miércoles, 13 de febrero de 2013

Presente

Hace unos días recibí un mail. Era de un joven al que conocí hace unos años y con el que solía charlar.

“Mi nombre es (…), no sé si se acuerda de mi. Actualmente estoy cursando un máster en finanzas e inversiones en (nombre de una escuela de negocios británica de gran prestigio) y estoy preparando mi trabajo de investigación.
Como usted ya comentó sólo los ‘megacraks’ van a conseguir trabajo y ahora empiezo a entender todo aquello que me contaba ... después de enviar Curriculums, Cover Letters y hacer tests con más de 100 empresas (incluyendo entrevistas con bancos como Morgan Stanley y Royal Bank of Scotland) empiezo a entender el significado de "la generación perdida"...

Le escribía este e-mail porque a pesar de lo qué le he dicho, no me voy a rendir ya que mi ilusión es trabajar en banca de inversión así que quería preguntarle si después de todo lo que ha investigado sobre la crisis hay algún gap el cual yo pueda investigar y desarrollar como trabajo final de máster. Le estaría muy agradecido si pudiera darme alguna idea ya que si hay algo que aún no se sepa sobre la crisis y deba investigar”.

Mi respuesta fue breve: mi remitente lo tenía muy claro:
“Los CDSs: eso es una bomba y hay aún mucho que decir.
No, no te rindas”.

Como dijo recientemente Mme. Lagarde, dos de cada cinco parados tienen menos de 25 años; también, que esta crisis ya se ha llevado por delante 200 millones de empleos. Los jóvenes lo tienen complicadísimo, bien porque todos no son necesarios en términos de oferta de trabajo, bien porque lo son a un precio muy, muy bajo, bajísimo; y, ni aún así, lo son todos. Y revertir eso hoy pienso que equivale a ir contra la evolución de la Historia.

Se dice que los jóvenes tienen la ventaja de que no les importa moverse, irse a donde haga falta. OK, pero dejando a un lado el impacto emocional que ello pueda tener -una sociedad no pasa de estante a nómada en diez años- el tema reside en que si se van fuera para mejorar o si sólo se van para sobrevivir.
Pero de todo esto se habla poco, muy poco.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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