jueves, 22 de septiembre de 2016

“BANCOS, todos los años surgen productos-trampa. El repertorio se ha agotado. Toca repetir…”

"La historia de los productos financieros se repite. Todos los años, sin excepción, hay una enganchada provocada por un producto, generalmente desconocido, o conocido, pero no leído ni entendido, que lanzan los bancos o los intermediarios financieros. O las Administraciones Públicas, Corporaciones o Ayuntamientos. Este año, no obstante, hay una repetición de la jugada, como si el repertorio se hubiera agotado. Ha influido mucho la presión del Regulador y, por supuesto, la admisión a trámite por los Jueces de denuncias contra productos financieros. Desde hace ya varios meses algunos, los más puestos en la materia, nos hablan de los CoCos. La verdad es que el nombre, por sí mismo, asusta. Es difícil de explicar el término, pero me quedo con la pregunta lanzada por uno de mis clientes ¿serán los CoCos los nuevos productos.trampa? Vemos que a la vuelta del verano se han intensificado las emisiones de estos productos por gran parte de la comunidad bancaria internacional. Barclays, por ejemplo, ha sido una de las últimas entidades en sumarse a la oleada de emisiones de bonos contingentes convertibles, conocidos comúnmente como cocos. Es la fórmula encontrada por la banca para reforzar sus ratios de capital, ya que estas emisiones computan en el ratio de capital Tier 1, el de máxima calidad. El momento es propicio al calor de la estabilidad que proporciona el BCE al mercado de deuda y después de que el mercado ya encajara la sacudida que causó Deutsche Bank en el mes de febrero, cuando se temió que sus pérdidas llegaran a anular el pago de cupón de este producto, lo que finalmente no sucedió..."
 

"Barclays captó 1.500 millones de dólares en ‘cocos’, con un cupón del 7,875% en una operación que sigue a las realizadas en el último mes por UBS, Royal Bank of Scotland y Standard Chartered, según datos recopilados por Bloomberg. Barclays consigue así reforzar capital después de que los test de estrés realizados a la banca europea a finales de julio revelaran que la entidad tendría un ratio de capital de máxima calidad (CET1) del 7,3% en el escenario adverso, un nivel ajustado para un banco considerado sistémico. Barclays quedó así en el punto de mira de los inversores junto a otros bancos como Unicredit, Commerzbank y Deutsche Bank, con ratios de capital inferiores al 8% en el escenario adverso.
El suizo UBS ya ha realizado en el año dos emisiones de cocos, una en marzo por 1.500 millones de dólares y otra en agosto por 1.100 millones y un cupón del 7,25%. También han emitido bonos contiengentes convertibles este mes Standard Chartered, con 2.000 millones de dólares y un cupón del 7,5% y Royal Bank of Scotland, por 2.650 millones y un cupón del 8,625%..."
"Pero la pregunta sigue siendo la misma ¿serán los CoCos los nuevos productos trampa", me dice L.P. asesor financiero, que me facilita el siguiente enlace:
El Blog Salmón lo explica muy bien:
Los CoCos son bonos convertibles contingentes que son un tipo de convertibles. Los bonos convertibles en general son bonos híbridos entre deuda y capital donde se paga un interés al inversor y, adicionalmente, existe la opción de convertir estos bonos en acciones de la empresa o banco que los ha emitido. Los bonos convertibles normales suelen dejar el poder de conversión en manos del inversor, ya que, si cuando vencen los bonos no quiere convertirlos, el emisor devolvería el dinero al inversor, repagando su deuda, como una deuda normal.
Con los bonos convertibles contingentes, esta conversión de bonos en acciones está sujeto a algunas condiciones establecidas en el momento de su emisión, condiciones que quitan de las manos de los inversores el derecho o no de convertir.
Los CoCos han entusiasmado a los reguladores y a los bancos tan necesitados de capital y, como consecuencia, la condición establecida más común para forzar la conversión es que el nivel de capital baja por debajo del nivel mínimo establecido. Este entusiasmo se debe a que tanto los reguladores como los bancos buscan reforzar el capital de estos y les atrae mucho bonos que se convierten en capital en el momento que el banco más lo necesita.
Como consecuencia, cuando se efectúa, esta conversión tendrá el efecto de reducir el nivel de deuda de la entidad en la cantidad del bono y aumentará su nivel de capital por la misma cantidad, automáticamente mejorando el ratio de capital del banco.

Para los emisores
Para el emisor de estos bonos convertibles contingentes la conversión forzada de deuda a capital se establece cuando el nivel de capital de la entidad baja por debajo de un nivel establecido, esta es una forma de mejorar la capitalización de la entidad emisora.
Como en esta situación la conversión es forzada y no voluntaria, estos bonos son considerados como un tipo de capital desde el día de su emisión cuando se calculan los niveles de capitalización de la entidad. Para un banco este cálculo puede ser muy importante, ya que tienen niveles mínimos de capital exigidos por los reguladores. Las empresas de rating también consideran los CoCos como capital y mejoran sus niveles de rating.
La más alta rentabilidad antes de su conversión, comparado con deuda normal, amplía el número de inversores que estarían dispuestos a invertir en la entidad, mejorando las posibilidades de que la entidad se financie. Siendo deuda, el nivel más bajo del interés, comparado con el costo de capital, también mejora las rentabilidades sobre capital del banco.

Para los inversores
Invertir en estos bonos es una forma de conseguir rentabilidades fijas durante su plazo, ya que se recibe el pago de intereses establecidos en la emisión.
Como la conversión de bono a capital es forzada, el inversor considera esta inversión más cercana a capital pero, como recibe el nivel de interés durante el periodo, el inversor recibe mejor rentabilidad, comparado con otra deuda, mientras mantiene su condición de bono, es decir, mientras no se fuerza la conversión.
La desventaja para el inversor es que la conversión es forzosa y no tiene la posibilidad de decisión contraria. Además, como las contingencias que fuerzan la conversión suelen ser cuando el nivel de capital del emisor baja por debajo de un nivel, es decir, que está en situación más complicada que cuando se invirtió, la deuda se convierte en capital en el momento más difícil para la entidad. Si las cosas van bien el tenedor recibe el interés, aunque sin contar con los beneficios que pueden haber sido generados por mantener capital.
Es decir que, mientras las cosas van bien, el inversor recibe rentabilidad como si invierte en bonos pero, si las cosas van mal, su inversión se convierte en capital. Recibe rentabilidad de deuda y asume riesgo de capital, sin la correspondiente rentabilidad. Si el inversor quiere capital, podría comprar acciones y recibiría esa aumentada rentabilidad por el aumentado riesgo, eso si, perdería la rentabilidad de los intereses de los bonos.
Estos bonos son más interesantes para los emisores, las empresas y los bancos, especialmente los que más están necesitados, pero no necesariamente ofrecen al inversor un adecuado equilibrio entre riesgo y rentabilidad.
twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero
Moisés Romero

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