lunes, 1 de agosto de 2011

USA

Imaginen un escenario, este: Supongan que la calificación de la deuda USA hubiese sido y fuese a ser esta:

Junio 2009: AA+
Junio 2010: A
Junio 2011: A-
Junio 2012: A
Junio 2013: A
Junio 2014: A

¿Qué pensarían?. ¿Qué harían?. ¿Qué deducirían?.

Bien, añadan al razonamiento anterior la consideración de que USA tiene un ratio de deuda sobre PIB del 100%.

Y sumen la obviedad de que la deuda USA se halla denominada en dólares.

Ahora añadan la calificación que en teoría corresponde a una deuda en fundión de su tasa sobre PIB:

AA: 40%
A : 50%
BBB: 60%
BB: 80%
B: 120%
CCC: 150%

Yo me paro aquí. Uds. que son muy inteligentes sumen dos y dos.

(Elecciones: aquí (en USA están metidos en un follón de muerte y nadie pide elecciones ????, y que nadie diga eso de que ‘el modelo de Gobierno es diferente’). El 20 N (el 36 aniversario del fin cronológico del Franquismo, curioso), a partir de esa fecha, algún Gobierno se formará (continuaré pensando que lo mejor sería un Gobierno de concertación nacional, pero parece ser que, de momento, será más fácil mezclar agua y aceite). Se verán caras nuevas y en la tele saldrán personas diferentes, vale, ¿y?.

Con otro Gobierno, ¿dejará España de deber 4 B€?, ¿desaparecerá la porquería que las entidades financieras tienen en sus armarios?, ¿aumentará la productividad española?, la estructura de PIB, ¿pasará a ser otra?, ¿se crecerá a más del 2% para crear la suficiente ocupación para que se reduza la tasa de desempleo que España luce?, ¿definitivamente bajará la tasa de pobreza española por debajo del 20%?.

‘Mejorará la confianza’, dice el del fondo. ¿Seguro?. ¿Qué es hoy ‘la confianza’?. España es una hormiga que representa el 2% del PIB del planeta, una hormiga, además, muy, muy, dependiente, y, recuerden, muy, muy, endeudada. El actual Gobierno del reino o cualquier otro, pienso que tiene que estar a lo que se le diga y seguir por donde se le marque, el de España y el de todas partes: estamos en una fase postglobal de la Historia.

Otra vez: esta es una crisis sistémica, y la salida tiene que venir a través de medidas diseñadas por técnicos y aplicadas por todos los afectados por la crisis, es decir, todos; pienso qué el color de quienes firmen los papeles es lo de menos. Ahora bien, si se quieren ver a otras caras en la pequeña pantalla y otros nombres en los periódicos, pues vale).

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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