Repasemos cosas antiguas
En relación al que lógicamente será próximo presidente USA (el 
Colegio de Electores es quien finalmente elige) escribí aquí el 21 de 
Septiembre del 2015 con título “Donald Trump”, esto:
“Hace unos días estuve hablando con un ciudadano latinoamericano que 
lleva varios años residiendo y trabajando en NYC. Es un profesional que 
aún no tiene la Green Card, pero la obtendrá, seguro.
En un momento de la charla salieron las próximas elecciones 
presidenciales USA y sus candidatos. Recuerden: latinoamericano e 
inmigrante.
Muy tranquilamente me dijo que para NYC el mejor presidente 
sería Donald Trump. Supongo que puse una marcada cara de extrañeza, por 
lo que razonó su afirmación.
Esta ciudad, dijo, precisa de una muy buena administración para 
funcionar, y necesita estar limpia de elementos indeseables, y requiere 
que aunque esté todo muy ordenado las normativas no ahoguen. Con Trump 
eso se conseguiría.
Yo le argumenté que 1) Ni USA es NYC ni NYC es USA, y 2) que las 
posiciones del posible futuro candidato implican tensión y que las 
tensiones no son positivas.
Me escuchó muy atentamente y profundizó en su razonamiento: él habla 
de NYC, de NYC sola y exclusivamente porque NYC es su único entorno, y 
para él lo que marca la diferencia son los resultados, lo que suceda 
entremedio no es importante.
Insisto: profesional, latinoamericano, inmigrante y en NYC”.
Y el  30 de Mayo del 2016, con título “Mr. Trump”, esto otro:
“Vayan por delante dos cosas: 1) lo que viene no es propaganda a 
favor del candidato a la Presidencia de USA, Mr. Doland Trump, y 2) con 
lo que sigue no pretendo favorecer o perjudicar la candidatura del 
referido candidato ni de ningún otro, ni en USA ni en ningún otro país. 
Dicho esto, vamos allá.
De Mr. Trump se ha dicho casi todo, y casi todo negativo, incluso lo 
que de él se ha dicho de positivo está cargado de negatividad: que atrae
 a los trabajadores subempleados blancos o a los blancos que trabajan 
pero que ven peligrar su empleo. ¿Puede irse más allá de este análisis?.
Pienso que Mr. Donald Trump en USA. Mme. Marine Le Pen en Francia, 
Herr Norbert Hofer en Austria, Frau Frauke Petry en Alemania, y sólo por
 citar algunos nombres, son consecuencia de la combinación de una serie 
de factores con un denominador común: el retroceso en el estándar de 
vida de una parte creciente de la población junto a unas expectativas 
que, en el mejor de los casos, suponen el estancamiento cuando no el 
retroceso en esos estándares.
Lo que esos líderes políticos hacen es, por un lado, hablar sin 
medias tintas de esos problemas que afectan a personas de a pie; por 
otro, ofrecen soluciones sencillas y las comunican con un discurso fácil
 de seguir; por otro más, ponen sobre la mesa lo que los demás políticos
 no han hecho y, extrapolan, no van a poder hacer; y por encima de todo,
 denuncian como nulo el papel que las instituciones nacionales e 
internacionales están desempeñando en la solución de la problemática que
 afecta al hombre de la calle. Cierto: existen diferencias entre Mr. 
Trump y Mme. Le Pen porque existe diferencias entre USA y Francia y 
porque el escenario del día a día de USA y Francia es diferente, pero 
hoy son más las semejanzas que las diferencias entre los problemas de 
las ciudanías USA y francesa.
Lean esto:  Vayan
 más allá de las palabras: Mr. Trump está hablando a una parte de la 
población que ha perdido lo que tenía, que puede perderlo y que sabe que
 no lo va a recuperar. Mr. Trump habla a esa trabajadora que sabe que va
 a dejar de percibir 22 $ por una hora de trabajo y un seguro médico 
porque la fábrica donde trabaja se va a ir a un lugar donde va a pagar 
entre 3 $ y 6 $: entre el 86% y el 72% menos. Y ¿qué expectativas tiene 
esa trabajadora?, desde luego no encontrar un empleo con las mismas 
condiciones que ahora.
