Mucho antes de que se convirtió en noticia de primera plana, algunos
reputados Blogs como Comstock Partners ya estaban hablando de los
efectos corrosivos del desapalancamiento la deflación, la deuda
excesiva, la debilidad de la economías EEUU y de la economía mundial, el
"acantilado fiscal" en EEUU, la inverosimilitud de una solución
europea, la probabilidad de un aterrizaje forzoso en China y la
posibilidad de que las expectativas de beneficios empresariales fueran
demasiado altas.
Ahora todas estas historias negativas están diariamente presentes en
medios tan reputados como el Wall Street Journal y la palabra
"deflación" está siendo pronunciada por casi todos los analistas del
mercado.
Durante esta semana han salido a la luz multitud de artículos donde se
reflejan las revisiones de beneficios a la baja de las grandes
corporaciones, las muy malas perspectivas de crecimiento en Brasil, el
empeoramiento económico en China, las nuevas medidas de austeridad en
España e Italia, la decepción continua en los indicadores económicos de
Estados Unidos y más preocupaciones sobre el acantilado fiscal. Como si
eso no fuera suficiente, los medios han explotado por el" escándalo
Libor", el fraude de Peregrine Financial y las pérdidas de JP Morgan.
A la vista de estas perspectivas tan negativas, ahora obvias, la
pregunta que con más frecuencia se hacen muchos analistas en Wall Street
es por qué el mercado de acciones estadounidense ha caído tan poco, y
por qué parece tan resistente a las malas noticias.
En opinión de Comstock Partners, la reticencia del mercado a caer con
fuerza es típica de muchas caídas en el pasado y refleja un estado de
negación por parte de los inversores, aferrándose a algunos motivos para
mantenerse optimista. En la actualidad, las razones citadas con más
frecuencia son que el mercado está barato, que los beneficios
empresariales son fuertes y que la Reserva Federal, así como otros
bancos centrales, proporcionarán toda la liquidez necesaria para evitar
una recesión económica grave. Pero Comstock, así como una corriente cada
vez más grande de analistas, cree que cada una de esas evaluaciones es
errónea.
1. Es poco probable que se mantengan las actuales estimaciones de
beneficios para 2012 y el mercado no lo está descontando. La estimación
de beneficios operativos para el S&P 500 (aunque creemos que "los
beneficios reportados", son más relevantes) es de aproximadamente $104
para 2012 y $118 para 2013. Los alcistas lo único que hacen es
multiplicar esta estimación de BPA por 15 para darles un precio objetivo
para el S&P 500 de 1560. Diversos estudios, sin embargo, indican
que el método más relevante es el uso de una estimación de la tendencia
de beneficios reportados (GAAP). Actualmente, Comstock estima un
beneficio de $75 y sobre este escenario el mercado está sobrevalorado no
infravalorado. El problema es que las estimaciones de beneficios
futuros no suelen ser correctas. En mayo de 2008, por ejemplo, la
estimación para 2009 fue de $110, y, finalmente, fue de $57. En este
sentido, cabe destacar que si bien la temporada de presentación de
beneficios para el segundo trimestre apenas ha comenzado, 42 grandes
empresas ya dado previsiones por debajo sus estimaciones.
2. En el mismo sentido, creemos que la fe de los inversionistas en la
capacidad de los bancos centrales, incluyendo la Reserva Federal, para
evitar una recesión grave no es prudente. En el año 1999 y principios de
2000 tuvimos la llamada "Greenspan put", que se refería a la supuesta
capacidad de la Fed para evitar una recesión. A pesar de que no
funcionó, los inversores todavía tenían una gran fe en la llamado
"Bernanke put" en 2007, y ahora sabemos como de mal acabó todo. A pesar
del desastroso resultado en todos esos casos, los inversores parecen
tener ahora una gran confianza en los banqueros centrales. En nuestra
opinión, el desapalancamiento global de deuda y la deflación abrumarán
cualquier intento de los bancos centrales para evitar una recesión
grave, sobre todo cuando tenemos en cuenta que los bancos centrales ya
han utilizado su mejor arma, y tienen que depender de medidas no
convencionales y con dudosas posibilidades de éxito.
En los últimos cuatro grandes mercados bajistas el declive comenzó muy
lentamente desde su máximo y fueron salpicados por numerosos rebotes
alcistas, pero los bajistas consiguieron dominar la escena bursátil
finalizando solo tras una caída de pánico final. Existe la sospecha de
que ese mismo patrón podría estar sucediendo ahora.
Fuentes: Comstock Partners
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