El nuevo alcalde de Milán, Giuseppe Sala, volará a Londres el miércoles, acelerando una batalla entre ciudades europeas que compiten para albergar dos prestigiosas agencias de la Unión Europea con sede en Londres tras la votación británica a favor de abandonar el bloque comunitario. La Agencia Europea del Medicamento (AME) y la Autoridad Bancaria Europea (ABE) dan empleo en conjunto a más de 1.000 personas de la UE. Ambas previsiblemente cambiarían de sede tras el brexit.
Estas agencias no sólo son preciadas por los empleos, sino por su potencial para atraer empresas del sector financiero y farmacéutico, dos de los sectores más importantes de Europa.
Esto ha desatado una batalla desde Madrid hasta Estocolomo o Varsovia mientras los socios de la UE buscan quedarse con estas organizaciones, sabiendo que los bancos y farmacéuticas querrán mantener unos estrechos lazos con los reguladores.
Sala se reunirá con los líderes de la AEM y la ABE en su visita de un día, preparada por el embajador italiano en Londres, dijo la oficina del alcalde.
Ambos reguladores tienen italianos en sus cargos más relevantes. El exregulador del Banco de Italia Andrea Enria preside la ABE y el exjefe de la agencia italiana del medicamento Guido Rasi es el director ejecutivo de la AEM.
También hay muchos italianos que trabajan para ellos en Londres.
La puja de Sala a favor de Milán incluye el atractivo estilo de vida de la ciudad y su ubicación, así como la zona de una Exposición internacional que cree que sería un lugar ideal para establecer los reguladores de la UE.
La decisión sobre a futura ubicación de las agencias dependerá en última instancia de los acuerdos políticos y además existen otras ciudades interesadas.
La ABE, que da empleo a 160 personas, ya ha dicho que se tendrá que desplazar y un responsable de la UE dijo la pasada semana que probablemente se reubique o en París o en Fráncfort. [nL8N19K4L7]
Su salida de Reino Unido pone de manifiesto cómo puede quedar al margen de la regulación financiera de la UE el distrito financiero de Londres, y posiblemente de los mercados de capital de Europa, dependiendo de los términos del Brexit.
Los gobiernos de Italia y España basan su oferta en parte en que creen que no tienen un papel justo de las grandes organizaciones de la UE, mientras que Polonia dice que es hora de reconocer la importancia de los países de Europa central fuera de la zona euro.
La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció la semana pasada la creación de un grupo de trabajo para pujar por la sede de la ABE y la AEM.
Entre otros candidatos a la ABE están Ámsterdam, Luxemburgo, Dublín y Viena, mientras que Estocolmo y Copenhague están interesados en albergar la AME.
La agencia del medicamento, con 890 empleados, dice que espera la recomendación de Bruselas sobre su futuro. Pero muchos ejecutivos de farmacéuticas creen que tendrá que reubicarse una vez que Reino Unido invoque el Artículo 50 del Tratado de la UE, que activa las negociaciones para abandonarla.
La gran preocupación para el sector farmacéutico es que el traslado desde Londres pueda interrumpir el trabajo del regulador, que ha actuado como el único para aprobaciones de medicamentos durante dos décadas y que depende en gran medida de las aportaciones de expertos británicos.
"Un movimiento apresurado sería muy perturbador. Necesitamos asegurar la integridad del sistema regulatorio", dijo Richard Bergstrom, director general de la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas, a Reuters.
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