Después de seis meses escudriñando los entresijos del aeropuerto de Ciudad Real, que se enfrenta a demandas por 213 millones de euros (como publicó ayer EXPANSIÓN), los administradores concursales se han hecho una composición de lugar de por qué está en concurso.
La conclusión es clara: el megaproyecto que se vendió como alternativa al aeropuerto de Madrid no tenía un plan de negocio y financiero serio. Además, el objetivo era, primero, vender su terrenos adyacentes y, después, todo el complejo para lograr plusvalías.
- Orígenes. “El aeropuerto nació del impulso de la Diputación Provincial de Ciudad Real y de la Cámara de Comercio”, señala el informe concursal presentado ante el titular del juzgado Mercantil de Ciudad Real, Amalio de Juan Casero, al que ha tenido acceso EXPANSIÓN. En diciembre de 2002, sus gestiones permitieron que el Ministerio de Fomento autorizara la construcción declarándolo de interés regional. La sociedad se constituyó en 2001.
- Diseño. “Desde el punto de vista conceptual, el modelo se diseña casi de forma perfecta. Se crea un centro de transporte intermodal para los viajeros y mercancías”. El aeropuerto contaba con la baza de estar al lado del AVE (se proyectó un apeadero que no se ha construido) y que se localiza en el centro de la Península.
La intervención de Caja Castilla-La Mancha y la retirada de la oferta de compra marcan su final
Los administradores detectan ya las primeras pegas: “El volumen de inversión final previsto para que funcione como tal centro intermodal no se encuentra en ninguno de los planes conocidos, sólo existen estudios del lado aire (aeropuerto) y estimaciones de la estación del AVE (...). No obstante, el suelo logístico aparece como el motor de los planes de negocio”.
El informe resalta que “el valor estimado para el suelo desde los orígenes (reducido drásticamente por el perito concursal) tiene que cubrir la inversión y el déficit de explotación e, incluso, es generador de beneficios”.
En esta fase, comienzan los problemas porque los propietarios deben cambiar la ubicación del centro por estar situado en una Zona de Especial Protección para las Aves, lo que obliga a modificar todo el proyecto. Obtener la declaración de impacto ambiental definitiva lleva cuatro años, hasta 2006.
Vienna International Airport, el operador del aeropuerto de la ciudad austriaca y que era el socio industrial, se sale del proyecto en 2003.
- Construcción. Las obras se iniciaron en 2006. “Comienza una etapa del aeropuerto que en sí misma es negocio para algunos propietarios”, señala.
“Los créditos a corto plazo obtenidos para la construcción junto con la aportación de capital son suficientes para abordar la construcción. Nadie piensa en las siguientes inversiones necesarias para completar el proyecto y afrontar el modelo de explotación concebido, el de aeropuerto secundario de Madrid”, añaden los administradores.
En esta etapa, los socios no logran cerrar una estructura financiera del negocio. Las entidades, como BBVA, lo rechazan. “Con el aeropuerto casi terminado (2008) y a punto de comenzar la actividad, se arrastra una importante deuda con los proveedores. Deuda que no puede ser abonada debido a que no se conceden nuevos créditos”.
Entonces, “el suelo aparece como el mayor de los activos, pero no para soportar los costes y el déficit, sino para que, acompañando al aeropuerto y una vez operativo, pueda venderse a inversores interesados” y obtener plusvalías. Paralelamente a la construcción, se busca comprador y, para no entrar en concurso, la empresa inicia una cadena de ampliaciones de capital, todas ellas prácticamente sin cubrir, pero que “sirven para mantener la expectativa de cobro de los proveedores”.
- Inicio de los vuelos. En esta etapa, se realizan nuevos gastos, “sin tener fondos propios y sin crédito”, pero que “son necesarios para presentar un aeropuerto que impresione a los nuevos inversores”. Los vuelos se inician el 19 de diciembre de 2008. Desde ese día y hasta el 30 de abril, fecha prevista para que entren los inversores árabes (se habló con fondos de Abu Dhabi y Dubai), “la sociedad debe aguantar con el crédito de los proveedores”. “De esta estrategia, que parte del consejo de administración, participan la totalidad de los socios”, concluyen los administradores.
Todo se va al traste cuando el Banco de España interviene Caja Castilla-La Mancha, el gran financiador. Los árabes se retiran y se insta el concurso.
Situación actual
- Los administradores dirigen desde junio el aeropuerto. Su objetivo es mantenerlo abierto a toda costa.
- Hablaron con los proveedores para recuperar su confianza y negociaron con las aerolíneas la apertura de rutas. Vueling es la única empresa que opera (recibe ayudas de 2,3 millones de las administraciones), tras la marcha de Air Berlin y Ryanair.
- Lograron un crédito puente de Caja Castilla-La Mancha con vencimiento en octubre para lograr liquidez.
- La empresa ha propuesto un expediente de regulación temporal para la plantilla de 90 empleados.
fuente: http://www.expansion.com/2011/01/03/empresas/transporte/1294094458.html
Se supone que fue AENA o Fomento quien dio luz verde a esta salvajada, ¿no?
ResponderEliminarHasta un adolescente se hubiera echado las manos a la cabeza con un proyecto tan absurdo...un aeropuerto en Ciudad Real!
Qué país de mangantes, listillos y jetas es España.
El problema es que luego, o sea en épocas negras como la actual, todos pagamos la factura, incluidos los que llevamos bien nuestros números.
La dictadura hizo tanto daño que aún se siente en las maneras de hacer negocios (y favores) y en la ineptitud, a veces interesada, de la administración.