* - El País del 29.03.2012 publicó un interesante texto sobre Brasil; este: http://ow.ly/a8eok.
En cuanto lo leí se lo remití a la amiga brasileña de la que ya les he
hablado (recuerden: es alta directiva en una de las principales agencias
de tarjetas del país). Lean lo que me respondió (como siempre no ha
modificado ni una coma):
“Lo que no sabia, y me parece equivocado, es clasificar en una misma
clase las personas con unos ingresos entre 1.610 y 6.940. Existe un
abismo entre estos dos números. Considera que la salud publica no
funciona. Un ejemplo – te pueden tardar 4 años para marcar una cirugia.
Te puedes esperar en cola un día entero (de pié o si te apetece llevas
tu silla) para que te marquen una visita al médico.
Dicho esto, apunta: lo mínimo del mínimo 600 reales para pagar alquiler
o financiación de una vivienda básica 70m2. 500 reales para comer (con
que seas delgadito y no te guste mucho más que las calorias mínimas
diárias), 50 en luz (aprovechando lo que puedas la natural), 50 en água
(ducha de 3 minutos), 400 financiación de un coche popular, 300 en
combustibles (2 tanques al mes), 200 un plan de salud privado basico, y
otros 400 para lo que sea eventual – vestirte, medicinas, etc… es decir,
para vivir con un mínimo de dignidad serian necesários 2500 reales”.
¿El resumen?. ‘Si quieres que una estadística muestre cosas que se
aproximen a lo que te interesa, ¡adáptala!’ (pero no echen la culpa a
los estadísticos).
* - El pasado Jueves 5 Francia emitió 1.235 M€ de deuda con vencimiento
en el 2041. ¡Y se los compraron!. ¡Alucinante!. Ya no es el precio que
tuvo que aceptar para vender esa deuda: el 3,97% (el 1,96% para la que
vendió con vencimiento en el 2017), sino que alguien esté dispuesto a
comprar unos papeles que van a vencer dentro de 30 años, porque hoy, 30
años es la eternidad.
Absolutamente nada, ¡nada!, será en el 2041 ni parecido a como es hoy.
Posiblemente los Estados tal y como hoy los entendemos no existan ni sus
funciones sean las que hoy son. El modelo económico que estaremos
utilizando será otro, y la deuda -que dudo tenga igual conceptualización
que la que tiene hoy- tendrá otras finalidades y servirá para otras
cosas. Que las cosas no van a ser fáciles quedó reflejado en la
diferencia de precio con relación al 2017: 2,01 puntos, pero pienso que a
no ser que quienes compraron se muevan a niveles en los que se hablan
con otras palabras, no veo el negocio de comprar esos papeles si se
espera seguir conservándolos hasta el 2041.
Para que se hagan una idea: en términos de dinámica histórica, y si
esta continúa comportándose como en los últimos siglos, el 2041 será
conceptualmente equivalente a los años próximos a 1797.
* - Pienso que ya está bien de ligar ‘crisis’ y ‘oportunidad’ y de
decir que ‘una crisis no es más que una nueva oportunidad’. Cierto, el
aumento de los precios del crudos entre 1973 y 1979 inició un camino en
la búsqueda del incremento de la productividad en el uso del petróleo, y
La Guerra de los Seis Días sentó las bases para que hoy tengamos los
superlativos smartphones que tenemos, pero, por favor, ¿alguien puede
decir que oportunidad le supone la actual crisis a, por ejemplo, un
inmigrante de un país latinoamericano en el 2001 que llegó a España
huyendo de la miseria y que estuvo colocando parquet doce horas al día
siete días a la semana durante siete años y que hoy malvive con una
prestación no contributiva y realizando, cuando le salen, chapuzas que
cobra tarde y en negro?.
Alguien dirá que mi ejemplo se trata de un caso extremo, y yo digo que
no. Para Nestlé, por ejemplo, esta crisis seguro que ya está siendo una
oportunidad y más lo va a ser porque le va a permitir reestructurarse,
reconvertirse, reorientarse, redefinirse, básicamente porque es una
entidad que es referente y que se halla saneada, pero para bien o para
mal no todas las empresas del planeta son Nestlés.
Pienso que hay que olvidar el significado en griego de la palabra en
cuestión. Dígase que una crisis sistémica es inevitable, pero no que
supone una oportunidad, o sí, pero para tal persona o para cual otra.
Que les pregunten a los supervivientes que quedan -a cada día menos- las
masas de desahuciados que generó la Depresión cuantas oportunidades les
supuso el estallido de aquella crisis.
* - Titulares de la prensa del día 8 de los corrientes: (Este es de El
País, pero hubo muchos como este): “Interior y Justicia endurecerán el
Código Penal a través de una decena de reformas”. En Catalunya se
produjeron días antes por manifestaciones realizadas por algún miembro
del Gobierno de la Generalitat. El problema que tienen ideas como las
que se derivan de estos titulares son las posibles consecuencias y el
hecho de que quiera igualarse situaciones que sería muy discutible que
lo fuesen.
Porque no nos engañemos. Es muy fácil, muy sencillo, muy de recibo
empezar persiguiendo a un grupo de individuos que destrozan dos
comercios, tres farolas y cuatro objetos del mobiliario público en una
manifestación contra la caza del pato silvestre en el Sur de Canadá, y
acabar prohibiendo cualquier tipo de manifestación contra el desperdicio
impune de caudales públicos por parte de gobernantes desaprensivos o
contra la malversación de los ahorros de decenas de miles de jubilados
por parte los directivos de una entidad financiera. Es muy fácil
delictivizar cualquier tipo protestas a fin de evitarlas y poder dar
cualquier explicación a cualquier tipo de medida. Pienso que la
asimilación que hizo el Sr. Ministro del Interior entre grupos que
protestan y guerrilla urbana es un sin sentido, a no ser que el Sr.
Jorge Fernández estuviese pensando en grupos Tupamaros o Montoneros.
Es decir, ojo con lo que se prohíbe porque las limitaciones de las
manifestaciones públicas van que ni pintadas en momentos de penuria en
los que gentes democráticamente elegidas imponen decisiones no
democráticamente escogidas: se dicta la ley, perdón, se promulga. Se
aprueba en el Parlamento (para eso las mayorías absolutas van que ni
pintadas). Se pone en práctica y, por tal ley, se encarcela a un grupo
de ancianos que se habían sentado en una calle para dar a conocer que su
pensión no les da para comer, y si encima la sentada impide el acceso a
un lugar público la pena tiene agravante. Y por cierto: ¿alguien ha
reparado en que declarar delictiva la resistencia pasiva equivale a
calificar a Gandhi de delincuente?.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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