martes, 16 de diciembre de 2014

Automóvil 56. ‘Morosidad’.

Automóvil 56. ‘Morosidad’.

Automóvil 56.
Ya les he hablado de que conozco a una autoridad en el mundo del automóvil, y de que, a veces, me cuenta cosas. Ayer me remitió un mail a raíz de un comentario que le hice.
“Lo del PIVE lo hemos hablado más de una vez: las subvenciones simplemente desplazan el momento de compra, si realmente quieren sacar coches viejos (peligrosos/contaminantes) de la carretera que endurezcan los controles de ITV y sean más estrictos en las estaciones de revisión.
La gente no compra coches nuevos si no tiene dinero (habiendo coches de 9.000 €, cuando la gente se compra coches de 20.000 € con el PIVE incluido ... los gobiernos son TONTOS). El argumento de los fabricantes de que si no hay PIVE se marchan es ridículo (producen en España porque sale barato y se exporta casi todo, no es para consumo "local").
(…)
Hay coches (y motos) de más de 100 años que funcionan perfectamente - el problema que ocasiona que un coche "se rompa" es siempre la falta de recambios y/o la tacañería en el mantenimiento (he visto coches que en 60.000 km no habían cambiado el aceite ni los filtros... aún funcionaban pero seguramente habían acortado su vida útil). Pronto no habrá muchos "clásicos" de los '80 o '90: la electrónica es difícil de reparar y llevan piezas de goma y plástico pequeñitas que nadie fabrica”.
Para meditar.
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‘Morosidad’
Posiblemente hayan visto yael gráfico que viene a continuación, pero vuelvan a mirarlo: es un pedazo de la Historia de España: recoge la evolución del crédito y de la ‘morosidad’ de tal crédito desde 1998 hasta el pasado año. Mírenlo: produce un efecto hipnótico.


Cosas curiosas:
Hasta el 2008 la morosidad es ridícula, lo que rompe con esa lacra que dice que ‘el español impaga por sistema’. No es cierto (lo que no quiere decir que lo sea para algunos).
Pero también es cierto que desde el 2001 el crédito creció y creció, y que se disparó hasta las estrellas en el 2005. (En el 2001 ‘España iba bien’, en el 2004 ‘España iba más que bien’, y en el 2007 ‘La economía española jugaba en la Champions League de las economías mundiales’).
Es un círculo perverso. España iba bien porque el crédito era descomunal y porque fluía descomunalmente, y como había crédito había crecimiento y las deudas se pagaban; pero se pagaban porque había crédito no porque hubiese crecimiento en sí, ya que cuando el crédito se acabó la ‘morosidad’ empezó a dispararse.
En Noviembre del 2014 la ‘morosidad’ se halla situada en el 13%, pero más que el porcentaje lo verdaderamente espectacular es el crecimiento que ha experimentado desde el 2008, crecimiento que es de risa en comparación con el hundimiento que ha experimentado el crédito desde del 2006; un derrumbe sin parangón, tremendo, espectacular, que la ilusión de los ecos del Plan E en el 2011 ni siquiera camufló.
Las conclusiones son tremendas. España ha vivido del crédito: en términos generales no existe la autofinanciación en España. Todo: crecimiento, consumo, financiación de stocks, ha pivotado sobre el crédito, por ello, cuando el crédito se ha derrumbado, adiós.
España, se dice, necesita crédito. ¿Para qué? ¿Para repetir otra vez la historia que recoge este gráfico? ¿Para continuar ahondando en esta dependencia? ¿No sería más conveniente realizar un análisis sobre qué sí y qué no? Dicen los bancos que en España no hay demanda solvente de crédito, ¿cómo va a haberla si la solvencia de antes la daba el crédito que ahora ha dejado de manar?
Este gráfico muestra otra cosa: cómo y dónde están, verdaderamente, España y su economía.
Por favor, que alguien haga llegar este gráfico al Sr. Ministro de Economía. Igual él no lo ha visto.
(Escribo ‘Morosidad’, entre comillas, porque, ¿qué parte de esos 184 mM actuales que no-se-pagan es morosidad y que parte impagadosidad?).
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Un descenso que corta el aliento




fuente: https://es.eurosport.yahoo.com/blogs/chorreo-digital/un-descenso-que-corta-el-aliento-110737313.html?cmp=esfb&linkId=11080880


Cuatro requisitos estratégicos que precisarán los gestores para tener éxito de cara al futuro

