En consecuencia, es probable en mi opinión, que el mensaje sea el
siguiente: "Es su elección: queremos que se queden en el euro (que no es
cierto pero hay que decirlo), pero no pueden hacerlo en sus propios
términos."
Si los griegos no ceden, entonces se quedarán fuera. Porque si no
reciben el dinero, no es que simplemente no puedan cumplir con sus
obligaciones de deuda (es decir, entrarán en suspensión de pagos), sino
que no serían capaces de cumplir con sus obligaciones de pago de
salarios, ni de las pensiones. Por otra parte, si sus bancos no pueden
obtener financiación del BCE, entonces su sistema bancario se
enfrentaría a una implosión. En ese momento, la única salida sería la de
pasar a un sistema en el que pueden recibir financiación de su propio
banco central - en otras palabras, salir del euro.
¿Entonces qué? Esperaría que se realizaran serios esfuerzos para
mantener unido el resto de la zona euro. Los cortafuegos se extenderán,
los mecanismos de rescate se incrementarían; se alcanzarían fuertes
compromisos en este sentido. Ni siquiera me sorprendería ver a Alemania
de acuerdo con algunos de los deseos de François Hollande. Durante un
tiempo, la crisis del euro podría disminuir, con los mercados decidiendo
si los miembros restantes podrían formar un bloque sólido. Y podrían
hacerlo. Pero lo dudo.
Aquellos que no hace mucho tiempo insistieron en que ningún país podría
abandonar el euro, ahora están diciendo, por supuesto, Grecia puede
hacerlo, y si lo hace, esto no tendría ningún impacto en la permanencia
de los otros países. Yo creo que están equivocados - de nuevo.
Mucho dependerá de lo que suceda en Grecia. Inicialmente, sería un
completo desastre. Y es posible que desencadenara en el caos y la ruina
económica, tal vez acompañada por la hiperinflación. Después de todo,
algunos países ya lo han hecho. Me viene a la mente Zimbabwe. Si eso
sucediera, la opinión de los defensores de la austeridad se vería
reforzada. En los países de la periferia habría un temor generalizado de
que si no se aplican con rigor estas medidas, podrían "terminar como
Grecia". Serviría como el ogro de la zona del euro, que se utiliza para
asustar a los países para que se traguen la desagradable medicina.
Sin embargo, cuando se está entre la espada y la pared, la respuesta
puede ser sorprendente. El gran peligro para el resto de la eurozona no
es que Grecia sufra un profundo desastre con su independencia monetaria,
sino que tenga éxito. Para que esto suceda, no es necesario que la vida
en las proximidades de la plaza Syntagma se convierta en un juego de
niños, sino que sólo tiene que ser mejor que la actual situación de
colapso económico sin posibilidad de alivio.
Supongamos que en un año o menos de la salida, la economía griega
empieza a recuperarse. ¿Cómo entonces los gobiernos de Portugal, España,
Irlanda e Italia, podrán convencer a su electorado de que no hay
alternativa a que la austeridad se extienda hasta el día del juicio
final? El juego se acabaría.
Es más, los mercados lo sabrían. Los depósitos bancarios huirían de
esos países para finalizar en los bancos alemanes, a través del
Bundesbank, reciclando los atribulados bancos de la periferia. En el
proceso, Alemania y los otros países del norte podrían terminar
asumiendo el riesgo de todo el sistema bancario de la Europa periférica.
Creo que mucho antes de esa etapa, ya sea el BCE o los alemanes dirían
"basta". En ese momento, con el riesgo de un colapso bancario, los
países periféricos no tendrían otra opción para financiar a sus bancos
que la emisión de su propio dinero - es decir, salir de la zona euro.
"La gente me pregunta a menudo ¿Por qué eres tan pesimista sobre la
zona del euro, no puedes ser más optimista?" Ellos no lo entienden. ¡Lo
que he esbozado es el escenario optimista! El escenario pesimista es que
el sistema actual se tambalee, con los países de la periferia
encerrados las próximas décadas en un escenario de depresión y
deflación. Soy lo suficientemente optimista para creer que, de alguna
manera, esto no va a suceder.
lacartadelabolsa
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