasa de los propios pacientes, han obtenido de ahí células madre y después las han inyectado en la zona afectada por la fístula. El ensayo clínico acaba de finalizar. En él han trabajado 22 hospitales de toda España y 250 pacientes.
- ¿Qué resultados ha dado el ensayo que han desarrollado?
- Los ensayos clínicos, hasta que llegan al paciente y se convierten en rutina clínica, tienen que pasar tres fases. Acabamos de terminar la fase III [la última de todas], y probablemente a finales de año tendremos los resultados. Si son buenos, como esperamos, esto dejará de ser algo experimental y se convertirá probablemente en el primer medicamento de terapia celular de Europa. Estamos muy contentos. Es el final de algo que empezó en el año 2002. Mi grupo fue pionero en obtener células madre de la grasa. Fue chocante en aquel momento, pero se ha visto que la grasa es probablemente uno de los mejores reservorios de células para curar.
- ¿Qué ventajas tiene esta terapia celular con respecto a los tratamientos tradicionales en los pacientes con fístulas?
- Una vez que pensamos que podíamos obtener células de la grasa, estuvimos buscando cuál sería el mejor escenario para probarlas. Vimos, por experimentos en animales, que estas células mejoraban mucho la cicatrización, y esto para los cirujanos es muy importante, porque la cicatrización es la base de nuestra actividad. Se eligió, después de muchas consultas, la fístula perianal, porque es el peor de los escenarios posibles. Es el área más sucia del ser humano, la más difícil de cicatrizar. Las posibilidades de que las fístulas en esta zona se curen con cirugía clásica, sobre todo si son complejas, gira en torno al 50 o 60%. Además, la cirugía tiene inherente otros problemas, como la incontinencia fecal. Lo que sabemos, sin desvelar los resultados finales, es que se ha alcanzado aproximadamente un 70% de curación de las fístulas sin necesidad de cirugía. Esto es mucho.
- Su estudio es el más avanzado, pero no el único que desarrollan en su hospital, en el que dirige la Unidad de Terapia Celular
- Sí. Hemos usado las células madre en algunos otros campos, como Urología. Lo que pasa es que son casos aislados. Tienen su valor como uso compasivo, pero en medicina la forma de comprobar que verdaderamente algo es exportable a todos los pacientes es a través de un ensayo clínico reglado, avanzado. En estos momentos hay distintos servicios del hospital que se están preparando para hacer ensayos clínicos de este tipo.
- ¿Ha habido colaboración de hospitales murcianos en este ensayo?
- En esta fase III no, pero hemos tratado algún paciente murciano a través del doctor José María Moraleda, jefe de Hematología de La Arrixaca. Mi unidad trabaja mucho con él. Es uno de los hematólogos más avanzados del país.
- De hecho Moraleda también ha creado una Unidad de Terapia Celular en La Arrixaca.
- Es uno de los mejores investigadores en terapia celular. A parte de La Arrixaca, tienen un soporte de investigación básica muy importante sobre todo a través de la Universidad Miguel Hernández, con el catedrático Salvador Martínez. Llevan ensayos muy avanzados en el tratamiento de la esclerosis lateral amiotrófica.
- En este sentido, ¿Murcia ha dado un salto, o todavía estamos a la cola como región?
- Murcia está dentro de los parámetros de la investigación y desarrollo en España. Lo que pasa es que en España nos falta acercarnos a los estándares europeos. Nos falta sobre todo mucha transferencia de nuestra investigación al sistema productivo. Hay magníficos investigadores, también en Murcia, pero no tenemos un tejido social ni empresarial que lleve nuestras ideas directamente al paciente. En las universidades, en los hospitales, los investigadores podemos tener muy buenas ideas, y eso está muy bien para el curriculum, pero si no hay tejido social, esas ideas no se desarrollan. Para eso debe haber mentalidades empresariales capaces de sacar adelante una patente.
- ¿Las administraciones y la sociedad valoran poco la labor de los científicos?
- Creo que la sociedad nos quiere, nos valora. Pero no hay una inversión sostenida. El ladrillo puede hundirse, pero la investigación no, es verdaderamente sostenible. Es lo que hace grande a un país. Pero en España no nos lo hemos creído, y ése es el verdadero drama español. La investigación es la fuente del verdadero desarrollo y de la creación de puestos de trabajo de calidad. En nuestro caso, en el que hemos tenido suerte, hay una empresa, Cellerix, para desarrollar nuestras células, y ahí hay más de cien puestos de trabajo de mucha calidad. Esto es lo que nos falta. Si nos lo creyésemos tendríamos una red de empresas biotecnológicas que ocuparían a un porcentaje importante de nuestra población.
- ¿Es necesario un cambio de mentalidad en la clase médica? ¿Son demasiado conservadores los hospitales a la hora de investigar?
- Habitualmente a un médico se le forma para curar a sus pacientes, pero hay un porcentaje de profesionales con una mentalidad innovadora, que buscan cómo resolver un problema que aqueja a un paciente y para el que no hay solución. Nuestro sistema de salud no tiene previsto qué hacer con estos médicos. Porque primero tiene que hacer su trabajo en el hospital, como todos los demás. Después, si quiere, investigará, y no va a ser nada reconocido por ello. No hay una estimulación. De todas maneras, quien quiere tira para adelante e investiga.
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