Ya, dirán que algo así ya sucedió en los 80 y que entonces no 
apareció ningún Mr. Trump. Cierto, pero entonces las expectativas eran 
muy distintas que ahora y entonces los discursos patrióticos del 
Presidente Reagan tenía mucho más recorrido del que ahora discursos 
semejantes puedan tener. Es decir, entonces empezó a hablarse de los 
‘trabajadores pobres’, de los working poor, ahora estos son legión.
¿Los errores del candidato Trump?, muchísimos, y de calado. De alguna
 forma su discurso dice pretender detener y revertir la globalización, y
 eso es imposible porque la globalización fue, en su momento, 
consecuencia de la evolución de la dinámica histórica; e ignora que, 
desde el fin de su Guerra Civil, mucho de su PIB USA lo ha obtenido 
gracias a la globalización. Pero cuenta con una cosa a su favor: sabe 
que ninguno de los otros dos candidatos en el otro partido, ni nadie en 
el suyo le va a decir a esa trabajadora que sí, que eso va a pasar 
porque es imposible que pase otra cosa porque cualquier medida orientada
 a evitar el cierra de la fábrica en la que esa trabajadora trabaja 
llevaría a un aumento de costes que reduciría la competitividad de esa 
fábrica lo que forzaría, bien a su cierre, bien a su robotización total,
 por lo que esa trabajadora está condenada a perder su empleo. ¿Es 
demagógico lo que Mr. Trump dice? Si lo es también lo es lo que sus 
contendientes callan.
Cuando se oye, cuando se analiza lo que estos partidos políticos 
proclaman, lo que sus líderes dicen, se olvida que lo que catapultó a la
 cima del Parlamento alemán a Adolf Hitler y al Partido 
Nacionalsocialista Obrero Alemán fue la Depresión y la situación en la 
que se hallaba la clase obrera. Cierto, los USA del 2016 no es la 
Alemania de 1933, pero las carencias y las expectativas de la clase 
obrera alemana en 1933, extrapoladas y adaptadas al 2016 es posible que 
tengan bastantes semejanzas con lo que están sintiendo muchos 
trabajadores pobres estadounidenses, franceses, austríacos y alemanes; y
 eso no se disipa con un discurso de concordia y buenas palabras.
¿Será Mr. Trump el próximo presidente USA? Ni la más remota idea, y 
aunque lo sea, una cosa es lo que el candidato Trump puede decir en un 
mitin en Indianápolis y otra muy distinta lo que pudiera firmar sentado 
en el despacho oval en la Casa Blanca. Pero el problema no es ese.
Gane quien gane la Presidencia el próximo Noviembre en USA, y sea 
cual sea la política de la Administración que acompañe a esa 
Presidencia, la postración, la pobreza, la falta de expectativas de 
parte de la población USA va a seguir estando ahí. Doy por supuesto que 
Mr. Trump y su equipo son conscientes de ello”.
Se está vendiendo que USA está de fábula, pero no es cierto, y 
bastantes personas están francamente mal. La tasa de desempleo que se 
está divulgando no es la verdadera, esta sí lo es: http://www.bls.gov/news.release/empsit.t15.htm y es bastante diferente a ‘la oficial’.
Si se piensa con detalle no es tan estrambótico que Mr. Trump haya 
obtenido más votos que Ms. Clinton y, en cualquier caso, si finalmente 
Mr. Trump es presidente (insisto: quien en USA elige presidente es el 
Colegio de Electores y en tres ocasiones en el pasado quien obtuvo más 
votos populares no lo fue) no esperen que diga cosas ni remotamente 
parecidas a las que dijo cuando era candidato. Entre otras razones 
porque a nadie le conviene que en el planeta se produzca un caos.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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