Hace unos días publiqué un artículo en
el que mostraba la preocupación que algunos gestores internacionales
tenían sobre la situación política en España. La conclusión de aquel
informe era que si en los medios extranjeros se extendía la idea de que
era posible una ruptura del estado español, el efecto que tendrían sobre
el mercado sería muy importante. Parece que eso está sucediendo.
David Gardner de Financial Times vuelve a incidir sobre el problema
independentista en España, que la crisis está agravando. Jordi Puyol, ex
presidente de la Generalitat, en una entrevista a este periódico afirma
que Cataluña ya no encaja dentro de España, y tiene que explorar la
opción de la independencia.
“No he cambiado, el país ha cambiado. No encajamos más dentro de
España. Ya no tengo argumentos en contra de la independencia. España ha
hecho que nuestro país (Cataluña) sea inviable y no podemos aceptar esta
situación por más tiempo”.
Gardner señala que más que otro personaje, el señor Pujol personifica
el cambio en el debate del futuro de Cataluña, que ha visto como la
corriente separatista se ha convertido en principal –una tendencia que
comenzó a acelerarse antes del inicio de la crisis de la zona euro y de
las crisis fiscales que ha sacudido a España hasta sus cimientos.
Por primera vez, las encuestas de este año han revelado que una mayoría de catalanes quieren ahora un estado independiente.
La fecha clave será la próxima semana, cuando Artur Mas, el presidente
catalán, se encuentre con Mariano Rajoy, presidente del gobierno
español, para buscar el compromiso de Madrid para una autonomía fiscal
catalana –el derecho de Cataluña a cobrar sus propios impuestos-, al
igual que el País Vasco.
Casi nadie cree, afirma Gardner, que el centro-derecha liderado por el
señor Rajoy, acepten esta demanda, por lo que la mayoría de los
analistas anticipan por tanto un anticipo de las elecciones catalanas,
probablemente en primavera, que se convertirán en un referéndum sobre la
independencia de facto.
Esta elección seguirá a las elecciones anticipadas del País Vasco del
próximo mes, donde la coalición separatista Bildu se espera que obtenga
un gran avance.
“Parece que nuestra comprensión de nuestro lugar en España ha
cambiado”, afirma el señor Pujol en FT. Él apunta a dos causas
principales. En primer lugar, un sistema fiscal por el que Cataluña, que
tiene una economía relativamente rica del tamaño de Portugal,
transfiere hasta el 9% de su producto interior bruto a Madrid. En
segundo lugar, la decisión de 2010 del Tribunal Constitucional de España
para anular las reformas aprobadas por los parlamentos catalán y
español para mejorar significativamente su autonomía.
“Hasta la década de 2000 hemos tratado de combinar una política de
identidad nacional y lingüística, dentro del marco español. Hemos hecho
una importante contribución al establecimiento de la estabilidad en la
transición en España. Los catalanes siempre hemos aceptado, como parte
relativamente rica del país, que es necesario contribuir al presupuesto
central para canalizar los recursos a regiones menos desarrolladas, como
Andalucía. Pero se cayó en la trampa de la solidaridad, y esto ha
derivado en el abuso total de nuestra situación”.
Cataluña tuvo que solicitar el mes pasado un paquete de rescate de
5.000 millones de euros de Madrid, y el Ministro de Hacienda español,
Cristóbal Montoro, dijo que sólo llegarían con un mayor control del
gobierno central. Pero los catalanes argumentan que podían refinanciar
su deuda de 42 millones de euros y manejar su déficit presupuestario
-3,9% del PIB- si pudieran cobrar sus impuestos y mantener sus ingresos.
“No es una cuestión puramente de números, es de la actitud que hay
detrás de los mismos. Hay un antes y un después tras la sentencia del
Tribunal Constitucional”, que convenció a muchos catalanes, incluido a
él mismo, que Cataluña ya no tiene un lugar dentro de una España plural.
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