Con 18 billones de euros en activos financieros, Europa se mantiene como uno de los mayores mercados de gestión de patrimonios del mundo, con un crecimiento mayor que el PIB nominal europeo desde 2012 (del 4,3% anual). Mientras el sector debe hacer frente a importantes retos como la creciente competencia, la rentabilidad limitada y el comportamiento cambiante del cliente, los mercados de capital aún esperan que los gestores aporten ganancias significativas y que el crecimiento de los activos continúe en el futuro. El informe 'El futuro de la gestión de patrimonio europeo: condiciones para el éxito' describe los cambios fundamentales que están cambiando el sector europeo de gestión de patrimonios, e identifica varios factores estratégicos que marcarán la diferencia entre los mejores y los peores.
Se trata de un estudio elaborado conjuntamente por J.P.Morgan AM y Oliver Wyman a partir de un análisis cuantitativo y cualitativo realizado a través de entrevistas en persona con los consejeros delegados y altos ejecutivos de 23 gestoras de patrimonio de toda Europa, así como de una encuesta online a otros 136 profesionales del sector. Entre los resultados destaca que el 90% de los consultados esperan que se produzca consolidación en la industria, en un momento en que se prevé que la mitad de toda el patrimonio europeo cambie de manos. En este sentido, la gran mayoría de los gestores vaticinan cambios estructurales, como se muestra en el gráfico siguiente, con un 85% que espera que los grandes jugadores adquieran a los más pequeños, en tanto que el 73% aguardan algún tipo de consolidación.
Entre las conclusiones se indica que la siguiente generación de clientes está surgiendo a la vez que se crea riqueza en nuevas industrias, y el grueso del traspaso de riqueza a una generación más joven se producirá durante los próximos 20 ó 30 años. En este sentido, las innovaciones digitales proporcionarán oportunidades para acceder y ofrecer mejores servicios a los clientes, pero también facilitará la irrupción en el mercado de nuevos actores. También se explica que un enfoque regulador hacia la protección de los clientes y la estabilidad del sistema financiero supone numerosos desafíos para los gestores, pero también se abrirán oportunidades para la diferenciación, y que la demanda de una completa transparencia fiscal está poniendo el modelo tradicional ‘offshore’ bajo presión.
“Con un cambio en camino sin precedentes en la industria, el tradicional formato del gestor de patrimonio está en cuestión. Una buena comprensión de las fuerzas en juego, una estrategia clara y una eficiente ejecución, diferenciará a los futuros ganadores de los perdedores”, afirma Stefan Jaecklin, socia y directora de la Unidad de Gestión de Patrimonios y Activos de Oliver Wyman. Basándose en los resultados del informe, J.P. Morgan AM y Oliver Wyman han identificado cuatro requisitos estratégicos principales que precisarán los gestores exitosos:

1. Los operadores  deben aprender de los gestores que más utilizan la tecnología y de otros competidores no bancarios cómo pueden mejorar sus propias ofertas digitales. “Es un hecho indudable que la irrupción de la tecnología y los nuevos modelos de negocio están afectando también a la industria de gestión de patrimonios -estos nuevos jugadores ofrecen propuestas de gran valor con total transparencia, lo que les permite ganas muchos nuevos clientes”, asegura Claude Kurzo, director de Estrategia y Desarrollo de Negocio de EMEA de J.P. Morgan AM.

“Sin embargo, los gestores tradicionales deberían aceptar la llegada de nuevas tecnologías, e incorporar en sus modelos los beneficios de la facilidad de acceso, la transparencia y la automatización. Los ganadores serán las empresas que sepan combinar con éxito los avances tecnológicos con las señas de identidad de los gestores tradicionales - la estabilidad, diversificación  de la oferta, y, lo más importante, un asesoramiento personalizado”.

2. La productividad y eficiencia operativa necesita crecer aún más para hacer frente a los aumentos de costes y la disminución de los márgenes. Según Jaecklin, “productividad y eficiencia serán imprescindibles para conseguir el 9% de fondos bajo gestión y el 7% de crecimiento de ingresos que los gestores de patrimonios están pronosticando”. Como se muestra en el gráfico siguiente, los gestores añadirán un número significativo de personal comercial costoso para lograr este crecimiento. “Para proteger sus resultados, tendrá que aprovechar la tecnología y la automatización para reducir los costes operativos y asegurar que su personal comercial se concentra en atraer y prestar servicios a clientes”.
3. Los gestores deben replantear los modelos de atención al cliente para ofrecerles un mejor servicio. Las ofertas y peticiones discrecionales, de asesoramiento y de simple ejecución deben ser más transparentes para los clientes, y más eficientes y automatizadas para los gestores. También deberán hacer más énfasis en el asesoramiento y en la creación de carteras orientadas a los resultados para los clientes, básico en la gestión de patrimonios.

