* - De nuevo. ¿Dónde estaban todos los que ahora dicen ‘Esta es una crisis sistémica’, ‘Esta crisis se parece a la Gran Depresión’, ‘La crisis va a hacer que se modifique la forma de ver la economía’. ¿Dónde estaban y qué decían hace dos, tres años?.
Esto también tiene que ver con lo que muchos de esos dicen ahora: ‘La solución a la deuda europea está en los BRICs’, ‘Los BRICs son los que nos van a ayudar a salir de la crisis en la que estamos’, ‘El espectacular crecimiento de los BRICs tirará fuerza de la economía mundial’. Recuérdenlo bien para cuando llegue el derrumbe de los BRICs. Ya lo hemos hecho: analizar la estructura del PIB de los BRICs: dependencia, commodities, especulación y humo, y corrupción, pero en eso los BRICs tienen compañeros de viaje. Pienso que los BRICs han sido el invento útil para cuando ya no quedaba casi nada: los Tigres Asiáticos se han convertido en otra cosa; los Dragones Asiáticos se quedaron en proyecto a medias; había que inventar otra cosa que diera de sí. Los BRICs son lo que son y tienen lo que tienen: oportunidades de negocio y sí, las commodities que ‘B’ y ‘R’ tienen, las tienen, pero no soñemos cosas que, pienso, no serán.
¿Horizontes de futuro?, ¿Actores globales?. Como ya hemos comentado aquí pienso que habría que mirar con más detenimiento a los países árabes; no a todos por igual, claro, pero si con atención. ¿Por qué motivo?, porque desde pasado mañana van a ser de los poquísimos que van a tener pasta (los que la tienen, claro), y eso es un punto a considerar.
* - ‘España está perdiendo protagonismo en los foros internacionales’, se está diciendo. Pienso que la afirmación debería ser: ‘A España le están quitando el protagonismo que por conveniencia se le dio a mediados de los 90’. Piénsese, estructuralmente, en términos productivos, en valor añadido generado, ¿en qué ha cambiado la economía española en relación a entonces?. España -no sólo, no sólo- era tierra virgen para hacer cierto tipo de negocios: unos que iban a dar mucho beneficio, y de rebote ‘España iría bien’. Aquello acabó y el protagonismo de ha diluido. En palabras llanas: España ya no está de moda (sí, también lo hemos dicho), aunque técnicamente se dijese ‘The party is over’.
* - Pagar a la demanda de trabajo para que aumente; pero eso se hizo ya, ¿no?, y, ¿qué resultados dio?.
* - El País del 31.10.2011 publica en su Pág. 19 un trabajo altamente interesante sobre un tema que cada vez irá a más pero del que no necesariamente se hablará más, más bien pienso que cada vez se hablará menos: es feo y sin glamour alguno: la desigualdad de la renta está aumentando en España: los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez son más pobre. Un fenómeno que, pienso apunta a ser creciente en todas partes.
¿Qué ha sucedido?. Varias cosas. Por un lado, cada vez hace falta menos factor trabajo para generar PIB en los sectores primario y secundario; por otro, el consumo de servicios se halla muy relacionado con la renta y con la capacidad de endeudamiento. En España -que tradicionalmente siempre ha mostrado carencias mayores que los países de su entorno- las distribuciones menos malas de la renta se dieron entre el 2003 y el 2007, cuando ‘España fue bien’: alta ocupación en la construcción, rentas familiares sostenidas, acceso al crédito, consumo creciente de servicios, reducción del desempleo juvenil, elevadas entradas de turistas, …; cuando esa fase se acabó la disparidad de rentas comenzó a aumentar.
En el actual mundo postglobal, con la pléyade de instrumentos que brindan las TICs para utilizar la oferta de trabajo de todo el planeta (y no sólo la oferta de trabajo de baja cualificación: eso es un mito cochino), lo único que puede esperarse es la caída de las rentas salariales y la concentración de la renta en los colectivos imprescindibles y que generen mayor valor, lo que confirma la tendencia ya iniciada en los 70: el declive, por innecesaria, de la clase media. Lo único que podría mitigar esta tendencia sería una política fiscal mundial que redistribuyese los ingresos, algo que no es esperable teniendo en cuenta la creciente escasez de recursos, el crecimiento demográfico y la necesidad decreciente de factor trabajo.
