jueves, 3 de septiembre de 2015

Presupuestos 2016

Hace uno días un lector me escribió un mail.
“Aprobar los presupuestos de 2016 es lo más sensato que se puede hacer. Los Mercados no nos perdonarían el no hacerlo y que a partir de Noviembre salga otro gobierno con otras caras que empiecen a dar problemas. Esto da estabilidad. Y a partir de 2017 ya se verá”.
Mi respuesta:

“Pienso que conceptualmente dejar en herencia unos presupuestos cerrados días antes de unas elecciones generales es una aberración: hacer eso se carga el principio de que los presupuestos son privativos de los gobiernos y el de que su aprobación corresponde al Parlamento, que debe ser el que salga de las próximas elecciones, porque … el que este Verano se va a elaborar va aser el presupuesto del próximo año.

La lectura que hago de este hecho es el de que, al margen de previsiones, la situación en que realmente se halla de la economía de España es de infarto, y me lo conforma el que ningún partido haya dicho ni pío salvo algún susurro en voz queda de no más de un minuto la semana pasada. Si los partidos políticos actuasen con arreglo a la dinámica democrática pienso que debieran haber dicho que si se elaboraban y aprobaban los presupuestos antes de las elecciones no concurrirían a las mismas. Luego como no han dicho nada, la deducción, sigo pensando, es obvia: alguien de muy arriba ha dicho: '¡Shhhhhh!'.
Esta orden ha tenido que venir de fuera y está orientada a, en una primera ronda, bajar el déficit; luego, tras elecciones, vendrá la segunda ronda: nuevo ajuste presupuestario porque este no va a ser suficiente; y como del que se va a aprobar en Verano nadie se acordará ...

El Gobierno juega con tres tipos de variables. Por un lado se beneficia de factores incontrolables como el bajo precio del petróleo, un euro barato, unos tipos de interés anormalmente bajos; por otro del hecho de que los mercados quieren y necesitan tranquilidad y si España va pagando los intereses de lo que debe, que siga así; por otro más el deseo generalizado de la ciudadanía de querer soñar que 'ya se está saliendo'. Eso abona un terreno para la credulidad y la no contestación (al menos de momento).

Pero la realidad es tozuda y cada día muestra que el 29,3% de la población española se halla en riesgo de exclusión, que el 30% de la población infantil de España es pobre y que doce regiones de España precisan de lo que les aportan el resto para seguir adelante. A nada de esto se ha referido el Gobierno cuando ha anunciado que va a dejar en herencia unos presupuestos ya hechos a quienes ganen las próximas elecciones, y estos serán los qué, con un presupuesto ya hecho, van a tener que enfrentarse a lo que digo en este párrafo.
Insisto: a mi modo de ver un hecho gravísimo que, pienso, pone de manifiesto la situación tan tremendamente sesgada y dependiente en que, realmente, se halla la economía española”.

De entrada algo que ya parece olvidado: por vez primera en la historia presupuestaria de España los presupuestos se presentan y discuten en Agosto, en plena canícula, con media población española desconectada. ¿Por qué se ha aceptado eso con tanta facilidad?.
Cuando me enteré de que los presupuestos del próximo año se iban a tratar en Agosto pensé que, por imposición de ‘Los Mercados’, iban a ser durísimos y que sería la herencia que se dejaría al siguiente Gobierno, pero visto lo visto lo que pienso es que son unos presupuestos imposibles.

Partiendo de la base de que el objetivo es reducir el déficit: del teórico 4,2% con que se cerrará el 2015 (!!!!!!!!!!), al 2,8% con el que hay que cerrar el 2016: unos 15 mM menos, la base sobre las que se levanta estos presupuestos ahora presentados pienso que son de papel: crecimiento del PIB del 3%, a lo que contribuirá que el precio del petróleo continuará bajo, los tipos de interés seguirán bajos, y el tipo de cambio del euro respecto al dólar seguirá siendo bajo; factores todos ellos que no dependen de España.
A partir de ahí se construye un aumento de los ingresos fiscales del 4% –a   pesar de las rebajas en el IRPF y en IRS – y una reducción de los gastos no financieros del 4,4%  –a pesar de que se dice que los gastos sociales van a aumentar el 3,8% y que la inversión en infraestructuras y el I+D va a crecer–. En el escenario en el que se halla Europa y en particular España modificar unos presupuestos al alza es impensable, pero es perfectamente posible hacerlo a la baja.

Lo que pienso que va a suceder. Estos presupuestos van a ser aprobados porque el partido en el Gobierno cuenta con mayoría ultrabsoluta en el Parlamento. Habrá elecciones en Noviembre. El Gobierno que salga de esas elecciones, independientemente de su color y de su composición, recibirá una llamada telefónica. Y como tarde en Febrero tendremos subidas de impuestos y recortes de gastos que volverán a ser calificados de ‘consolidación fiscal’
Y ya está.

@sninobecerra
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.



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