viernes, 3 de marzo de 2017

“Último aviso: deje de enredar con las divisas, las commodities y demás. Las manejan tres…”

"Leí hace unas semanas que Trump llamó a su ministro de Defensa (¿?) pasada la media noche para preguntarle si era bueno para USA un dólar fuerte o un dólar débil. Le contestó, dicen, que ni idea, que llamara al responsable económico. Desconozco si lo llamó o no y si, en caso afirmativo, qué le respondió. Pero es fácil. La respuesta es depende para qué y para quién. Te cuento esto, porque si alguien poderoso no lo remedia, las apuestas globales, que ya el año pasado se hicieron a favor de un dólar fuerte, pueden ser uno de los grandes fiascos de este año recién estrenado. Ni economía creciente, ni alzas de tipos de interés, ni inflación, que asoma. Cuando un mercado, como el de las divisas o commodities (por no referirme a las Bolsas) está en manos de tres bancos centrales, cuyos pensamientos y actuaciones sólo conocen uno o dos grandes bancos de inversión supranacionales, lo mejor es dejar de enredar en estos mercados y optar por otros juegos. Por ejemplo, el mus. Perdemos la memoria financiera con facilidad, porque nos dominan los impulsos ¿cuántos han perdido las pestañas con el petróleo el año pasado? ¿recuerdan que todos decían que se el precio se iba por debajo de los 20 dólares sí o sí? Pues ha sido no o no. Lo mismo con el dólar. O con la Bolsa española, me decía ayer el presidente de una sociedad de valores. Añadió:
"Nunca fue tan difícil ganar dinero en los mercados como ahora y ellos pese a las ayudas milmillonarias de los bancos centrales. Parece como si todo estuviera agotado. El dinero, no obstante, sigue inquieto, con ganas de moverse. A nuestras oficinas llegan cada vez más inversores y especuladores preguntando por el mundo de las commodities, ya sabes, el oro, el petróleo, el maíz, el aceite, el zumo de naranja y demás, ahora que vuelve con fuerza el factor geopolítico, que tanta influencia tuvo antaño (y no ahora) en el mercado del petróleo. Las divisas y las commodities constituyen un mundo muy complejo y menos popular que las Bolsas. De ahí nuestra prudencia a la hora de recomendar. Es una actividad, en cualquier caso, vieja. Aún recuerdo, en mis años de parqué en la Bolsa de Madrid, a un padre y su hijo, ambos avezados ¿o atrevidos? cantando y contando las maravillas de invertir en petróleo. Los dos, padre e hijo, se arruinaron en unos meses. Ya no los vimos más en el viejo salón de operaciones de la Bolsa de Madrid. En cualquier caso, la atención de nuestros clientes, su interés por este mercados crece...
Retomo un enlace de mayo del año pasado. No tiene desperdicio (creo):
La lucha por obtener dólares está teniendo repercusiones en los mercados globales, al elevar los costos que las empresas y las entidades financieras no estadounidenses tienen que pagar para protegerse de las oscilaciones de la divisa.
Las compañías japonesas que se endeudan en dólares a cinco años han tenido que pagar una prima de hasta 1,05 puntos porcentuales anuales sobre las tasas de interés, la más alta desde 2008, cuando estalló la crisis financiera, según los datos de Thomson Reuters elaborados a partir de swaps de divisas de base, un derivado que se utiliza a menudo para cubrir los riesgos cambiarios. Las empresas europeas están pagando este mes hasta 0,58 puntos porcentuales, un nivel que no se veía desde 2012.
El alza del precio de los dólares prestados fuera de Estados Unidos subraya las corrientes que están agitando los mercados en un momento caracterizado por el derrumbe de los precios de las materias primas y la divergencia de las políticas de los bancos centrales de las economías desarrolladas. Mientras que el Banco Central Europeo y el Banco de Japón siguen adelante con sus medidas de estímulo, la Reserva Federal de EE.UU. subió su tasa de interés de referencia en diciembre.
Y éste otro: ¿Cuanto dinero hay en el mundo?  Al principio, hace milenios, la gente cambiaba cosas por otras cosas, o en algunos casos por servicios: tu me dabas algo tuyo que yo necesitaba (o hacías algo para mi) a cambio de otra cosa mía que tu necesitases. Como habréis adivinado esto es lo que se conoce “técnicamente” como trueque y como también podréis suponer hace muchos siglos que dejó de utilizarse por la incomodidad y los inconvenientes evidentes que suponía.
      ¿El sustituto del trueque? Se buscó una cosa fácilmente fraccionable, fácilmente transportable, relativamente escasa y cuya cantidad no fluctuara demasiado ni demasiado rápidamente y también que no fuera demasiado fácil de conseguir. A esto se le dio un valor ficticio y convertible en bienes. Habitualmente eran metales preciosos, pero también fueron otras cosas que cumplieran esas condiciones, por ejemplo, en el antiguo imperio egipcio  muchas veces se hacían pagos a los soldados con sal, la cual era tan escasa y útil que valía su peso en oro: de ahí viene, a través de los romanos, la palabra salario.
Y con eso se inventó el dinero.
Y ahora, a meditar lo que ha sucedido después
twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero
Moisés Romero

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