sábado, 26 de mayo de 2012

Fitch alerta de la huida de inversores internacionales de España

Fitch Ratings ha advertido de que la proporción de deuda pública en manos de inversores no residentes continuó descendiendo en España en el primer trimestre de 2012, según informó la agencia en un comunicado, en el que además espera que esta tendencia se prolongue durante los próximos trimestres.
Fitch explica que la marcha de los inversores internacionales de España e Italia se ha producido en un periodo en el que los bancos financiados por el dinero barato del Banco Central Europeo (BCE) han sustituido a estos inversores institucionales internacionales.
La agencia apunta que la marcha de los inversores no residentes se ha acelerado en España, donde estima que las tenencias deuda pública en manos internacionales, excluyendo la adquirida por el BCE con su programa de compra de deuda soberana, descendió un 34% en el primer trimestre de 2012 y en torno a un 40% a finales de 2011.
En el caso de Italia, este descenso ha seguido un patrón diferente al de España, ya que la presencia de los inversores internacionales era menor en el país transalpino antes de la crisis (alrededor del 50% del total en 2008) y su marcha no comenzó hasta el tercer trimestre de 2011. Actualmente, aunque el ritmo se ha ralentizado, los inversores siguen huyendo del país.
Fitch considera que existe un alto riesgo de que la huida de inversores en España e Italia continúe en los próximos trimestres hasta que se alcance una base más estable de inversores internacionales con un elevado apetito por el riesgo o bien mejoren las perspectivas económicas para estos países.
En este sentido, explica que este cambio en la base de inversores sigue una evaluación similar a la que tuvo lugar en Irlanda, Portugal y Grecia, los tres países de la eurozona rescatados, y refleja una "mayor aversión de los inversores" a los mercados de deuda periféricos.
Sin embargo, Fitch apunta que la marcha de los inversores internacionales se ha visto compensado por significativos flujos procedentes del Eurosistema de bancos centrales, reflejando el creciente uso de la liquidez del BCE por parte de las entidades españolas e italianas.
"El BCE ha cumplido una triple función de proporcionar financiación a los bancos, permitiéndoles aumentar las compras de deuda soberana para reemplazar a los inversores no residentes, apoyando la balanza de pagos de estas economías", subraya.
La agencia cree que si esta situación persiste, el BCE, y en caso de que sea necesario el fondo de rescate permanente, estará dispuesto para evitar una crisis de liquidez y dará tiempo a los soberanos a implementar las medidas de consolidación y las reformas estructurales, que deberían animar a los inversores internacionales a volver.
Sin embargo, advierte de que si esto no ocurre y no se logra compensar la marcha de los inversores no residentes, las fugas de capital reducirían la capacidad del crédito, poniendo bajo presión los costes de endeudamiento y forzando un ajuste económico más rápido, "lo que agravaría los problemas económicos de España e Italia".

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