Juan Luis conduce un camión por la A3 "cuando hay clientes, que son
pocos. La mayoría aún no han salido del escondrijo. El miedo sigue en
el cuerpo, y el dinero asoma la cabeza con mucho tino. Antes conducía
un trailer, pero conforme han pasado los años el flujo de mercancías ha
disminuido a la par que se han consolidado en nuestros mercados, las
marcas de distribución y de logística más fuertes, es decir, un par de
multinacionales. Ahora hago trayectos cortos y con poco embalaje.
Suficiente para ir tirando. Esto, como otras muchas cosas, otros muchos
negocios en España, no dan para más. Pero me conformo con ir tirando"
Le pregunto sobre el pulso económico. El transporte siempre ha sido un
buen termómetro. En España, la mayor parte de la sangre económica ha
discurrido desde siempre por las arterias de caminos, carreteras y
autovías. "Hemos tocado fondo. El batacazo ha sido tremendo. Nos hemos
caído de la nube, del guindo. O mejor dicho, nos han bajado de la nube.
España es el país que es. Un país, es cierto, de emprendedores, de
ingeniosos, pero con pocos fundamentos empresariales, con pocas
empresas de gran proyección y generadoras de empleo. España cuenta con
una agricultura poco competitiva y escasamente rentable en términos
internacionales. Sólo podemos competir en turismo y servicios, ahora
que hay guerras y desmanes por muchas áreas del mundo..."
En su monólogo, Juan Luis dice "que lo que puede ser la gallina de los
huevos de oro, el turismo, también la mataremos tarde o temprano,
porque no hemos acomodado el sector servicios a las nuevas exigencias
de la clientela. Seguimos con muy malos hábitos y costumbres. Hay que
avanzar más"
Insisto y le vuelvo a preguntar por el pulso económico. "Seguimos
bajo los efectos de la resaca, bajo el síndrome de una falsa riqueza
engendrada al calor de la especulación inmobiliaria. Compañeros míos,
camioneros de toda la vida, han especulado con pisos, apartamentos,
plazas de garaje. Ahora han perdido las entregas a cuenta de esos pisos
y apartamentos y, también, el camión. En otras profesiones y segmentos
sucede lo mismo"
"¿Pulso económico? Muy lento, aunque perceptible. La gente no
quiere asumir que lo que ve es lo que hay y que lo que antes veía era
puro espejismo. Y lo que hay no es otra cosa que perseverar en el
trabajo, trabajo y trabajo. En lo que sea. Observo que ya nadie
desprecia trabajos, como se han despreciado en años anteriores. Tampoco
ya nadie aspira a sueldos de 3.000 euros, y mucho más, por estar
sentado delante de una pantalla o a los mandos de un camión. O en una
dependencia del Estado o de las Autonomías, tomando la sopa boba, que
es mucho mejor. Eso es historia"
"Debemos olvidarnos de nóminas y puestos fijos para acomodarnos a
lo que ya es el futuro, debemos acostumbrarnos a la incertidumbre. Yo
hoy tengo una carga para Valencia, pero mañana no se si la tendré. Hay
que seguir haciendo deberes y asumir que somos los que somos. Cuando la
conciencia colectiva haya pasado la criba y asuma cada uno su
condición, que somos lo que somos y no lo que nos gustaría; que sabemos
lo que sabemos; que valemos para lo que valemos, entonces las cosas
comenzará a ir mucho mejor"
"Es necesario que los políticos cumplan con su labor y que dejen de
pensar en la poltrona, que le dan los votos. El Gobierno de Rajoy tiene
la mayoría absoluta. Está haciendo muchas cosas y buenas. Por ejemplo,
la cura de adelgazamiento; el control de la resaca de unos años de vino
y de rosas, que han dejado esquilmado al Reino de España. Pero tiene
que hacer más, tiene que meter la tijera y el bisturí en las
Administraciones Públicas, por ejemplo. Debe pasar por alto términos
que nacieron muertos como el "austericidio", que es lo que esgrimen
quienes han despilfarrado y generado tanto caos y miseria en la España
de hoy. Sí, hay que ser austeros y racionales. Sólo así vendrá el
dinero extranjero. Sí, el dinero extranjero, el que siempre nos ha
salvado. Nuestra dependencia del dinero exterior es total. Ahora ha
comenzado a llegar a la Bolsa. También, al sector inmobiliario. No
podemos defraudar. Hay que seguir con las reformas"
Juan Luis se despide con un apretón de manos, convencido de que lo
que hay es lo que hay y de que hemos entrado en una nueva era
económica, social y política
Nos vemos en Twitter @MoisesssRomero
Moisés Romero
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