Desempleo total. España 2.0.
El pasado 23 de Octubre (hace ya una eternidad) fue publicada la EPA: tasa de desempleo del 23,67%, lo que supone una población parada de 5,4 M de personas. Pero, ¿es ese el desempleo total existente en España?.
Pues no porque el cálculo de la tasa de desempleo tal y como se hace en España no computa a las personas que trabajan a tiempo parcial deseando hacerlo a tiempo completo: durante la diferencia entre el tiempo de trabajo contratado y el tiempo deseado la persona está parada; ni tampoco a las personas que han dejado de buscar trabajo porque lo han estado buscando y no lo han encontrado. Adicionando todos esos trabajadores potenciales la tasa de desempleo total en España correspondiente al tercer trimestre sería del 34,2%.
Cierto, dirán algunos, habría que deducir a las personas que están trabajando en negro. Personalmente pienso que no serán muchas ya que los encuestadores de la EPA no preguntan a los encuestados si están trabajando ‘en blanco’ o ‘en negro’, al margen de que las encuestas son anónimas, pero vamos a una estimación pesimista. Lo que sale es que la tasa de desempleo total correspondiente a España en el tercer trimestre es del 29,1%.
Es decir restando la cifra estimada de ocupados en la economía sumergida más desfavorable y añadiendo a quienes traban en subempleo y a quienes podrían trabajar si encontrasen un empleo, es decir, contando todo, lo que sale es que tres personas de cada diez que manifiestan que desean trabajar están paradas, lo que equivale a 6,9 M de personas potencialmente activas. Pero aún es peor.
La EPA del tercer trimestre dio más cifras, por ejemplo la tasa de actividad: el 59,53%,y bajando. Es decir, poco más de la mitad de las personas residentes en España con una edad comprendida entre los 16 y los 65 años manifiestan que desean trabajar. ¿Pueden imaginar en que cotas estaría el paro en España si España tuviese tasas de actividad del 80%, o más, como tiene, por ejemplo, Dinamarca?.
Claro, se preguntarán el por qué en España no se calcula el desempleo total. Supongo que está bastante claro: no es lo mismo para el Gobierno hablar de 5,4 M de parados que de 6,9 M, ¿no creen?.
(Aquí más números correspondientes a más países.http://www.eleconomista.es/espana/noticias/6185774/10/14/Cual-es-la-tasa-real-de-paro-en-Espana-un-342-si-se-usa-un-conocido-indicador-de-EEUU.html#.Kku8h33Ay7CCB0c).
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Sí, recuerden: es lo que Brasil ha sido.
Brasil es un muy buen ejemplo hoy de lo que una economía, de lo que un país puede ser y de lo que no puede ser, del mismo modo que España lo fue diez años atrás. El modelo del ‘España va bien’ era insostenible del mismo modo que lo era el del ‘Brasil va bien’. La insostenibilidad viene por el común denominador que Brasil y España tienen: la dependencia: ambos son dependientes, y ambos han pretendido hacer las cosas de la misma manera, y ambos han colapsado.
Pienso que ni el Sr. Lula ni la Sra. Rousseff tienen la culpa de nada. Ganaron unas elecciones prometiendo que iban a reducir la pobreza de la ciudadanía brasileña, que iban a mejorar la situación de la parte central de la población, que iban a dotar de servicios a unas personas que carecían de ellos. Una parte de los votantes les creyeron y ganaron las elecciones. Y el Sr. Lula y la Sra. Rousseff hicieron las cosas de la única manera posible para lograr parte de lo que habían prometido, y la situación de parte de la población mejoró. Sustituyan Brasil por España, cambien nombres de presidentes y jefes de Gobierno, adecuen las situaciones y las circunstancias y, más o menos, tenemos lo que se vivió en España entre 1996 y el 2007.
¿Qué ha pasado en Brasil? Pues lo mismo que sucedió en España: ya lo habíamos comentado: que no había base para levantar lo que se levantó, y cuando el recorrido se ha agotado, adiós. No hay más. Si en Brasil se pretendía que se produjesen los cambios habidos entre el 2002 y el 2012 la única forma de proceder era como se ha hecho; lo mismo que en España: la única forma de que España fuese bien era hacer lo que se hizo. Lo que lleva a una conclusión terrible.
Las mejoras que la población española experimentó durante el período reseñado y los beneficios fabulosos que algunos obtuvieron en esos años no se hubiesen experimentado ni se hubieran obtenido si se hubiesen hecho cosas más ‘lógicas’ y se hubiesen tomado decisiones más ‘normales’, como en Brasil; luego la conclusión es evidente: ciertas poblaciones de ciertas zonas o de ciertos países están condenadas a no superar ciertos estándares de bienestar porque superarlos supone caer en el déficit, en la deuda, en la inflación, … y para enderezar eso hay que adoptar medidas que implican retrocesos en el estándar de bienestar.
¿Qué le pasará ahora a Brasil? Pues que va a tener que emprender una ‘consolidación fiscal’ y va a tener que entrar en una ‘senda de reformas’, es decir, recortes de gasto público y retrocesos en prestaciones sociales. La alternativa a no hacerlo es convertirse en apestado de Los Mercados. La moraleja de estas elecciones es simple: ‘el pueblo’ de ciertas economías puede estar bien cuando puede estar bien, mientas convenga que esté bien, luego tiene que dejar de estarlo porque es necesario ‘hacer cambios’.
(Por cierto. Hoy muchos en Brasil y fuera de Brasil despotrican contra el que ya no será Ministro de Economía, el Sr. Guido Mantega, pero las hemerotecas están repletas de alabanzas a la persona de este Ministro durante la época del ‘Brasil va bien’. Eso también suele pasar).
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Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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