viernes, 19 de diciembre de 2014

SI EL PRECIO DEL PETRÓLEO BAJA, ¿POR QUÉ LOS CARBURANTES NO LO HACEN EN IGUAL MEDIDA?

Es raro encontrar un medio de comunicación que no se haya hecho eco de esta situación un tanto anómala para los consumidores. No es fácil llegar a comprender la divergencia existente entre la gran bajada de precio que ha experimentado el barril de petróleo Brent (de referencia para Europa) y el West Texas (de referencia para EE.UU) en los Mercados Internacionales y la sensible repercusión que ha tenido en gasolinas y gasóleos. No olvidemos que el precio de los carburantes tiene una gran importancia para el desarrollo y consumo de un país como España, donde el transporte de mercancías se hace principalmente usando como combustible el diésel. Es más, si esta caída del crudo se mantuviese durante varios meses (que según algunos analistas, así será), nos ahorraríamos del orden de casi un punto del PIB (esto no lo digo yo, lo dice el Ministerio de Economía y no le falta razón).

Todos los consumidores nos hacemos las mismas preguntas: ¿Por qué cuando el precio del petróleo se desploma, los carburantes apenas lo notan? ¿Y por qué cuando sube el crudo se traslada prácticamente de inmediato a los surtidores? Intentaré dar respuestas a estas preguntas aunque no es fácil debido a que desde que se extrae el crudo hasta que llega a nuestros depósitos, hay un sinfín de procesos intermedios que impiden que exista una correlación directa entre el precio de la materia prima y el producto refinado, eficiente y apto para ser consumido sin ser dañino para motores y medio ambiente.

El precio del gasoil y de la gasolina no tienen una relación tan directa con el precio del crudo como el consumidor final piensa. En gran medida no es así porque ambos productos no cotizan en los mismos Mercados. El petróleo es la materia prima más comercializada del mundo y está sujeta, como en cualquier otro mercado, a la oferta y la demanda de la coyuntura económica; a conflictos y tensiones internacionales; a las decisiones que puedan adoptar los países productores en la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo); a la influencia de los cambios de divisas; a los mercados de futuros de Londres y Nueva York e; incluso, como en estos momentos, a una menor demanda debido a la ralentización de las principales economías manteniéndose constante la producción y así, Arabia Saudí (principal país productor) evita que, mediante nuevas técnicas de explotación, EE.UU. no se convierta en exportador, haciendo, a los precios actuales, inviables dichas extracciones.

Por otro lado, los precios de los combustibles para España son marcados por la oferta y demanda en los mercados del Mediterráneo y Norte de Europa, totalmente diferentes al mercado del crudo,  incluyendo ya los costes de refino. Aquí surge ya la primera divergencia: el precio del carburante antes de impuestos incluye los costes adicionales de comercialización, distribución, gastos financieros llevando implícito que el movimiento depresivo de precios de un derivado es inferior al de la materia prima.

En los mercados descritos, los precios no se establecen de la misma forma. Mientras que para el crudo la cotización la podemos saber en tiempo real y corresponde al momento actual, el precio de gasolinas y gasóleos se remiten los lunes a la Comisión Europea que los publicará los jueves. El precio será la cotización más alta que haya existido durante la negociación del día anterior. Por lo tanto, las bajadas de dichos productos no se reflejarán hasta la semana siguiente.
Hasta ahora hemos visto uno de los factores que afecta a la formación del precio de la gasolina y el gasoil. Otro factor a tener en cuenta es el cambio dólar/euro. Las cotizaciones del crudo, gasolinas y gasóleos se hacen en dólares mientras que los carburantes se venden a los usuarios en euros. Al ser así y por haberse depreciado la moneda europea un porcentaje significativo con respecto al dólar, ha hecho que el descenso haya sido menor que el percibido en los mercados de contratación.

Los impuestos es el caballo de batalla de los carburantes. A saber: del precio que se marca en el surtidor cuando repostamos, prácticamente el 50% de éste corresponde a impuestos. Parece mucho aunque lo sea, pero nos consolamos con que la carga fiscal en España es inferior a la media de la Unión Europea.
Por último, otro factor, no menos importante que los anteriores, es que las compañías tienen sus reservas de gasolina y tienen que venderla sin pérdidas por lo que la caída en el crudo no se reflejará hasta que no finalicen esas existencias.

Entonces y a modo de balance, nos encontramos con que el 50% son impuestos, el 40% es la materia prima y el 10% restante… ya se lo imaginan, de todo un poco.
Al margen de todo lo descrito, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se ha encontrado con que las operadoras, ante los descensos experimentados de las materias primas, habían aumentado los márgenes de beneficio según muestra “el informe mensual de supervisión de la distribución de carburantes en estaciones de servicio” lo que ha provocado, según  el informe, un frenazo considerable en el descenso lógico de los combustibles al uso.

Algo que también llama poderosamente la atención es que la Ley de Defensa de la competencia prohíbe cualquier acuerdo respecto a los precios de repostaje de los carburantes. Sin embargo, se puede observar que la diferencia es mínima entre un surtidor y otro aun siendo de diferentes compañías. Bien entendido que son los propietarios de las compañías los que establecen los precios en función de las políticas comerciales o puntos de venta.

En el lado contrario, nos encontramos con los surtidores llamados de “marcas blancas”, aquellos que no están abanderados por ninguna gran compañía, y que tienen precios más que competitivos.
Decía, al poco de comenzar, que no se reflejan de la misma forma las bajadas del crudo que las subidas. Pues bien, el Ministerio de Industria ha salido al paso ante estas afirmaciones mostrando las estadísticas de la evolución de precios. En ellas se puede comprobar que el comportamiento en las subidas y bajadas es “similar”. Nótese que entrecomillo similar.

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