Una vez más el economista, Nouriel Roubini, lo tiene claro. En un editorial escrito en la web Project Syndicate,
el profesor de la Universidad de Nueva York determina que Grecia "debe
abandonar" la Eurozona y seguir el camino de Islandia, aunque en
cualquier caso tanto España como Italia, como el sistema financiero
necesitarán ayuda del FMI, la UE y el BCE, recoge elEconomista.es
"El aplazamiento de la salida hasta después de las elecciones de junio
con un nuevo gobierno comprometido con las mismas políticas fallidas no
va a restaurar el crecimiento y la competitividad", asegura. Según
determina Roubini, Grecia se ha quedado atascada "en un círculo
vicioso de insolvencia", donde la pérdida de competitividad y el déficit
externo arrastran al país hacia una "profunda depresión".
Desde su punto de vista, la única manera de detener este hecho es
comenzar una quita ordenada y una salida de la Eurozona coordinada y
financiada por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo
Monetario Internacional. Esto "minimizaría los daños colaterales a
Grecia y el resto de la zona del euro", explica.
Ayuda para España e Italia
Roubini asegura que aquellos que consideran que el una salida griega de
la zona euro arrastraría a otros países a la crisis se encuentra en un
estado de "negación". En este sentido apunta que otros países de la
periferia ya cuentan con problemas al estilo griego con la
sostenibilidad de su deuda y la falta de competitividad.
"Portugal, por ejemplo, puede llegar a tener que reestructurar su deuda y salir del euro", aclara el conocido como Doctor Calamidad.
Además, economías potencialmente ilíquidas pero solventes, como Italia y
España, "necesitarán el apoyo de Europa, independientemente de si la
salida de Grecia se hace realidad", determina. "Sin el apoyo de esa
liquidez, es probable una profecía autocumplida sobre la deuda de estos
países".
Los recursos sustanciales del FMI, UE y la liquidez del BCE podrían ser
usados para evitar el contago a estos países y a sus sistemas
financieros. Aquí también asegura que "independientemente de lo que haga
Grecia, los bancos de la Eurozona necesitan ser recapitalizados
rápidamente, lo que requiere un programa directo de inyecciones de
capital en toda la UE".
Por último, Roubini señala el camino de Islandia y otros países emergentes en los últimos 20 años, que muestran
que la depreciación de la moneda y la reestructuración ordenada de la
deuda extranjera pueden devolver la deuda de los países a una senda
sostenible, recuperar la competitividad y el crecimiento.
"Como en estos casos, el daño colateral de la salida de Grecia será significativo, pero puede ser contenido", concluye.
"Como en matrimonio condenado, es mejor tener reglas para un inevitable
divorcio para hacer la sepación menos costosa para ambas partes. No se
equivoquen: un salida ordenada del euro de Grecia implica un importante
dolor económico. Pero observa la lenta y desordenada implosion de la
economía y la sociedad griega sería mucho peor".
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