4. Se necesita una relación más profunda y cercana entre los gestores de patrimonio y de fondos para ofrecer unas propuestas y alternativas de inversión de más calidad. “Teniendo en cuenta la situación actual, los gestores de patrimonio deben buscar una estrecha colaboración con los mejores gestores de fondos para desarrollar ofertas personalizadas para los  clientes, para asegurar que reciben el mejor asesoramiento posible. Algunos gestores de patrimonio ya han comenzado a actuar así, y trabajan con los gestores de fondos en más facetas, como  por ejemplo, en los mercados de capital y experiencia de producto, en el desarrollo conjunto de los mismos e ideando carteras orientadas carteras a la consecución de resultados” concluye Kurzo.











fuente: http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/cuatro_requisitos_estrategicos_que_precisaran_los_gestores_para_tener_

¿Ahora sí? Tras siete años en el dique seco, la construcción en España se despereza

En una ajetreada calle en el centro de Madrid, Juan José Perucho muestra dónde va a construir uno de los bloques residenciales más altos de la capital tras adquirir en noviembre al público Metro de Madrid un terreno superior al espacio de cinco campos de fútbol. "Hemos vendido más rápido que nunca en esta promoción", explica el jefe de la inmobiliaria IBOSA sobre la torre de 25 pisos con piscina y jardines verticales. "No he visto nada igual en mis 24 años en este negocio". El país, tan acostumbrado a un paisaje coronado de grúas durante décadas, está volviendo tímidamente a la actividad después de siete años de una sequía histórica con el pinchazo de una burbuja inmobiliaria que desencadenó la mayor recesión desde la democracia. Entre los meses de junio y septiembre, la construcción residencial registró su primer aumento trimestral desde el comienzo de la crisis.
Pero aunque los datos muestran señales de un incipiente fortalecimiento de la confianza de los españoles en la recuperación de su economía, los expertos coinciden en que es improbable que la actividad vuelva a niveles anteriores a la crisis, por lo que el otrora enorme aporte al empleo y el PIB del sector habrá todavía de ser sustituido por otra actividad.
Actualmente la construcción en España representa alrededor del cinco por ciento del Producto Interior Bruto (unos 50.000 millones de euros) en comparación con el diez por ciento que contabilizaba en los años de bonanza.
Su tasa de empleo ha descendido a casi la mitad de lo que concentraba antes de la crisis inmobiliaria del 2008 sin perspectivas inmediatas de un fuerte repunte.
En la cima de un ciclo explosivo que duró una década, España construía anualmente más casas que Alemania, Francia e Italia juntas.
Esta desorbitada actividad dejó un stock de 740.000 viviendas nuevas sin vender, con perspectivas difíciles de absorción tomando en cuenta que muchos de ellos se encuentran fuera de las grandes ciudades, en zonas como Guadalajara o La Rioja, donde la demanda es bajísima.
Los bancos, con 161.000 millones de euros de deuda de inmobiliarias pesando sobre sus balances, gran parte de ella considerada problemática, han extremado la cautela sobre los préstamos para nuevos proyectos y se están centrando casi exclusivamente en desarrollos de alta gama en Madrid y Barcelona, donde los precios empiezan a subir selectivamente.
Además, las inmobiliarias deben tener vendidos de antemano al menos la mitad de los apartamentos antes de cerrar acuerdos de financiación y también han de financiar por su propia cuenta la compra de los terrenos y aportar aproximadamente la mitad de los costos de construcción, explican fuentes bancarias.
Pero incluso a pesar de las estrictas condiciones actuales, que contrastan con una década en la que incluso modestos albañiles constituían pequeñas inmobiliarias animados por la barra libre de la financiación, hay más proyectos que el año pasado, especialmente por las perspectivas en Madrid y Barcelona.
Entre enero y octubre, el ayuntamiento de Madrid otorgó 3.131 permisos de construcción residencial, más de lo concedido en el conjunto de 2013.



