Hay que ser franco. El sistema capitalista está en camino del colapso. O, como dice Paul Rosenberg de The Burning Platform: nuestros sistemas de mercado marginalmente capitalistas y parcialmente libres están acercándose a un colapso masivo.
No por lo que el capitalismo es, claro está, sino porque los poderes fácticos han abusado de él.
El capitalismo puede soportar muchas distorsiones y abusos, pero no es indestructible.
Y, no nos engañemos, el sistema "capitalista" que tenemos hoy ha sido dañado de forma masiva, hasta el punto de que está casi hundido. Estas son la 9 plagas del capitalismo que podrían hacerlo colapsar definitivamente, según Paul Rosenberg:
1. El productor medio está siendo desnudado. En los EE.UU., por ejemplo, la recaudación total de los impuestos no ha aumentado de forma espectacular, pero cada vez son menos las personas que realmente pagan. Hubo un gran revuelo en el último ciclo electoral por el hecho de que el 47% de los estadounidenses en edad de trabajar no pagó ningún impuesto sobre la renta. Esto significa que la mitad de los que trabajan están pagando la totalidad de los impuestos. Y más que eso, también están pagando por los muchos millones de personas que están recibiendo beneficios públicos. Los productores están siendo castigados y maltratados, convirtiéndoles en tontos.
2. El ahorro es prácticamente imposible. Hace cien años, era posible que una persona normar pudiera acumular dinero. Mecánicos, carpinteros, y los propietarios de tiendas llenaban lentamente sus cuentas bancarias con oro y plata. Era muy común que pudieran jubilarse cómodamente. Pero ahora, todo lo que sobra se drena a al desagüe de la guerra y la locura política. El dinero ha sido retirado de las manos que lo consiguieron y trasladado a las manos de los no productores, mentirosos, y destructores.
3. Las pequeñas empresas están siendo expulsadas del mercado. Eche un vistazo al siguiente gráfico, y entenderá que a medida que las pequeñas empresas desaparecen, sólo quedan las grandes empresas. En la actualidad, sólo las entidades más grandes y mejor conectadas son capaces de lidiar con sus preocupaciones de alto nivel (mediante los políticos que financian). Las pequeñas empresas se ven aplastadas por los impuestos y la regulación.
Gráfico 1. Número de empresas por cada 1.000 ciudadanos
4. El complejo industrial militar está fuera de control. Su lobby y el gasto sólo pueden ser caracterizados como obscenos. Dwight Eisenhower tenía razón cuando nos advirtió sobre esto en 1960. Es triste que muy pocos le tomaran en serio. Billones de euros y millones de vidas productivas se gastan en las máquinas de guerra de Occidente. Nunca hay que olvidar que las guerras destruyen masivamente y no producen nada.
5. Todas las naciones occidentales tienen ahora grandes clases para hacer cumplir las leyes, compuestas por burócratas, unidades policiales, inspectores, etc. Sólo en los EE.UU. ascienden a varios millones de personas, ninguna de las cuales produce nada, y todos restringen a los productores de producir. Se paga a millones de personas para que restrinjan el comercio.
6. Tenemos una gran clase financiera compuesta de personas agresivas que ganan millones de euros. El problema es que las finanzas no son productivas. Se puede asignar el dinero de manera beneficiosa, pero en realidad no producir nada. En la actualidad, las personas que asignan activos ganan mucho dinero, y los productores reciben desechos.
7. La ética empresarial moderna está por los suelos. En tiempos más ilustrados, se trataba de crear beneficios en el mundo, o al menos crear cosas nuevas y mejores. La avaricia es una filosofía insuficiente para el capitalismo, y solo nos lleva a lugares oscuros.
8. Cada nación del planeta está utilizando dinero de monopoly y obligando a sus habitantes a usarlo también. Además, han dado poderes supremos a una pequeña clase de banqueros centrales, que hacen fortunas en sus monopolios de divisas, y que son totalmente desconocidos para los productores. Nuestros sistemas monetarios han vuelto a ser aristocracias; una clase que está a la vez oculta y es inmensamente poderosa.
9. En 2008, las regulaciones del gobierno federal de Estados Unidos costaron unos 1,75 billones de dólares, un importe equivalente al 14 por ciento del ingreso nacional de los EE.UU... Es decir, cumplir simplemente con la normativa cuesta a las empresas estadounidenses unos 1,75 billones de dólares al año. Esto, de nuevo, extrae el dinero de la producción y se pierde en la locura política.
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