martes, 21 de julio de 2015

“El 99% de invertir a largo plazo consiste en no hacer nada. El otro 1% cambiará tu vida”

Hace unos días leí una brillante afirmación del analista Morgan Housel que comparto plenamente: “El 99% de invertir a largo plazo consiste en no hacer nada. El otro 1% cambiará tu vida”.
Housel añade que lo que diferenciaba al genio militar de Napoleón era que podía hacer lo que la media de los hombres, cuanto todos los demás que le rodeaban se estaban volviendo locos. Lo mismo es en la inversión. Housel señala que la creación de riqueza durante toda la vida no requiere de una habilidad superior. Requiere habilidades bastante mediocres –aritmética básica y una comprensión de los fundamentos de inversión, practicadas constantemente a lo largo de toda la vida, sobre todo en momentos de pánico.

El día a día en la inversión no suele ser demasiado importante. Para un inversor de largo plazo una vez que ya has tomado posiciones lo que hay que hacer es esperar. Lo que diferencia a los inversores es cómo se comportan durante el 1% del tiempo en el que todo el mundo pierde la calma.
Housel toma los datos de mercado del Nobel Robert Shiller. Este economista establece un supuesto en el que tres inversores hipotéticos realizan operaciones desde 1990 con la premisa de ahorrar 1 dólar al mes.

La primera inversora, Betty, no sabe nada acerca de invertir, por lo que decide invertir el dólar en el S&P 500 todos los meses del año, llueva o haga sol.
Sue, un adicto a la CNBC, invierte 1$ al mes en el S&P, pero trata de proteger sus posiciones aumentando el efectivo cuando la economía está en recesión. Únicamente vuelve a entrar en el mercado cuando la economía sale oficialmente de la recesión.
Bill, un gestor de fondos de inversión que opera en el corto plazo, invierte 1$ al mes, pero deja de invertir en el mercado seis meses después de que comienza una recesión, y sólo vuelve a entrar en mercado seis meses después de que la recesión termina.

Después de 113 años Betty supera a los otros dos inversores de forma destacada.
Lo fascinante de estos números, añade Housel, es que de los 1.353 meses del estudio, únicamente en 321 la operativa de los tres inversores ha sido diferente. Ese es el número de meses en los que la economía ha estado en recesión. Si analizas con más detalle los números, se ve como un porcentaje mucho menor de los meses constituyen el grueso de la diferencia en las rentabilidades.

El 10% de los meses explica dos tercios de la diferencia entre los retornos. El 5% explica la mitad. Según los datos de Eddy Elfenbein, en los últimos 20 años, los 24 mejores días representaron toda la ganancia del S&P 500. “El otro 99,5% de las veces ha sido una pérdida neta”.

Cada uno de esos mejores días del mercado tuvo lugar durante los períodos de pánico. De los 20 mejores días, 17 fueron durante la Gran Depresión, uno durante la crisis de 1987 y dos durante lo más profundo de la crisis financiera de 2008. Si se hubieran perdido estas jornadas, el rendimiento a largo plazo hubiera sido dañado sustancialmente. La mayoría de las pérdidas de los inversores fueron los que vendieron o los que no compraron en esas caídas.

Los que tratan de evitar pérdidas terminan constantemente perdiendo de forma aún más importante.
fuente: http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/el_99_de_invertir_a_largo_plazo_consiste_en_no_hacer_nada._el_otro_1_cambia

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