COTO DE HIPOTECAS
Otra inmobiliaria que cotiza en bolsa, Domo, prepara un nuevo edificio de departamentos en un terreno que compró el pasado mes de noviembre al Ministerio de Defensa en el exclusivo barrio de Chamberí.
Los bancos, que han visto caer sus márgenes por los bajos tipos de interés y que son mucho más selectivos a la hora de elegir a los clientes, están viendo en los proyectos de viviendas de alta gama una oportunidad de captar clientes con altos ingresos a los que más adelante también podrán ofrecer nuevos productos.
Aunque el 80 por ciento de los españoles son dueños de su casa, dos veces más que la media de la zona euro, el importe de las nuevas hipotecas concedidas se ha reducido a una décima parte respecto a los 127.233 créditos inmobiliarios que se firmaban en marzo de 2006.
"Una de las grandes motivaciones para entrar en el negocio de financiación al promotor (a inmobiliarias) de nuevo es capturar al titular de la hipoteca ", dijo Joan Bertran, director de inversiones inmobiliarias de Banco Sabadell.
Su equipo está considerando alrededor de 150 solicitudes de financiación de inmobiliarias tras no estudiar una sola propuesta el año pasado y ya ha aprobado alrededor de ocho nuevas inversiones en Madrid y una cantidad similar en Barcelona.
De vuelta al lugar donde se ubicará la tercera torre residencial más alta de Madrid sobre antiguos terrenos del Metro y con financiación de Caixabank, Perucho dice que la mayoría de los compradores son españoles y están comprando departamentos para vivir, no como una inversión.
Explica que, de los compradores, una proporción más grande de lo habitual son españoles que trabajan actualmente en el extranjero con empleos bien remunerados, en una muestra de cómo los profesionales que han viajado al extranjero para trabajar durante la crisis están ayudando al país a recuperarse.
En este escenario hiperselectivo y mientras miles de departamentos construidos hace años siguen sin venderse, las inmobiliarias más alertas están preparadas para pujar por otras parcelas de terreno promocional en las grandes ciudades con alto potencial de interés, como el lugar que ocupa actualmente el estadio de fútbol del Atlético de Madrid en la ribera del río Manzanares.
"Se trata de la vuelta a una actividad más o menos normal, no es ni mucho menos un boom", explica Perucho. "El mercado estaba totalmente paralizado durante siete años y hay una cierta acumulación de demanda". 
(Información adicional de Robert Hetz; Traducido y editado al español por Carlos Ruano

domingo, 14 de diciembre de 2014

“El mercado puede permanecer irracional más tiempo del que usted puede permanecer solvente”

Llevamos hablando durante meses de una posible corrección de importancia en los mercados de valores europeos y el de EE.UU. Sin embargo, el Dow Jones está de nuevo en máximos históricos, y las bolsas del viejo continente cerca de máximos anuales. ¿Somos tan malos los analistas como para equivocarnos una y otra vez en nuestras previsiones? No del todo. John Maynard Keynes dijo en una ocasión: “El mercado puede permanecer irracional más tiempo del que usted puede permanecer solvente”. Esta verdad irrefutable se aplica tanto en las caídas como en las subidas irrefrenables. ¿Pero es la actual subida irracional? Probablemente sí. Los analistas de J. Lyons Fund Management han elaborado el siguiente gráfico adjunto que recoge la evolución del S&P 500 Composite ajustado a inflación desde 1871 (aunque el selectivo se creó en 1950 los datos anteriores se han elaborado con los precios de las acciones disponibles en el momento) respecto a su línea de regresión, la cual nos valdrá como tendencia de largo plazo en torno a la cual fluctúa el indicador.
Como vemos, excepto en el período que va desde noviembre de 1998 a julio de 2001 en plena burbuja punto com, el mercado de acciones estadounidense no ha estado tan sobrecomprado en su historia. Ni incluso antes de la Gran Depresión.

La primera vez en la historia que el S&P Composite estuvo por encima del 90% de su recta de regresión fue en noviembre de 1998, alcanzando un máximo en diciembre de 1999 con un diferencial del 148%. Actualmente ese gap se encuentra en el 91%. Estos datos son especialmente significativos si los comparamos con agosto de 1929 antes del inicio de la Gran Depresión, donde la diferencia entre acciones y tendencia de largo plazo era del 74%. En todas las ocasiones en la historia que ese diferencial se ha acercado al 90%, incluso sin superarlo, la bolsa estadounidense ha sufrido una caída muy abultada.
El mercado puede seguir subiendo desde los actuales niveles, en 1998 cuando se alcanzó unos niveles de sobrevaloración similar, aún siguió aumentando posiciones por otros 20 meses más. Ahora bien, desde un punto de vista de largo plazo, puedo afirmar que no es el mejor momento para crear una cartera de inversión, porque es muy probable que los rendimientos promedio en los próximos 5-10 años sean insatisfactorios.

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