La situación en las últimas semanas ha cambiado sensiblemente, o mejor
dicho la percepción sobre la situación. La economista de Societe
Generale, Michala Marcussen, ha confeccionado una fantástica nota
señalando las piezas del puzzle para averiguar que va a suceder en
Europa en el corto plazo.
En primer lugar, Marcussen nos dibuja el marco de referencia. Hay una
expectación hasta cierto punto exagerada, ante la reunión del Banco
Central Europeo del 6 de septiembre. Pero antes hay todo tipo de
reuniones previas y los rumores están volando en la prensa.
El suspense irá en aumento mientras se acerca la reunión del 6 de
septiembre y los mercados esperan que se descubran ver las nuevas
medidas de estímulo no convencionales. Los medios están plagados de
debates sobre las distintas posibilidades y, de hecho, el ministro de
Industria italiano Passera criticó el lunes el exceso de "comunicaciones
incoherentes y perturbadoras que han dislocado los mercados.
Pero de todos, un mensaje ha quedado claro. Habrá más riesgo compartido
en la zona del euro, pero no sin condiciones. La condicionalidad es un
proceso político y tomará tiempo, una conclusión que es totalmente
coherente con curvas de tipos periféricas más pronunciadas, señala Joe
Weisenthal de Money Game.
Las conversaciones para solucionar la crisis de la eurozona están
todavía en curso, tanto dentro del BCE como entre los líderes europeos.
La canciller Merkel se reunirá con el presidente Hollande el 23 de
agosto, con el primer ministro Samaras el 24 de agosto, con Monti el 29
de agosto y con el primer ministro Rajoy, el 6 de septiembre -
casualmente el mismo día en que los mercados esperan que el BCE de a
conocer las nuevas medidas no convencionales que esbozó el presidente
Draghi el 2 de agosto.
Todavía no hay ningún modelo final. Marcussen expone los 5 puntos clave
a tener en cuenta para saber que hará finalmente el Banco Central
Europeo y si esta puede ser la medida que “cambie el juego” en la crisis
de deuda de la eurozona.
1. La condicionalidad es la clave. No hay manera de que los países
puedan conseguir una ayuda importante sin someterse a condiciones tanto
sobre los presupuestos como de supervisión. En esto, los alemanes
siempre han sido claros
2. El BCE sólo se centrará en los plazos más cortos. Esto lo dejó
claro el presidente Mario Draghi, y es consistente con la noción de
condicionalidad.
3. La compra de bonos por parte del BCE podría ser ilimitada. Draghi
dio a entender eso, e incluso el Bundesbank lo reconoce esto.
4. Compartir el riesgo elimina el riesgo. Siempre hay un riesgo, incluso en Alemania.
5. Al Bundesbank todavía no le gusta la compra de bonos.
Así que el plan todavía no está cerrado, pero hay una gran cantidad de pistas.
Preste mucha atención a las próximas reuniones entre los diferentes
líderes: Monti, Hollande, Rajoy, Merkel. Ahí es donde hay un montón de
trabajo político que engrasará los engranajes para el BCE.
Por último, Marcussen cree que todo esto es consistente con el último
tramo alcista de los bonos periféricos, con la consiguiente caída de sus
rentabilidades, siendo un efecto mucho más visible en los plazos más
cortos.
Fuentes: Joe Weisenthal - Michala Marcussen
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