miércoles, 9 de mayo de 2012

Recuerdos del ayer, sueños del mañana

Mal asunto cuando se utiliza la herencia recibida como justificante de las medidas que se están adoptando y cuando se personaliza la culpa en entes centrífugos, máxime cuando quien lo hace tuvo durante los años en los que sucedió lo que se acusa el poder de una oposición apabullante. Lo primero es lo que está haciendo el Gobierno del reino, lo segundo lo que no hizo el partido del que procede el Gobierno que gobierna el reino.
El Sr. Ministro de Hacienda dice que la culpa la tienen las regiones, bien, vaya por delante que comparto el razonamiento en parte: dicho con todas las letras: existen regiones que no son sostenibles, que no generan lo suficiente para existir como entes autónomos; y eso es así desde que se constituyeron y desde que fue promulgada la LOFCA; y se sabía, y se sabe: por qué, sino, ningún Gobierno desde 1980 ha querido publicar las balanzas fiscales salvo en una ocasión?: las correspondientes al 2005: cuando ‘España iba más que bien’.
La mayoría de las regiones tienen parte de la culpa de la situación en que España se halla. Estoy plenamente de acuerdo, pero entonces, ¿por qué el Sr. Cristóbal Montoro no se quedó afónico denunciando ese despropósito económico desde que fue nombrado Secretario de Estado de Economía en 1996?.
En la mayoría de las ocasiones lo que no puede ser es porque no puede ser nunca, lo que no debe ser es que se saque del cajón cuando convenga y cuando no se meta de nuevo en él, como sucede con el tema del déficit.
Vamos a ver. España NO VA A PODER ALCANZAR UN DÉFICIT DEL 3% EN EL 2013, a no ser que, 1) se encuentren en algún lugar del territorio patrio unos yacimientos petrolíferos equivalentes a los iraníes, 2) se reinstaure una dictadura político-económico-policial más dura incluso que la que Uds. ya saben, o 3) una civilización extraterrestre regale, solamente a España, una tecnología que le permita la total y absoluta independencia energética. O sea, que en principio, y aunque la opción 3) no sea totalmente desdeñable podemos dar casi por hecho que España no va a llegar a esa tasa de déficit el próximo año, y por una sola razón: porque es imposible. (Claro que siempre puede suceder que se diga a finales del año en curso: ‘¡Anda!, pero si nos equivocamos y el déficit verdadero del 2011 fue el 5,1%’).
Se sorprenden propios y extraños de que el déficit aumente a pesar de que lo hagan los tipos impositivos, que se tenga que pagar por más cosas y que se recorten servicios; y al margen de que estos datos parciales indiquen no demasiado porque todo depende de los compromisos adquiridos, no deberían extrañarse: todas esas subidas y recortes no sirven para compensar la caída de ingresos públicos que se está produciendo debido a la caída de la actividad que se está experimentando, y eso va a más: cuanto peor vayan las cosas menor será la recaudación y más tendrán que subir las contribuciones fiscales y recortarse los gastos públicos; dando por sentado que a ese 3% NO SE VA A LLEGAR. Y no por nada mágico, sino porque no es posible.
Nos hallamos en un momento tremendo: en la fase descendente de una crisis sistémica que comenzó en el 2010 tras una precrisis que se arrastraba desde el 2007; si lo quieren juntar, una situación crítica que comenzó hace cinco años. Si aún se está cayendo, ¿cómo demonios vamos a revertir nada?. Primero habrá que limpiar, sanear, reordenar, analizar la eficiencia de lo que se gasta y los montos que se gastan. Pero eso, pienso, no cotiza: es mejor subirse a una tarima a decir cosas que antes, pudiendo hacerlo, no se decían y no decir cómo se va lograr que, asumiendo el mismo Gobierno que se va a producir un decreciendo del PIB  del 1,7%, los ingresos públicos vayan a aumentar el 4,3%. ¿Se utilizará en el proceso recaudador al sheriff de Nottingham?.
Y ojo, en lo anterior no hay ni un picogramo de política.
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Pues pienso que la ‘concesión’ (eso ha sido) a España de un año más para pagar (dicho así suena a la semana de más que da el usurero a su víctima, ¿verdad?), quiero decir, para alcanzar el famoso 3% estaba cantada con Hollande o sin Hollande; ha sido un acto de realismo a partir de hechos conocidos: España no puede alcanzar el 3% el año que viene porque es físicamente imposible.
Pero eso conduce a una pregunta. El Gobierno presentó un Programa de Estabilidad cuyo análisis Uds. pudieron leer aquí este Lunes, un programa que fue aceptado por la Comisión Europea, un programa que decía que el año que viene España llegaría a un déficit del -3% y del -1,1% en el 2015, un programa calculado, medido con regla y dibujado con escuadra y cartabón; entonces, ¿por qué esa concesión?. ¿Ha tenido Europa compasión de España?, ¿se llegó a la conclusión de que era un mero brindis al Sol?. No sé, pero cuando se materialice ese año álguienes deberían dar explicaciones y/o otros álguienes deberían exigirlas.
Pienso que M. Hollande ha sido la excusa perfecta, pero con él o sin él se continúa debiendo lo que hay que pagar y el estado económico-financiero de las personas físicas y jurídicas -y de los Estados- sigue siendo el que es.
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Me preguntan, pero no quiero hablar de Bankia y no voy a hacerlo. Sólo lanzo una pregunta al aire: de cada una de las entidades financieras que operan en el reino, cojan la partida de ‘Total de créditos concedidos a clientes’ y resten la partida ‘Créditos problemáticos’; de la cifra que queda, ¿cuál es la probabilidad de que empresas, familias, ayuntamientos, personas, Gobiernos regionales y Estados a quienes se han prestado los euros de esa partida no puedan pagar cuando lleguen sus vencimientos por haberse quedado en paro, porque no cobran lo que les deben, porque se ha hundido la recaudación de sus tasas e impuestos?. Esa es la pregunta, esa es la pregunta. Lo impagado ya se conoce, los excesos de valor de los activos, pienso que también aunque no se digan, pero esa probabilidad … ¡Ahí está, pienso, el núcleo del problema!.
Y sobre nacionalizar entidades con problemas me pregunto, ¿para qué?, ¿para socializar esos problemas?. Pienso que esos problemas continúen siendo de los accionistas de esas entidades y que esos accionistas exijan responsabilidades a los directivos que han escogido. Si tienen problemas, por salud pública deben ser atendidos, pero dejando muy claro que lo público está aquí y las cosas privadas allá.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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