martes, 6 de septiembre de 2011

El lobo que nunca se fue

Otro flash para reflexionar.

El BM, el FMI, dicen que las cosas se pueden torcer, los Gobiernos aún callan y ponen en marcha medidas para ‘calmar a los mercados’. Que nadie se engañe: las cosas no se pueden torcer porque ya llevan torcidas desde mediados de los 70, se enderezaron falsamente en los 90, virtualmente en los 2000, y ahora vamos de chapuza en chapuza sabiendo que era y es un enderezamiento ficticio: levantar un castillo en la arena, escribir un verso en el agua, prender un lienzo de humo en el aire con alfileres de papel. A partir de ahí …

Ni las cosas se pueden torcer ni se pueden calmar a los mercados. La Depresión fue inevitable tal y como las cosas se habían estado haciendo desde el Pánico de 1907: ni bien ni mal: como había que hacerlas, lo mismo que ahora. Se haga lo que se haga la crisis ha de seguir su curso: por eso vamos a peor; pero aún toca decir que algún milagro es aún posible; para después decir que no lo fue, ya.

Lo diremos otra vez: no corremos el peligro de que se desate una nueva recesión: es la continuación de la precrisis que empezó a manifestarse en Septiembre del 2007, es la continuación de la crisis que comenzó en Mayo del 2010. Entonces, ¿por qué ahora estas advertencias?, pues porque las cosas se van a poner mucho peor, muchísimo peor: en Otoño, en Invierno.

Y no, también lo hemos dicho, pero repitámoslo de nuevo: los eurobonos, no. ¿Verdad que sería absurdo que una compañía que tiene unos problemas de muerte emitiera bonos conjuntamente con otra que tampoco está bien pero dispone de unas posibilidades mayores?, pues eso. No tiene sentido que hoy Alemania o los Países Bajos garanticen, sea en el porcentaje que sea, los bonos que emitan los PIIGS, y no porque Alemania no tenga problemas: los tiene, en el cajón, muchos: cuando le dejen de comprar; pero ni aun así: cuando Alemania esté manifiestamente mal, ¿se imaginan cómo estarán los PIIGS?.

La respuesta es no. Claro que si las condiciones cambian y se pasa a otra estructura operativa, a otra administración de recursos, a otras formas de hacer … Pero entonces estaríamos hablando de otra cosa, de una cosa de la que aún no toca hablar.

Menudo papelón el que les toca a quienes salen en las ondas, en las pantallas y en los papeles diciendo que no, pero que tal vez … sí; menudo papelón. Me pregunto si podrán escoger o les dirán como en la mil: ‘Ud., voluntario’.

(Pienso que el que a Grecia se le pida el 50% para comprarle deuda sólo tiene una lectura: ‘sé que no me vas a pagar y quiero tener un lugar destacado cuando negociemos’; que una entidad financiera tenga una ¿morosidad? del 19% sólo indica que va a poder cobrar bastante poco de lo que le deben; que empiece a hablarse abiertamente de ‘nueva recesión’ por parte de quienes decían que la recuperación estaba a la vuelta de la esquina hay que entenderlo en el sentido de esto-ya-no-hay-quien-lo-pare. Pienso que ahora la pregunta ya es: y mañana, ¿qué?).

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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