Si finalmente Grecia sale de la zona
euro, Turquía debería tener la posibilidad de entrar, comentaban ayer
varios operadores con los que hablábamos.
En principio esta idea parecería algo atrevida, y fuera de toda lógica
en el momento actual, pero si analizamos detenidamente la economía de
Turquía, veremos cómo se encuentra en mucho mejor forma que la mayoría
de las economías de la zona euro.
Turquía y Polonia son dos de las economías emergentes en mejor
situación en todo el mundo, y con los mercados de valores más baratos,
como afirma en este artículo el prestigioso economista de WSJ, William
L. Watts.
Dos de las naciones que lucharon duro para estrechar los lazos con
Europa Occidental en los últimos años, ahora pueden sentirse felices de
que no obtuvieran todo lo que querían. Con las potencias tradicionales
de la Unión Europea sufriendo, los sólidos crecimientos tanto en
Polonia, como en Turquía, pueden ofrecer las mejores oportunidades de
inversión en la región.
Las economías emergentes de Europa son las más baratas de todas las
regiones del mundo, cotizan de tres a cuatro veces las ganancias. “Es
barato con respecto a cualquier otra cosa en el mundo ", dijo Sam Vecht,
jefe del equipo de renta variable de Europa Emergente de BlackRock Inc.
Turquía y Polonia asombraron a los observadores con su evolución
económica a raíz de la crisis financiera mundial que dejó a sus pares
regionales cojeando. Ambos se basaron en poblaciones jóvenes, en niveles
de deuda relativamente bajos y en la expansión de las clases medias,
para posicionarse como los "Nuevos Tigres" dispuestos a ayudar a
impulsar el crecimiento global futuro. Sin embargo, el alto desempleo,
la volatilidad de sus monedas y la dependencia de la inversión
extranjera, podrían penalizarlos, especialmente si la crisis de deuda de
la zona euro se sale de control, según los observadores.
Polonia fue el único país europeo en evitar la recesión en la crisis
financiera mundial que siguió al colapso de Lehman Brothers en 2008.
Desde el comienzo de la crisis, la economía polaca ha crecido un 15%, de
acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, superando sensiblemente
su rival más cercano de la UE, Eslovaquia, con el 8%.
Turquía no se escapó a la contracción post-Lehman, pero se recuperó con
fuerza de la recesión. Después de la contracción del PIB del 4,8% en
2009, Turquía volvió a la vida y el producto interno bruto creció un 9%
en 2010 y un 8,5% en 2011. A mediados del año pasado, la economía era un
9% mayor de lo que era antes de la crisis.
El índice polaco WIG 20 cae un 0,9% este año, y se ha reducido
aproximadamente un 23% en el último año. La bolsa de Turquía se comportó
mejor, con el índice de Estambul elevándose un 12,6% este año, y con
una pérdida del 8,8% en términos interanuales.
El mero hecho de que estos mercados estén baratos, no significa
necesariamente que sean una buena compra, señalan los analistas. Pero
los inversores pueden encontrar muchas alegrías en ambas economías.
Las economías de Polonia y Turquía tienen características similares.
Las economías de Polonia y Turquía tienen características similares.
Cada una todavía tiene una subclase rural significativa. Ambas tienen
un gran margen para mejorar la infraestructura básica mediante la mejora
de fábricas obsoletas, la construcción y mejora de las carreteras, y
así sucesivamente. Estas características las dota de un significativo
potencial de crecimiento.
Por ejemplo, la terminación de una carretera decente entre Berlín y
Varsovia puede aumentar considerablemente la productividad en Polonia,
destacó el economista Ryszard Petru.
En Polonia, el 13% de la población está empleada en la agricultura, que
representa sólo el 4% del producto interno bruto, según datos del Banco
Mundial. En Turquía, cerca de un cuarto de la población permanece en el
campo, y la agricultura representa el 9% del PIB.
Ambos países han sido testigos de monumentales transformaciones económicas.
