sábado, 14 de enero de 2017

El estándar de vida de los pensionistas

Hace un par de días recibí un mail desde Alemania:
“Buenas tardes. El otro día vi esto y creo que podría interesarle. Fue retransmitido en la ARD, la televisión pública alemana el pasado 16 de Noviembre, trata sobre la pobreza en la tercera edad en Alemania. El reportaje comienza con la historia de un hombre que según cuenta ha trabajado desde 1968 hasta 2014 sin pausa, mas allá de un periodo de tres meses sin empleo, tras lo cual una vez jubilado percibe una pensión de 900 euros que apenas le da para vivir. Más tarde, interviene un sociólogo (Stefan Sell) que aporta un dato demoledor. “Jeder, der weniger als 3000 Euro brutto verdient, könnte im Alter arm sein” Esto es, todo aquél que esté ganando (ahora) menos de 3000 € brutos mensuales, podría ser pobre en la tercera edad.


Le dejo el enlace en el que, aparte del vídeo, viene más abajo la transcripción del mismo. http://www.daserste.de/information/wirtschaft-boerse/plusminus/altersarmut-rente100.html 
En esto de la economía hay muchas cosas que no logro entender, y esta es una de ellas. Supongo que mucho tendrá que ver el hecho de que, según el país, el límite a partir del cual a alguien se le considera pobre es distinto. En cualquier caso, lo que quería comentarle es que yo, que trabajo 30 horas semanales y un 40% de lo que gano son propinas, es decir, dinero negro que no figura en ninguna parte ni por el cual cotizo, muchas veces he oído comentarios del tipo “búscate otra cosa, trabaja más horas, que ya me dirás la pensión que te va a quedar el día de mañana” de gente que A) no creo que gane 3000 € brutos mensuales y B) no creo que haciendo ese tipo de comentarios sean conscientes de que quizá ellos también vayan a recibir una pensión ridícula como yo, si es que algún día la recibimos”.
Mi respuesta fue:
“Según los respectivos PIBs pc de Alemania y España, 3.000 € en Alemania equivalen a 1.925 € en España, pero en España el salario moda se situó en 1.375 € mensuales en el 2014, último año del que se disponen datos oficiales. (El salario medio se sitúa en 1.640 €, la diferencia entre ambos radica en que los salarios bajos tienen un mucho mayor peso). A partir de aquí deduzca Ud. lo que va a suceder en España. (para que se haga una idea, a Marzo del 2016, la pensión media en España era de 899 €, 1.037  € la de jubilación. http://economia.elpais.com/economia/2016/03/22/actualidad/1458644632_840364.html).  
Pues no, a definición de ‘pobre’ se halla estandarizada en toda la UE: lo es toda aquella persona que percibe unos ingresos por debajo del 60% de la renta mediana (30% para la pobreza severa). En España la renta de pobreza se situaba en el 2015 en 1.400 € mensuales para un hogar con dos adultos y dos niños. (http://www.rtve.es/noticias/20161017/aumenta-riesgo-pobreza-espana-mientras-europa-recupera-niveles-previos-crisis/1426762.shtml).  
En España va a haber dentro de nada graves problemas para poder pagar las pensiones, pero esos problemas se darán en todos los países porque hace tiempo que no se dan los supuestos que se hicieron cuando tras la II GM se puso en marcha el sistema de pensiones: pleno empleo, salarios crecientes ajustados a la inflación, … y eso se está viendo en los ingresos por cotizaciones y en pensiones crecientemente más elevadas que se han de pagar de personas que en su día cotizaron por importes mucho más elevados por los que cotizan quienes ahora lo hacen. Es decir, el sistema de pensiones que hemos conocido es insostenible, por ello, y entre otras razones, se impondrá la renta básica: una especie de ingreso medio que absorberá subsidios y pensiones y a partir de aquí que cada cual se las componga como pueda.
Su caso como ejemplo: por la cantidad que está cotizando piense la pensión que va a tener, pero a eso ha de añadir sus expectativas de ingresos futuros, y tener en cuenta su actual capacidad de ahorro y la esperada. Y estamos hablando de un país locomotora, imagine que sucederá en otros como España”.
Lo que tantas veces les he comentado: si no tienen un patrimonio suficiente y si pueden por posibilidades y por salud, no se jubilen a no ser que estén dispuestos a perder poder adquisitivo.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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