Luego viene la utilización interesada de los datos objetivos. En el 2010, en España, el 20% más rico de la población ostentaba la propiedad de una renta que equivalía a 6,9 veces la del 20% más pobre. Primera pregunta, ¿cuántos integrantes del primer 20% generan 6,9 veces más valor que cuántos integrantes del segundo 20%?. Más. Una diferencia de 6,9 veces se produce cuando la renta media del 20% más pobre es de 8.400 euros anuales y la del 20% más rico es de 57.960; pero también cuando la del primer 20% es 18.000 y la del segundo 124.200.
Es decir, en la diferencia de rentas los niveles de ingresos de los más pobres son esenciales para mostrar tal diferencia: cuanto menores sean las rentas de la población pobre mayores diferencias cualitativas habrán, pero tampoco la distribución de la renta entre los más ricos es igual: en ese 20% más rico conviven rentas de 62.000 euros y de 186.000, y convendrán conmigo que no es igual una que otra; y si solo fuese eso …
El problema reside en la tentación: como la recaudación tiende a la baja porque la actividad tiende a la baja, grávese más a quienes más tienen, pero hasta un punto: los ricos podrán escapar a la regla porque para ello existen instrumentos totalmente legales, acabando la película en otra vuelta de tuerca a la fiscalidad de la clase media de mayor salario.
En resumen, la desigualdad tiende al alza porque la clase media tiende a la baja y la política fiscal tiende a la mínima expresión en un mundo postglobal e hiperconectado. ¿La alternativa?, una revolución, pero eso ya no está de moda.
* - Círculo vicioso ya: España no crece porque se ha cortado el crédito, y porque debe un porrón, y porque no es competitiva debido a que su productividad es baja; pero para que España reduzca su tasa de desempleo España debe crecer, y ocupando población activa generará PIB; pero el déficit está donde está y los compromisos son los que son, por lo que el crecimiento se ve afectado al tener que ser el gasto público reducido y al caer los ingresos públicos. Todo eso se resume en una idea muy simple: en España como conjunto, lo que entra es menor de lo que sale más lo que se debe, y eso es un mal rollo.
* - Esto es España, sí, esto es España (aquí). ¿Es así cómo España va a ‘salir de la crisis’?. En su momento: cuando sucedió, cuando abordé este tema lo dije, ahora lo repito: con ser malísimo que ocurra algo así, lo más peor es que no haya más remedio, que tenga que pasar. A las pruebas me remito. Esto es España, efectivamente (aquí).
* - ¿Vienen tiempos duros?. A veces es posible cuantificarlos. El suplemento de Cataluña de El País de ayer, en su Pág. 3, publica una entrevista al Sr. Jorge Fernandez Díaz, candidato del PP por Barcelona. En un momento de la misma el Sr. Fernández Díaz dice: “(…) En 1996 cuando llegamos al Gobierno tuvimos que funcionar con las cuentas prorrogadas durante medio año y, por tanto, se había gastado ya una parte muy importante. Y aun así pudimos ahorrar 200.000 millones de pesetas de la época”. Haciendo un calculito se ve que esos cientos de miles de millones de pelas equivalen a 1.200 millones de euros teóricos de 1996, más o menos unos 1.700 millones de euros del 2011, una cantidad respetable, sin duda, pero de chiste en comparación con los 36.000 millones de euros -del 2011- que hay que recortar ahora. Para redondear, 18 veces más que entonces.
Quienes tengan memoria para recordar recordarán lo que supusieron aquellos recortes, recortes que vinieron acompañados de una reforma fiscal muy espacial que favoreció a las rentas del capital. Bien, si entonces España y el mundo se hallaban ante una fase expansiva -virtual, pero de eso se quiere ser consciente ahora- y aquellos recortes tuvieron los efectos que tuvieron, ¿podemos imaginarnos la hecatombe que supondrá ahora, en una fase depresiva, un recorte de 36 miles de millones de euros en el deprimido escenario económico español?. El entrevistador tituló la entrevista con la frase “Los recortes serán dolorosos” dicha por el entrevistado; la pregunta es automática: ¿sólo dolorosos?. (Claro que otro miembro de otro partido (mayoritariamente mayoritario), ¿hubiese respondido algo diferente a esas preguntas?).
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS. School of Management. Universidad Ramon Llull.
No hay comentarios:
Publicar un comentario