* - Lo recordarán: hace unos meses les
hablé de una alumna que he tenido este año, 21 años, verdaderamente
brillante, un día en el que abordábamos las posibles salidas de España,
las posibles medidas que podía adoptarse para enderezar la situación por
la que está pasando la economía española. Con precisión quirúrgica mi
alumna hizo un breve resumen de la estructura del PIB español para
concluir que las únicas posibilidades ciertas de España radicaban en
cierta agricultura y en el turismo. Alguna/ún otra/o alumna/o quiso
intervenir en el debate, pero yo les indiqué que la dejasen concluir.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
Su razonamiento es simple. La Historia demuestra que España tiene
capacidad para atraer turismo exterior, pero también que la mayor parte
del turismo que exterior que España atrae es de bajo poder adquisitivo,
lo que supone un bajo nivel de gasto medio por turista en términos
reales y debido a la, digámoslo así, ‘especial caracterología’ de este
turismo, unos especiales comportamientos de muchos de estos turistas. La
cruz de este turismo que gasta poco y se comporta como se comporta es
que, o vienen tales turistas, o no vienen más de los ricos, cultos y
educado comportamiento de los que ya vienen, o vienen muy pocos más.
Bien partiendo de la base de que tal mix turístico es incambiable,
dejemos de renegar de la tipología del turista que tapiza la costa
mediterránea, Baleares y Canarias, y atraigamos la mayor cantidad
posible de ese turismo, rebajando más los precios, permitiéndoles más
desmanes y concediendo licencias gamberriles para que se propasen en
ruidos, juergas y algarabías varias, vigilando, eso sí que no incurran
en riesgos para ellos mismos, debido a la mala prensa que ello tendría
así como para la población, sobre todo en lo primero.
Aún vendían turistas de menor poder adquisitivo, pero vendrían muchos
más, o al menos así debería ser con una correcta y eficiente política de
fomento turístico. Y España ingresaría más por turismo y podría reducir
su tasa de desempleo ya que se necesitaría más factor trabajo para
atender a estos visitantes; claro que habría que reducir los salarios y
sus condiciones laborales, pero eso estaría en la línea de lo usual en
casos como este. Y sí, la población autóctona de las zonas turísticas
debería tragar quina, pero todo sea por el PIB.
La carga de ironía de mi alumna es manifiesta. Esta intervención me ha
venido a la cabeza tras leer que Catalunya ha vuelto a romper su récord
personal de afluencia exterior. Por favor, dense una vuelta por la costa
catalana desde Colera hasta Sant Carles y vean Uds. mimas/os a lo que
me refiero; e insisto: la peor tragedia no es esa sino que si no viene
ese turismo no viene ningún otro.
* - El Estado, por decisión del Gobierno, puede llegar a prestar al
Fondo de Garantía de Depósitos, el FGD, en el caso de que un banco …; en
el caso de que un banco, ¿qué?.
El decreto sobre regulación bancaria y su ulterior desarrollando va a
suponer que una serie de bancos van a desaparecer (pienso que una de las
razones de transformar cajas en bancos era esa: un banco se puede
liquidar de hoy para mañana, una caja no: sus dueños son los
impositores); es decir, van a desaparecer porque en base a las
exigencias del decreto no son viables; pero claro, eso abre una vía al
pánico: ¿qué pasa con los depósitos?.
El FGD se creó para dar confianza en un momento convulso: durante la
Transición, en 1977. Luego su razón de ser cayó en picado porque España
fue requetebién y la confianza era máxima, pero cuando las cosas
empezaron a torcerse en el 2007, y más tras la caída de Lehman, la gente
empezó a recordar el FGD y el Gobierno elevó la garantía: hasta 100 m
euros por cuenta. Claro que hoy, a no ser que los bancos hayan aportado
ya al FGD su cuota anual de la derrama acordada el pasado 30 de Julio,
de los poco más de 2.900 M que había a finales de 2009 y tras los
drenajes que se han aplicado al Fondo para rescates y aportaciones, no
hay ni un céntimo en la caja del FGD.
Un decreto como ese decreto que contempla procedimientos de liquidación
de bancos y en el que se dice que el Estado podrá prestar al FGD, mi
lleva a suponer que va a haber movidas importantes en los bancos del
reino, importantes y no bonitas; y que la confianza va estar socializada
como en una especie de comunitarismo financiero: de ser las entidades
financiaras las que dotaban el FGD a fin de garantizar parte de los
dineros de sus depositantes, ahora podremos ser todos a través del
dinero público que podrá prestar el Estado al FGD quienes garantizaremos
eso: Uds. me garantiza a mi y yo a Uds., y todos nos garantizamos entre
todos.
La pregunta que hasta ahora no se ha formulado: si el Estado, debe
bastante pasta, no tiene un duro porque la recaudación fiscal está
cayendo y tiene que estar recortando en todas partes, ¿de dónde va a
sacar la pasta para prestar al FGD?. Y otra tanto o más fuerte que la
anterior, ¿cuántos bancos pueden llegar a estar en esas circunstancias?.
@sninobecerraSantiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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