Fuertes caídas hoy en las bolsas europeas, en una jornada en el goteo a la baja ha venido más por una ausencia significativa de papel finalista que por una excesiva presión vendedora. Pocas referencias macro y microeconómicas de interés. Destacaríamos en Asia el PMI del sector servicios en China en enero (53,1 vs 53,4 anterior) y las ganancias laborales en Japón en diciembre (+0,1% frente +0,4% esperado). En Europa lo más relevante fueron los excelentes pedidos de fábrica en Alemania en diciembre (+5,2% frente +0,7% esperado), y la confianza inversora de la zona euro en febrero (17,4 igual a lo esperado). En EE.UU. únicamente destacar el índice de tendencias de empleo de The Conference Board en enero (130,04 frente 129,73).
Aprovecharemos esta tranquila jornada desde el punto de vista de noticias financieras, para publicar un interesante análisis de situación realizado por los analistas de Link, en el que explican los distintos escenarios a los que se enfrentan los mercados bursátiles. Veamos:
Tras el fuerte rally alcista que experimentaron tras las elecciones estadounidenses, los principales índices bursátiles europeos y estadounidenses han entrado en una fase de consolidación, en la que llevan semanas moviéndose en un estrecho rango de precios. La clave ahora es determinar si los índices romperán nuevamente al alza o corregirán antes de retomar la tendencia alcista. Ante esta disyuntiva, creemos conveniente enumerar los argumentos que a día de hoy encontramos a favor y en contra de invertir en la renta variable occidental.
La clave es determinar si los índices romperán al alza o corregirán.
A favor:
i) Los últimos datos macroeconómicos publicados en Europa y EEUU muestran que estas economías están creciendo a buen ritmo, en muchos casos el más elevado en varios años.
En Europa economías como la francesa comienzan a dar síntomas de recuperación, mientras que el desempleo sigue bajando en toda la Zona Euro, y en EE.UU. se sigue creando empleo a un ritmo elevado y, tal y como mostraron el viernes las cifras publicadas, muchas personas están volviendo al mercado de trabajo, lo que muestra su confianza en poder conseguir un empleo. Los índices de confianza tanto empresariales como de los consumidores se han situado igualmente en los últimos meses a niveles de máximos multianuales, lo que apunta a que la economía en la región va en la buena dirección;
ii) Por su parte, la inflación, a pesar de haber rebotado con fuerza en los últimos meses como consecuencia de la recuperación de los precios del petróleo, sigue bajo control. Así, en EEUU no han aumentado las presión en los salarios (siguen creciendo a un ritmo moderado del 2,5% en tasa interanual), mientras que en Europa la subyacente sigue débil, por debajo del 1%. Además, los bancos centrales de Japón, EEUU, Reino Unido y la Zona Euro han restado importancia a la reciente subida de los precios, explicando la misma por el efecto base en el precio del petróleo, que hace un año alcanzó niveles inferiores a los $ 30 el barril. Todo apunta, por tanto, a que las máximas autoridades monetarias mundiales están dispuestas a mantener por ahora y por bastante tiempo sus políticas monetarias ultralaxas;
iii) Ello conlleva que los tipos de interés, a pesar del reciente repunte que han experimentado, se mantendrán a niveles muy bajos en términos relativos históricos, lo que hará que el atractivo de la renta variable siga siendo superior al de los bonos o al de los depósitos bancarios.
Aunque el argumento de que la renta variable no tiene competencia en términos de atractivo parece un poco “manido”, la realidad es que otros tipos de activos o están muy caros (bonos) o no ofrecen prácticamente ninguna rentabilidad (depósitos bancarios);
iv) Por último, están las empresas. En lo que llevamos de temporada de presentación de resultados, muchas se han mostrado relativamente optimistas en el devenir de sus negocios.
Los planes de la nueva Administración estadounidense de implementar políticas fiscales agresivas y reducir la regulación gustan a las empresas, que esperan que este tipo de políticas terminen sustituyendo a las monetarias en todo el mundo desarrollado a medio plazo. Además, tanto en Europa como en EEUU parece que los beneficios empresariales vuelven a crecer tras un par de años de atonía, lo que es positivo para las valoraciones. Por último, señalar que las compañías europeas cotizan a múltiplos razonables en términos relativos históricos, sobre todo si se tiene en cuenta la rentabilidad que ofrecen los bonos de referencia.
Trump es el principal argumento en contra de una subida de las bolsas.
En contra:
i) El principal argumento en contra de la inversión en renta variable en estos momentos es político. La nueva Administración estadounidense está generando muchas dudas por la forma de actuar, que puede ser catalogada de impulsiva, improvisada y amateur, pero sobre todo, de poco convencional para lo que se estila en política. Además, la cohesión de la Zona Euro sigue puesta en cuestión tras el brexit y debido al fortalecimiento a extrema derecha (países ricos) y a extrema izquierda (países menos ricos) de los partidos políticos de corte populista que abogan por abandonar la región y/o la divisa única. En este sentido, recordar que en los próximos meses se celebrarán las elecciones presidenciales y legislativas en Francia, y las generales en Holanda y Alemania, siendo muy factible que también se celebren las generales en Italia. El resultado de las mismas puede cambiar el mapa político de la región y generar nuevas tensiones en sus mercados;
ii) Además, Grecia sigue sin salir definitivamente del hoyo en el que lleva metida más de un lustro, sin alcanzar un acuerdo definitivo con sus acreedores para culminar el plan de rescate y recibir las ayudas que necesita sin falta antes del verano. Por tanto, la “crisis griega” sigue latente aunque por ahora los inversores la están dejando de lado;
iii) Las valoraciones de muchas cotizadas en EEUU dan un poco de miedo al estar a niveles muy exigentes. Si Wall Street corrige estos excesos vemos muy complicado que las bolsas europeas no sufran en consecuencia;
iv) La amenaza de una guerra comercial provocada por la Administración Trump, algo que sería muy desestabilizador para los mercados financieros mundiales, empezando por los de divisas y acabando en los de renta variable.
Por tanto, creemos que hay argumentos sólidos en ambos sentidos, aunque nosotros preferimos ver el “vaso medio lleno” a medio plazo. Sin descartar que los mercados puedan corregir con cierta intensidad en los próximos meses, creemos que la inercia de crecimiento de las principales economías occidentales es sólida y difícil de hacer descarrilar a pesar de la política y los políticos, y que el “compromiso” de los bancos centrales sigue vigente, por lo que creemos que la tendencia alcista de las bolsa continuará, y vemos cualquier corrección como una oportunidad de incrementar posiciones. Por todo ello, mantenemos el diseño de nuestra cartera de renta variable expuesto a principios del mes de enero: así aconsejamos mantener una parte relevante de la cartera (entre un 30 y un 35% aproximadamente) en valores que salgan favorecidos del escenario “reflactario” de mayor crecimiento e inflación y de tipos algo más elevados como los bancos, los industriales y los ligados con las materias primas y la energía. Además, destinaríamos cerca del 20% de nuestra cartera a valores de corte defensivo, HOY más atractivos que hace unos meses tras los recortes que han experimentado, grandes generadores de caja, con visibilidad de resultados y que ofrezcan una elevada rentabilidad por dividendo. El resto lo mantendríamos en liquidez, liquidez que nos permitirá ir adaptándonos a los acontecimientos.
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