Acuerdo. Voz. El fin del trabajo. Historia de España.
Tal y como se está desarrollando este ¿asunto? ¿problema?, da la impresión de que hay álguienes interesados en que no se llegue a ningún acuerdo. ¿O se busca un acuerdo en concreto?.
Ahora se habla de tiros, de ataques, de muertos, de separatismo, de tal modo que se ha olvidado como empezó esta historia: con un comunicado de la OTAN en el 2008 en el que se decía que nada impedía que Ucrania pudiera ser miembro de la alianza, comunicado que tuvo continuación en la oferta de colaboración económica que la UE realizó a Ucrania en el 2013. A partir de ahí todo se descontroló y comenzó a virar hacia un rumbo que nada tenía que ver con el original.
Hoy todo apunta a un conflicto económico de gravísimas consecuencias. Un conflicto en el que ese mismo ‘todo’ va a suponer perjuicios a Europa, el mismo protagonista de los perjuicios de todas las cosas malas acaecidas en el último siglo. No sé, tal vez Europa tendría que hacérselo mirar.
(Publicado 14.09.2014)
Miren Uds. por donde el referéndum escocés puede abrir una puerta que de acceso a un lugar que aunque no es nuevo sí lo es la forma como se va a abordar.
El referéndum que dentro de tres días celebrará Escocia está llevando a un planteamiento diferente de un estado de cosas muy antiguo, un planteamiento que tiene lugar en Escocia, pero que va a plantearse en más sitios. Según ese enfoque no se trataría de que una zona con características y razones históricas quiera segregarse de un Estado por sentirse oprimida por dicho Estado, sino que desea tener voz o tener mucha más voz de la que ahora tiene, y claro, es posible que para ello el camino sea la segregación. Parece lo mismo, pero es muy diferente.
Hasta aquí ningún problema, o sí, pero son problemas que se mueven en el plano de las ideas y/o de las ideologías, pero una vez aclarado el tema hay que pasar a la práctica: esa región o zona que desea tener más voz, ¿puede financiar el tener más voz?, ¿es sostenible por ella misma su deseo de tener más voz?. Pueden pensar Uds. que es una forma muy prosaica de verlo, pero analicen la Historia: únicamente la independencia económica es auténtica Independencia, todas las demás sólo son independencias: dependen de quien las financia.
Y ha sido UK, de nuevo, donde un debate sobre un tema nuevo ha empezado; otra vez en UK ha sido puesto sobre la mesa un enfoque diferente en relación a un problema antiguo. Dirán que fue en Suiza, y no: el germen de la Confederación Helvética nació en el S. XIII por pura necesidad, no por un deseo; el debate que está naciendo ahora en UK es otra cosa: el concepto de Estado ha sido superado por la evolución de las cosas y ahora hay que ir a zonas, clusters, comunidades homogéneas con voz y con poder decisorio.
Lo que puede estar muy bien, pero para lo que es imprescindible la sostenibilidad por uno mismo.
(Publicado 15.09.2014)
Hace unos días recibí un mail:
“He seguido su recomendación y este verano leí "El fin del Trabajo". En la última parte del libro Jeremy expone una serie de posibles medidas para mitigar la exposición brutal que realiza en la primera parte de su obra. Entre una de estas posibles medidas habla de la reducción de horarios laborales a 4 días. No obstante, creo haberle escuchado a usted no estar de acuerdo con este tipo de medidas (imagino que por el tema de la productividad).
¿La nueva obra de Jeremy Rifkin del "coste marginal cero", es una exposición más amplia de lo que él llama "Tercer sector" en el libro de "El Fin del Trabajo"?”
Mi respuesta:
“El profesor Rifkin publicó su libro en 1995, cuando en Francia se estaba ensayando el reparto del tiempo de trabajo y cuando la robótica se hallaba mucho más atrasada que ahora. En algunas actividades, en algunas colectividades, tal vez sea posible repartir tiempo de trabajo –y salario– o reducir jornada laboral –y salario–, pero los tiros no van por ahí porque excepto en actividades ultraintensivas en capital la productividad cae, y en muchísimas, al precio actual de la tecnología y en base al margen que rinden, no es rentable realizar las enormes inversiones que serían necesarias.
El Tercer Sector es el del voluntariado; al coste marginal cero se llega debido a las tecnologías de la comunicación y a las posibilidades de descentralización productiva y distribución que brindan. Ambas pueden coexistir, claro, pero una no depende de la otra”.
(Publicado 15.09.2014)
En los años comprendidos entre 1996 y el 2008 el PIB de España creció a una media del 3,8% anual mientras que el de la UE 15 lo hacía a una media del 2,5%.
Sin embargo, entre 1996 y el 2007, mientras que la productividad en la UE 15 aumentaba a un ritmo del 1,5% anual en España lo hacía al 0,5%.
Durante aquellos años el incremento del PIB fue mayor que el de la productividad porque fue un crecimiento basado en un empleo de reducido rendimiento que se apoyaba en una tecnología muy pobre, y cuanto más empleo de ese tipo se creaba más crecía el PIB y peor evolucionaba la productividad.
En la cúspide de ese período la construcción llegó a representar el 17% del PIB, y en esos diez años España creó ocho millones de empleos. ‘España iba bien’, se decía.
Sabemos cómo se financió todo aquello: con una deuda privada que hoy, pienso, no se puede pagar, y cuando se hundió el tinglado recaudatorio-obrapúblico, llegó el turno de la deuda pública a fin de financiar lo que de otro modo no se podía financiar hasta alcanzar un volumen que, también pienso, tampoco se puede pagar.
Hoy España depende de que le compren la deuda, crece mucho menos de lo que ascienden los intereses que por deuda tiene que pagar, el pago de la deuda privada depende de la evolución de un empleo que cada vez es más precario y cada vez está peor remunerado, y precisa imperiosamente que le sigan comprando en el exterior y necesita que sigan viniendo muchos turistas: cada vez más. Y se dice que las raíces de la recuperación son sólidas.
Puesto así todo seguido impresiona, ¿verdad?
(Fuente de los datos BBVA)
(Publicado 15.09.2014)
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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