Ayer comentábamos la primera parte del
análisis de situación que recientemente publicó M&G Valores, y en el
que se reseñaba que los beneficios corporativos tanto en Europa como en
EE.UU. habrían alcanzado suelo. Este será un factor imprescindible para
apoyar el próximo movimiento alcista en tendencia de la renta variable.
La subida de los beneficios, sobre todo en el entorno europeo, se
apoyará a su vez en el fin de un escenario económico deflacionista, el
cual ha golpeado a las economías del viejo continente, y a sus empresas,
en los últimos años.
M&G Valores en la segunda parte del
análisis al que hacíamos antes referencia cree que el fin del escenario
deflacionista afectará positivamente tanto a la renta variable como a la
renta fija. Veamos:
Los últimos datos de inflación
en la eurozona confirman la consolidación de un incipiente repunte de la
tasa general de inflación. Después de más de un año y medio fluctuando
alrededor del 0%, en septiembre se ha situado en el 0,4% que supone su
nivel más alto desde finales de 2014. El hecho de que la tasa subyacente
(que excluye energía y alimentos) se mantenga todavía bastante estable
parece indicar que de momento el repunte responde fundamentalmente a la
subida de los precios del crudo en los últimos meses. Previsiblemente,
sin embargo, en los próximos meses se consolidará un suave aumento de la
inflación que nos vaya acercando a medio plazo hacia el objetivo del
BCE del 2%.
Este movimiento está favoreciendo un
cierto cambio de expectativas que tiene su reflejo en los mercados
financieros. En particular se aprecia un incipiente repunte en los
plazos largo de las rentabilidades de los bonos, más perceptible en
EEUU, pero que se ha trasladado también a Europa e incluso Japón. Quizás
es prematuro asumir que estamos en el inicio de una tendencia
sostenible, pero existen indicios diversos de que la fase de riesgo
deflacionista empieza a quedar atrás. No esperamos, en todo caso, un
repunte muy intenso en las rentabilidades especialmente en Europa. La
situación en la eurozona apunta a un repunte muy gradual de la inflación
en los próximos 2-3 años y un crecimiento más bien modesto de la
economía. Creemos que las rentabilidades negativas irán desapareciendo
poco a poco pero de momento esperamos que se estabilicen en la banda
0,0%- 0,5% en los países “core” y en la banda 1,0%-1,5% en España o
Italia.
Las consecuencias para la bolsa europea de unas mayores expectativas de inflación pueden ser también importantes:
- Se refuerza la idea de que los beneficios empresariales estarían tocando fondo tras 5 años de recesión/estancamiento.
- Se aprecian síntomas de que finalmente
podemos estar entrando en una fase de mejor comportamiento relativo de
la bolsa europea vs bolsa americana dado el fuerte diferencial de
valoración.
- Rotación desde sectores defensivos
hacia sectores más cíclicos: Industrial, Construcción, Autos, Consumo
cíclico, Energía, Seguros, Recursos Básicos y finalmente…. ¿Bancos?
- La fuerte correlación observada en los
últimos meses entre el índice sectorial bancario y las rentabilidades
de los bonos a largo plazo apunta a que el sector bancario estaría entre
los grandes beneficiados de un repunte de las rentabilidades.
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