El próximo jueves 29, el Parlamento alemán votará sobre la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. El debate que se ha abierto en el país es realmente importante, y los partidos en la oposición están realizando fuertes críticas a la coalición de gobierno. De aprobarse esta ampliación por Alemania y el resto de estados miembros de la euro zona, el fondo pasará de 440.000 millones de euros a 780.000 millones euros. Las garantías que ofrece Alemania se incrementarán de 120.000 millones de euros a 253.000 millones.
No es simplemente una cuestión monetaria, que también, por lo que esta ampliación está teniendo tanta oposición entre la ciudadanía del país germano. Por un lado, sus ciudadanos entienden que están financiando los desmanes de países (Grecia, Irlanda, Portugal) que han tenido una actuación económica cuanto menos cuestionable. Es difícil para un alemán estar de acuerdo con que su gobierno doble su aportación al fondo de rescate para salvar a un estado como el griego, con claros síntomas de corrupción política.
Pero no es simplemente una cuestión moral. La agencia de calificación S&P ha advertido que un fortalecimiento del paquete de rescate de la zona euro, podría afectar los ratings de la deuda de países como Alemania o Francia. Ya no es sólo que más dinero para los griegos es moralmente inaceptable para los alemanes, sino que ellos mismos podrían verse afectados económicamente por una rebaja de su deuda. Si esto se votara en referéndum la negativa a la ampliación sería clara.
Los que apoyan una mayor implicación de Alemania en la crisis de deuda periférica, argumentan que este país por un lado se ha beneficiado por la exportación de sus productos a estos países ahora en crisis, con lo que tiene un compromiso para ayudarles, y lo que es más importante, en caso de dejarlos a su suerte, tanto el sector bancario del país, como la economía en general, se verían seriamente afectados. La teoría del mal menor.
El problema reside en si Alemania puede hacer frente a todos los posibles rescates que se tengan que llevar a cabo (parece unánime el pensamiento de que la ampliación del Fondo de Rescate no solucionará el problema).
El economista danés Claus Vistesen, especialista en macroeconomía, ya contestó a esta pregunta. Sí, podría, pero esta capacidad decrecería según su economía se resienta.
Alemania podría sacrificar sus activos en Asia, Latinoamérica y el resto de países emergentes, para utilizar todo su poder en financiar a la Europa periférica. Pero esto no es una solución viable en el largo plazo.
Como dice Vistesen, la capacidad de apoyo alemán vendrá dada por su evolución económica. ¿Y cuál será está? Los últimos datos macro indican que tanto la economía francesa como la alemana se están desplomando en los últimos meses, y se encaminan hacia la contracción.
La Asociación de Banca Privada de Alemania rebajó recientemente sus estimaciones sobre el crecimiento del PIB alemán en 2011 al 2,8% desde el 3,0%, y lo que es más preocupante, al 1,1% desde el 2,3% en 2012. Es fácil entender en este contexto a los ciudadanos alemanes, y a su oposición de incrementar su aportación al fondo de rescate europeo.
El verdadero problema de esta situación es que no hay salida clara. Si no se apoya el incremento del Fondo de Estabilidad, Grecia muy probablemente entraría en default en el futuro cercano, con consecuencias no predecibles en el sector bancario alemán. Pero un apoyo de la extensión del fondo no garantiza el final de la crisis, siendo más que probable que se tuvieran que hacerse aportaciones adicionales. Esto dañaría el rating de la deuda alemana, con el riesgo sobre su propia economía.
No creo que sea una cuestión de aclarar las cosas a los ciudadanos alemanes. Creo que realmente nadie lo tiene claro.
fuente: http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/alemania_el_inicio_de_la_solucion_o_del_problema
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