La aparición de oportunidades en un contexto de escasez de deuda lleva a los fondos de 'private equity' a rediseñar nuevos métodos de sufragar los gastos de la actividad y estructurar las operaciones.
Las restricciones financieras han tenido un impacto dramático en el conjunto de la economía, pero para algunos sectores la actividad crediticia resulta especialmente la savia que dinamiza la actividad. Es el caso del capital riesgo. "La principal necesidad es la financiación para adquirir compañías y lo que los fondos de capital riesgo precisan, aparte del capital que aportan sus inversores, es deuda para completar el equity que se pone en cualquier operación", afirma el socio responsable de Private Equity de KPMG, Fernando García Ferrer.
Los fondos y las gestoras de capital riesgo reconocen que la escasez de deuda ha afectado tanto a la estructuración de operaciones como a la actividad diaria de los fondos. Según explica Maite Ballester, consejera delegada de la gestora 3i y vicepresidenta de la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (Ascri), las restricciones crediticias han provocado que cambie la estructuración de las operaciones desde un modelo en el que una porción mayoritaria del importe de la operación era de deuda a un modelo en el que es superior la cantidad de capital aportada por los inversores. Ballester resalta que la tónica general en las nuevas operaciones es aportar un 60% de capital y un 40% de deuda, pero algunos expertos resaltan que, antes de la crisis, algunas operaciones de private equity llegaron a estar respaldadas con un 80% de deuda.
Ello no significa, precisa Ballester, que se haya mermado la disponibilidad de capital en este sector. Según los últimos cálculos, la cantidad de fondos levantados pero no invertidos asciende a los 40.000 millones de euros en toda Europa y a 5.000 millones de euros en España.
Otras fuentes aluden a que los cambios en el sector sí podrían afectar a la preferencia de los inversores por España. Según Javier Lancho, socio responsable de Transaction Advisory Services de Deloitte, "la inversión en private equity es cara, con el riesgo país que tenemos, cuando las gestoras deseen levantar fondos, no van a conseguirlos", A su juicio, esto redundará en la salida de varios fondos internacionales del mercado español.
En segundo lugar, las dificultades en los mercados de capitales han dado lugar a que todos los agentes del mercado afronten costes superiores a la hora de solicitar financiación. El consejero delegado de la gestora de fondos Nazca Capital, Álvaro Mariátegui, subraya en este sentido que en el mercado sigue existiendo capacidad para financiar operaciones, "pero los bancos son ahora mucho más exigentes y prudentes en sus planteamientos de financiación, ajustando más los niveles de deuda y su coste a cada proyecto".
En concreto, estas rigideces se plasman en comisiones más elevadas, los plazos de amortización más exigentes y covenants (compromisos) más rigurosos. Asimismo, "la reputación del fondo de capital riesgo que realiza la inversión y su historial en la gestión de operaciones apalancadas son ahora criterios mucho más importantes que hace unos años", resalta Mariátegui.
Según un informe publicado recientemente por Deloitte sobre la evolución de este sector, las restricciones financieras se materializan también en la preferencia de las entidades en financiar operaciones para la adquisición de participaciones en compañías con un flujo de caja fuerte, una posición de liderazgo en el mercado o con un elevado nivel de competitividad en su segmento.
Por todo ello, los agentes del mercado comienzan a gestar nuevos sistemas de compra hasta la fecha poco frecuentadas en el mercado de capital riesgo. Ballester, de 3i, apunta que las gestoras se afanan por buscar oportunidades en empresas que ya tienen un elevado nivel de endeudamiento. Ello permite realizar operaciones con una mayor presencia de capital, ya que el apalancamiento ya está comprometido.
Asimismo, los grandes fondos internacionales comienzan a apoyarse en instrumentos financieros con más riesgo, como los high yield bonds (bonos de alto rendimiento), para llevar a cabo adquisiciones por importes muy elevados. Por último, uno de los métodos que comienzan a utilizar las gestoras es el vendor loan que, según explica Javier Lancho, de Deloitte, consiste en financiarte contra el propio vendedor. "Si yo pacto con él pagos aplazados, hay una parte del capital que está financiando el vendedor, lo que puede resultarle beneficioso en términos de impuestos", apunta el experto.
En definitiva, la crisis ha supuesto una transformación de la estructuración de operaciones en el mercado de capital riesgo. Según Lancho, "es una actividad que va a tener que evolucionar a retornos más pequeños y un coste para el fondo mucho más barato".
Las cifras
43% ha aumentado la inversión de capital riesgo en España en el primer semestre de 2010, hasta 1.091 millones de euros.
5.000 son las operaciones de capital riesgo cerradas en los primeros seis meses del año en el mercado español.
372 millones de euros es el capital levantado y no invertido en España.
Más inversión y operaciones más pequeñas
El mercado del capital riesgo comienza a moverse después de un 2009 marcado por la caída de la actividad y los fondos están aprovechando las oportunidades que van surgiendo en este periodo de crisis. Según los datos de la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (Ascri), la inversión de este tipo de fondos en España estaba situada en 1.091 millones de euros a fecha de 30 de junio de este año, lo que representa un 43% más que en el mismo momento del año anterior. En los primeros seis meses del año, la asociación ha contabilizado 372 operaciones, la misma cifra que se registró en el primer semestre de 2007.
Las cifras de Ascri revelan que un incremento de las operaciones apalancadas, lo que, a su juicio, denota una mejora de la confianza de las entidades financieras en la evolución del sector.
Por su parte, Capital & Corporate informa de que la cuantía de las operaciones registradas en el primer semestre del año no superó los 100 millones de euros, lo que muestra un predominio de las compras de tamaño medio y pequeño. También es, según explica la organización, una evidencia de que la deuda sigue siendo "escasa y cara".
Una de las operaciones más importantes que cerraron en España en el mercado de capital riesgo en el primer semestre del año fue la compra del 49,9% del Grupo Inaer por parte del fondo Kolberg Kravis Roberts (KKR), por valor de 350 millones de euros, seguida de la compra de un 25% del Grupo Santillana por parte del fondo DLJ South American Partners, que se realizó por valor de 278 millones de euros, según los datos recogidos por Capital & Corporate.
Otras operaciones destacadas son la adquisición de un 35% de R Cable y Comunicaciones, llevada a cabo por CVC Capital Partners, y la adquisición de un 10% de Mecalux por la entidad Artá Capital. Las operaciones estaban valoradas en 155 y 55,45 millones de euros, respectivamente. Finalmente, una de las compras destacadas del semestre fue la adquisición del 100% de fotovoltaica Los Navalmorales, por 50 millones de euros, por Eolia Renovables.
fuente: http://www.cincodias.com/articulo/Capital-Riesgo/busqueda-financiacion-nuevo-desafio/20100726cdscpt_1/cdssupcpt/
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