Ayer se supo que una de las fusiones de cajas propuesta para ir saneando el sistema financiero español iba a explotarle en la cara a los trabajadores de las entidades en cuestión. Caixa Catalunya, Caixa de Manresa y Caixa de Tarragona, con un esfuerzo titánico por salvar sillones y posaderas, han anunciado un futuro ERE encubierto que tiene su origen en la redundancia de las oficinas de esas tres cajas. No es un caso aislado; otras están en la misma sintonía. Hay entidades que son auténticos cadáveres andantes que, cuando se dignen a dejar de mentir e incorporen a sus balances toda la operativa derivada de sus fallidas promociones inmobiliarias, evidenciarán que lo mejor es proceder a un desmantelamiento ordenado de las mismas. Aguantar el mal llamado “mejor sistema bancario del mundo”, que no es más que un lodazal garantizado con un Fondo de Garantía de depósitos que se ventilaría con la quiebra de cualquier entidad mediana de este país, es un error de incalculable costo y, sobretodo, una injusticia económica, laboral, estratégica y, si me apuran, moral.
Siempre que se produce un proceso de integración es evidente que se tiene que racionalizar esa integración y se debe dimensionar la estructura de costos para ganar en eficiencia. La de las tres cajas con las que encabezo este post, por ejemplificar con una en concreto, es una fusión diseñada en la UVI. No se ha hecho por voluntad de las partes sino por obligación. Pero todo esto no sería más que cháchara de bar sino entráramos en lo verdaderamente importante. El gobierno está ante un problema gravísimo. Resulta que el gobernador del Banco Central Europeo ya está trasladando la directiva de que hay que parar las ayudas al sector financiero, algo que recordó ayer el mismo Ontiveros. Unos estímulos (como les gusta decir) que se han ido vertiendo sistemáticamente para sufragar la crisis. En España esos vertidos aun no han comenzado en términos prácticos, y no lo han hecho por que no hay proyectos sólidos que así lo exijan. Realmente, en la mesita de noche de la ministra de economía no hay nada. Ni tan siquiera el desastre de Caja Castilla la Mancha, cuya resolución con Cajastur se me antoja de epopeya lírica.
Hay ingredientes en los entremeses de este almuerzo bancario que dejan claro que seguimos en la transmisión estratégica de paquetes de ignorancia a la ciudadanía. La reducción de estructura en esas fusiones que se van a ir produciendo no se está comunicando adecuadamente. Que las tres cajas que he traído en este artículo representen un teatrillo sobre la eficiencia y la adecuación, me parece insultante. La realidad es que hay dos cajas que están en riesgo de insolvencia manifiesta, que a la calle van a ir un 20% de las plantillas y que van a cerrar un tercio de las oficinas existentes. Eso va a pasar en menos de un año. La fusión de tres cajas genera una nueva entidad que es menor que la mayor de ellas. Podemos llamarlo “salmón ahumado” pero no deja de ser un ajuste a la baja de otro elemento fundamental de la economía. ¿Recuerdan aquello de equilibrar el coste del dinero y el valor del capital?
Llegados a estas alturas debemos aceptar que todas la fusiones que se van a ir produciendo no vienen por aspectos estructurales o de gestación de negocio integral, ni tan siquiera por unidades políticas. La versión oficial suele ir acompañada de una explicación de risa. Dicen que todo este ejercicio de complementación entre entidades busca mejorar las posiciones de riesgo y cobertura de las entidades. Obviamente eso no es así, si cuando hablamos que el resultante es menor que la suma independiente, o ni tan siquiera que la suma no llega a ser ni del tamaño de una de ellas. Aquí de lo que se trata es de poder meter la mano en el FROB.
Corre prisa pillar lo que se pueda. Resulta que el asunto del Fondo de Ordenación debía estar resuelto en julio pasado, así lo estimó el Gobernador del Banco de España. Después aseguró que el mejor momento era final de año, pero estamos en la sala de espera de 2010 y eso aun no se ha produce. De hecho, los proyectos para fusiones y rescates no están ni presentados donde toca.
La evidencia de que esto está hecho con el empeine es que la directriz política de que las fusiones se estructuren en las mismas comunidades autónomas para devenir entidades pseudonacionales circunscritas en sus territorios de influencia. Eso ha provocado redundancia y sacrificios orgánicos que no se acompañan con proyectos de empresa. Por eso no se están produciendo y las reticencias son gigantescas. Los corralitos (en el sentido de “reducido espacio de poder” o rancho, no vayan a pensar mal) están a la orden del día y son los que determinan la imposibilidad de llegar a acuerdos. La mayoría de proyectos de fusión hablan de mantener consejos de administración independientes por parte de las partes fusionadas y que no se integrarán en términos orgánicos sino sólo en términos de negocio. ¿Qué quiere decir que se integra el negocio cuando habrá diferentes direcciones al mando?
Estamos a finales de año y las ayudas del FROB, que en su día fueron criticadas por la Unión Europea por ser ayudas directas a empresas que se deben retornar, no surtirán el efecto para el que estaban diseñadas. Seguimos frente a un modelo que no busca la eficiencia sino el escape. Cuando se habla de que sobra gente en las entidades que se irán fusionando, en un escenario con más de 40 cajas, se desembocará en otro con una decena, no se entra en modelos de negocio o estrategias empresariales, sólo se atiende a como quitarse de en medio al personal sobrante y las oficinas ineficientes a fin de que, en el peor de los casos, no trascienda la verdadera situación de las entidades en cuestión. Bajas incentivadas y prejubilaciones insultantes permitirán esconder el drama.
En definitiva, seguimos con el mismo melodrama y la misma tomadura de pelo, pero al cuadrado. Mientras que cada día más de 4.000 personas según el Instituto Nacional del Estadística Manipulada (INEM) se van al paro cada día y tienen serios problemas para gestionar su propia vida con los importes que se ofrecen como subsidio, mientras cada vez son más familias las que no tienen a ningún miembro trabajando y mientras que la mitad de los jóvenes de este país no tienen empleo ni expectativas ni soporte para tenerlo, mientras eso pasa, otros lograrán excepcionales condiciones para acceder al paro con ventajas sobrellevadas. Lo lograrán a edades tempranas para jubilarse y lo harán en condiciones que los bancos y la administración están diseñando.
¿Adivinan quien pagará esa fiesta? Serán despedidos o “animados” a despedirse. Los caramelos se pagarán con el dinero que sale de nuestros impuestos, puesto que todos ellos, tras las bajas incentivadas formarán parte del sistema de pensiones. Centenares de gestores que se abocaron a la concesión de crédito incesante, a la sobretasación voluntaria y a la “firmeestoyconfieenmí”, van a salvaguardar su futuro gracias a los pringaos de siempre.
link: http://www.cotizalia.com/salida-emergencia/fusiones-cajas-UVI-20091111.html
No hay comentarios :
Publicar un comentario