miércoles, 12 de septiembre de 2012

Cosas – 59

* - Lo recordarán: hace unos meses les hablé de una alumna que he tenido este año, 21 años, verdaderamente brillante, un día en el que abordábamos las posibles salidas de España, las posibles medidas que podía adoptarse para enderezar la situación por la que está pasando la economía española. Con precisión quirúrgica mi alumna hizo un breve resumen de la estructura del PIB español para concluir que las únicas posibilidades ciertas de España radicaban en cierta agricultura y en el turismo. Alguna/ún otra/o alumna/o quiso intervenir en el debate, pero yo les indiqué que la dejasen concluir.
Su razonamiento es simple. La Historia demuestra que España tiene capacidad para atraer turismo exterior, pero también que la mayor parte del turismo que exterior que España atrae es de bajo poder adquisitivo, lo que supone un bajo nivel de gasto medio por turista en términos reales y debido a la, digámoslo así, ‘especial caracterología’ de este turismo, unos especiales comportamientos de muchos de estos turistas. La cruz de este turismo que gasta poco y se comporta como se comporta es que, o vienen tales turistas, o no vienen más de los ricos, cultos y educado comportamiento de los que ya vienen, o vienen muy pocos más.
Bien partiendo de la base de que tal mix turístico es incambiable, dejemos de renegar de la tipología del turista que tapiza la costa mediterránea, Baleares y Canarias, y atraigamos la mayor cantidad posible de ese turismo, rebajando más los precios, permitiéndoles más desmanes y concediendo licencias gamberriles para que se propasen en ruidos, juergas y algarabías varias, vigilando, eso sí que no incurran en riesgos para ellos mismos, debido a la mala prensa que ello tendría así como para la población, sobre todo en lo primero.
Aún vendían turistas de menor poder adquisitivo, pero vendrían muchos más, o al menos así debería ser con una correcta y eficiente política de fomento turístico. Y España ingresaría más por turismo y podría reducir su tasa de desempleo ya que se necesitaría más factor trabajo para atender a estos visitantes; claro que habría que reducir los salarios y sus condiciones laborales, pero eso estaría en la línea de lo usual en casos como este. Y sí, la población autóctona de las zonas turísticas debería tragar quina, pero todo sea por el PIB.
La carga de ironía de mi alumna es manifiesta. Esta intervención me ha venido a la cabeza tras leer que Catalunya ha vuelto a romper su récord personal de afluencia exterior. Por favor, dense una vuelta por la costa catalana desde Colera hasta Sant Carles y vean Uds. mimas/os a lo que me refiero; e insisto: la peor tragedia no es esa sino que si no viene ese turismo no viene ningún otro.
* - El Estado, por decisión del Gobierno, puede llegar a prestar al Fondo de Garantía de Depósitos, el FGD, en el caso de que un banco …; en el caso de que un banco, ¿qué?.
El decreto sobre regulación bancaria y su ulterior desarrollando va a suponer que una serie de bancos van a desaparecer (pienso que una de las razones de transformar cajas en bancos era esa: un banco se puede liquidar de hoy para mañana, una caja no: sus dueños son los impositores); es decir, van a desaparecer porque en base a las exigencias del decreto no son viables; pero claro, eso abre una vía al pánico: ¿qué pasa con los depósitos?.
El FGD se creó para dar confianza en un momento convulso: durante la Transición, en 1977. Luego su razón de ser cayó en picado porque España fue requetebién y la confianza era máxima, pero cuando las cosas empezaron a torcerse en el 2007, y más tras la caída de Lehman, la gente empezó a recordar el FGD y el Gobierno elevó la garantía: hasta 100 m euros por cuenta. Claro que hoy, a no ser que los bancos hayan aportado ya al FGD su cuota anual de la derrama acordada el pasado 30 de Julio, de los poco más de 2.900 M que había a finales de 2009 y tras los drenajes que se han aplicado al Fondo para rescates y aportaciones, no hay ni un céntimo en la caja del FGD.
Un decreto como ese decreto que contempla procedimientos de liquidación de bancos y en el que se dice que el Estado podrá prestar al FGD, mi lleva a suponer que va a haber movidas importantes en los bancos del reino, importantes y no bonitas; y que la confianza va estar socializada como en una especie de comunitarismo financiero: de ser las entidades financiaras las que dotaban el FGD a fin de garantizar parte de los dineros de sus depositantes, ahora podremos ser todos a través del dinero público que podrá prestar el Estado al FGD quienes garantizaremos eso: Uds. me garantiza a mi y yo a Uds., y todos nos garantizamos entre todos.
La pregunta que hasta ahora no se ha formulado: si el Estado, debe bastante pasta, no tiene un duro porque la recaudación fiscal está cayendo y tiene que estar recortando en todas partes, ¿de dónde va a sacar la pasta para prestar al FGD?. Y otra tanto o más fuerte que la anterior, ¿cuántos bancos pueden llegar a estar en esas circunstancias?.
@sninobecerra
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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