lunes, 10 de diciembre de 2012

¿Por qué la gente triste hace peores inversiones que las personas alegres?

Los investigadores de la Universidad de Columbia han encontrado una fuerte relación entre la tristeza y las malas decisiones financieras. En un experimento, varios grupos de participantes fueron invitados a responder preguntas acerca de diferentes opciones de inversión - por ejemplo, ¿está a favor de una inversión que produce ganancias rápidas inmediatamente, o esperará a invertir si tienen el potencial de ganar más durante un período de tiempo más largo?
El punto interesante es que algunos participantes vieron un vídeo lacrimógeno antes del cuestionario, mientras que el grupo de control rellenó el cuestionario con su propio estado de ánimo.
"A través de tres experimentos, el participante triste valoró el beneficio futuro entre un 13 y un 34 por ciento menos que los participantes con un estado sentimental neutral", dice el estudio. "Estas diferencias surgieron a pesar de que había dinero verdadero en juego y, aunque las tasas de descuento en la condición neutral ya eran altas."
Pero, ¿por qué?
La culpa es de la impaciencia inducida por la tristeza. A los científicos les gusta llamarlo "miopía" o "sesgo presente", que son dos mentalidades que se encuentran en las personas que sacrifican la oportunidad de ganar más dinero en el largo plazo a favor de la satisfacción inmediata.
En su libro "Ahorre Más Mañana", el economista de finanzas conductuales Shlomo Benartzi entra en detalles acerca de los peligros del pensamiento miope.
"Seducidos por la miopía temporal en sus años más jóvenes, muchas personas tienden a ahorrar para su jubilación demasiado tarde, a partir de los cuarenta y cincuenta años, lo que reduce sensiblemente la cantidad de dinero que tendrán disponible para su jubilación", escribe.
En definitiva, los inversores que pasan por un periodo de tristeza tienden a realizar sus inversiones para encontrar la rápida felicidad en vez de un óptimo rendimiento a más largo plazo.
La próxima vez que se sienta triste, por favor, si es posible, deje para momentos más felices las decisiones sobre grandes inversiones financieras.

Fuentes: Shlomo Benartzi - Mandi Woodruff

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