Polonia atrajo oleadas de inversión extranjera directa, ya que las
empresas trataron de aprovechar la mayor economía nacional de Europa
central.
Polonia, que había servido como centro de la industria pesada para el
bloque del Este bajo el dominio soviético, logró sacar provecho de su
gran base industrial. Polonia se ha convertido en un centro para las
empresas alemanas, europeas y de otras naciones. Eso ha dejado a Polonia
con una economía relativamente equilibrada, con cerca del 40% del PIB
vinculado a las exportaciones, y con una demanda interna saludable.
Fundamentalmente, Polonia "tiene una estructura mucho más sólida que la
mayoría de los países en Europa occidental", dijo Vecht. "Tiene una
dura y trabajadora mano de obra"
A Turquía, que en la década de 1990 se la veía como un desastre
económico, también ha visto una transición rápida después de salir de
una crisis financiera en 2001. El Ministro de Finanzas de Turquía, Kemal
Dervis, supervisó una revisión que llevó a cambios radicales en las
regulaciones bancarias del país, e instaló un banco central
independiente.
Mientras que Polonia se erigía como la mayor economía entre los países
emergentes de Europa Central y Oriental, Turquía dominaba el sudeste de
Europa y el Medio Oriente.
Ambos países han sido elogiados por sus sistemas bancarios estables.
Las instituciones, en ninguno de estos países, tuvieron que cargar con
deuda de alto riesgo u otros activos tóxicos.
Ambos también han sufrido aumentos de la inflación, impulsada por el
aumento de los costes energéticos y de otras materias primas.
También hay grandes diferencias.
Turquía es mucho más grande - y más pobre - que Polonia. Hay cerca de
75 millones de turcos por 38 millones de polacos. El ingreso nacional
bruto per cápita de Turquía se situó en 9.890 dólares en 2010, según
datos del Banco Mundial, frente a 12.440 dólares para Polonia.
Turquía tiene un mayor déficit por cuenta corriente, casi el 10% del
producto interno bruto, dejándola más vulnerables a cambios repentinos
en el sentimiento de los inversores. Turquía está menos expuesta a las
exportaciones. El sector representa una quinta parte del PIB.
"Ahora, Turquía sólo tiene que concentrarse en el frente del déficit
exterior. Y me refiero a concentrarse para mantenerlo bajo control,
porque eso es un problema que Turquía tiene que sufrir por probablemente
otros 10 o 15 años", dijo Osman Cevdet Akcay, economista jefe de Yapi
Kredi en Estambul.
El déficit por cuenta corriente es en última instancia un problema de
ahorro y el problema de ahorro empezará a desaparecer a medida que
Turquía se haga mayor y más rica, dijo. "En este momento, tenemos un
entorno que es muy propicio para el crecimiento basado en la inversión."
También está la cuestión de pertenencia a la UE. Polonia se benefició
con la ayuda de Bruselas desde que llegó al club en 2004. Después de
numerosos retrasos y ásperos contratiempos, Turquía está tratando de
revitalizar su oferta para la adhesión a la UE.
Por ahora, ambos países están intentando retrasar las cosas.
Polonia se ha comprometido a reducir su déficit presupuestario al 3%
del producto interno bruto para el año próximo. Turquía está tomando
medidas para frenar su déficit por cuenta corriente.
Tampoco se espera que se produzca una explosión de crecimiento en el
futuro inmediato. El FMI prevé un crecimiento de Polonia de un 2,6% este
año y del 3,2% en 2013. Para Turquía se espera que aumente un 2,3% en
2012 y un 3,2% el próximo año.
Dicho esto, el consenso de economistas señala que es poco probable que
ambos países puedan escapar de una recesión si la situación en la zona
del euro se vuelve caótica, como otro pánico del tipo Lehman o algo
peor.
Parece que la clara conclusión que se puede sacar del análisis de
William L. Watts, es que es hora de invertir en Turquía y Polonia.
lacartadelabolsa
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