España no es hoy un problema en Europa porque España está pagando los intereses de su deuda billonaria y así va a seguir: 35 mM€ este año: más de lo que según el mismo Gobierno España va a crecer en el 2015; además España ha hecho lo que le han dicho que debía hacer: facilitar el despido, reducir empleados públicos, recortar salarios, bajar gasto público, … a fin de que pudiera crecer algo vía abaratar exportaciones y abaratar los precios del turismo. Y por eso España hoy no es un problema. Pero España ha de seguir haciendo lo que le digan a fin de continuar obteniendo con qué pagar los intereses de su deuda; y por eso le han dicho lo que le acaban de decir.
España era un país pobre con un crecimiento muy sesgado al que metieron en el euro para hacer negocio con él. De resultas de eso vinieron toneladas de dinero (bits de ordenador) y las personas físicas y jurídicas españolas, así como sus entes administrativos se creyeron ricos, y España creció. Cuando la fiesta se acabó quienes hacen esas cosas le trazaron un camino muy claro a España: ‘Mira España, le dijeron, tu puedes hacer lo que puedes hacer: cosas, la mayoría, con un valor añadido medio y bajo, por eso has de reducir tus costes a fin de exportar porque tu capacidad de consumo interna es, sin megacréditos, baja, y, como tienes un modelo intensivo en factor trabajo, la única forma de conseguir eso es reduciendo costes laborales’. Y en eso se pusieron los Gobiernos, primero el anterior a este y luego este. El problema es que las vías acaban por agotarse y esta ya está agotada, por eso a España le han dicho ahora lo que le han dicho.
Es muy significativo lo que le han dicho a España: que debe aumentar sus salarios por debajo de lo que aumente la productividad. No le han dicho. ‘Oye, España, tienes que aumentar mucho tu productividad’, y, ¿saben por qué?, pues porque en líneas generales España NO-PUEDE-AUMENTAR-SU-PRODUCTIVIDAD; ¿por qué?, pues porque para eso haría falta que España invirtiese cantidades enormes y acometiese cambios organizativos monstruosos, y teniendo en cuenta el valor de lo que España fabrica … ¡¡¡¡No sale a cuenta hacer eso!!!!.
¿Qué queda entonces?, pues que los costes laborales, los únicos que son directos, desciendan; ¿cómo?, pues que los salarios se sitúen por detrás de la productividad por baja que esta sea; flexibilizando aún más las condiciones de trabajo (pienso que es lo siguiente); facilitando y abaratando más el despido (pienso que es lo que viene a continuación); y reduciendo las cotizaciones sociales pagadas por las empresas y, en todo caso, sustituyéndolas por aumentos de IVA y/o reduciendo subsidios de desempleo y pensiones (pienso que será lo que seguirá).
Ya, la productividad. ¿Quién tiene en su mano la facultad para que la productividad aumente?, pues las empresas: las empresas son las que deciden si invierten o no, por lo que si a muchas de ellas no les sale a cuenta invertir, ¿qué puede esperarse de la evolución del factor trabajo?, pues, pienso, una demanda de trabajo decreciente: las empresas tratarán de prescindir de trabajadores o de horas de trabajo de sus trabajadores a fin de reducir costes laborales; también una tendencia decreciente en la evolución de los salarios, tanto porque la oferta de trabajo será mayor que la demanda, como porque las empresas ofrecerán salarios a la baja a fin de disminuir sus costes (no es por casualidad que le digan na España que no centre la evolución de sus salarios a la negociación colectiva).
Proyectando esto lo que sale es un país mayoritariamente empobrecido con escasas zonas y barrios de generación de valor medianamente alto o alto; muy orientado a la exportación de bienes mayoritariamente baratos y destino de un turismo con, en su mayoría, una capacidad baja de gasto por día de estancia.
Eso, que para España y para los demás hoy han sido recomendaciones, pienso que tras el Verano –todo es ‘tras el Verano’ – serán órdenes: ‘Tome nota: Ud. tiene que hacer esto y aquello’. A España tal vez le den un poco de margen hasta Noviembre; por la cosa de las elecciones.
Y claro, si España puede crecer lo que puede crecer y como puede crecer, España tendrá unos ingresos públicos en línea con ese crecimiento y esa forma de crecimiento. La presión fiscal en España es menor que la de los países de su entorno, por lo que esa presión fiscal debe aumentar; pero aunque se reduzcan tipos impositivos y se eliminen deducciones fiscales, aunque se persiga el fraude fiscal, la estructura del PIB español es capaz de generar los ingresos públicos que es capaz, teniendo en cuanta, además, que parte de la actividad económica española es viable precisamente porque es negra, luego si se persigue su negrura en demasía ello conllevará caídas indirectas en la recaudación: un trabajador que labora en negro, si pierde su trabajo consume menos o casi nada, por lo que al final se ingresan menos impuestos. ¿Qué quiere decir todo esto?, pues que España puede tener el gasto público que puede tener, es decir, la sanidad que puede tener, la educación que puede tener, las pensiones que puede tener, los subsidios y subvenciones que puede tener … porque puede tener los ingresos fiscales que puede tener y parte de esos ingresos han de ser dedicados a la sacrosanta misión de pagar los intereses de una deuda cuyo nominal es impagable
Se está definiendo el futuro inmediato y no tan inmediato español. Paro estructural alto, subempleo que producirá bienes y servicios de medio y bajo valor con precios bajos, productividad reducida, salarios cortos, gasto público en descenso, estándar de vida en declive, ... ¡Bienvenidos a 1955!.
¿Tiene todo esto solución? No: no se puede volver al estándar de vida, al nivel de ocupación, a los límites de consumo de hace diez años porque eran artificiales, por lo que no se pagaron; se alcanzaron, pero se debieron, y se deben. España es lo que es y es como es, y no puede ser otra cosa ni serlo de otra manera. Aquello fue la excepción, esto es la norma, aunque se diga que es una norma nueva.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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