Recientemente un alumno presentó y expuso en clase un trabajo en el que, entre otros, figuraba el interesantísimo gráfico que viene a continuación.
Como pueden observar el gráfico muestra, para una serie de países de la UE, el nivel del salario mínimo en euros mensuales (12 pagas) y el nivel de desempleo de cada uno de esos países. (Antes de seguir recuerden que hay un montón de expertos que dicen que uno de los frenos para que se reduzca el desempleo es el nivel del salario mínimo existente).
Una primera ojeada al gráfico cuestiona el mito: economías como la de Luxemburgo, Bélgica, etc., muestran una relativamente reducidas tasas de desempleo (para lo que se ve en otros escenarios) y a la vez niveles de salario mínimo muy elevados.
Luego hay otras: República Checa, Lituania, Estonia, … con una también relativamente reducida tasa de desempleo que se ven acompañadas por un nivel de salario mínimo más bien reducido.
Y luego están España y Grecia que juegan en otra liga al combinar tasas de desempleo enormes con niveles de salario mínimo que son más elevados que los del segundo grupo pero mucho menores que los del primero.
Lo que puede concluirse es que es el nivel de valor añadido y la estructura del PIB junto a la existencia de una demanda de trabajo suficiente, lo que determinará el nivel de desempleo, y que la cuantía del salario mínimo será la consecuencia de la realidad económica de cada país. Que Croacia pretendiera tener el nivel de salario mínimo que tiene Luxemburgo sería un absurdo porque sería insostenible, pero a la vez, el nivel de desempleo de Luxemburgo es fruto de su modelo productivo que genera muchísimo más valor que el de Croacia.
Quienes argumentan que reducir el salario mínimo aumenta la demanda de trabajo olvidan lo sucedido entre el 2002 y el 2008: entonces había demanda de trabajo porque de necesitaba trabajo, y nadie criticaba el nivel de salario mínimo, entre otras razones porque su importancia era menor; pero ahora que su peso en la escala salarial está aumentando …
(Cierto: habría que haber ponderado los salarios mínimos de los países por sus PIB pc, y habría tenido que considerarse el subempleo. Pero escasamente habrían cambiado los números finales; en todo caso pienso que habrían empeorado los niveles de los países que ya los tienen pobres).
Escasos días después una alumna presentó otro gráfico en el que se abordaban las mismas variables: salario mínimo y desempleo, pero en esta ocasión restringido a los jóvenes:
Como pueden apreciar la correlación entre salario mínimo y desempleo, pura y simplemente no existe: países con salario mínimo elevado o muy elevado tienen un reducido desempleo juvenil, y al revés: países con un alto desempleo juvenil tienen bajos salarios mínimos. Claro: aquí habría que considerar la economía informal y el subempleo, y el trabajo en negro; pero también las horas trabajadas y no pagadas: los jóvenes saben mucho de eso.
Y también: la correlación aumentaría sensiblemente eliminando los puntos aberrantes a fin de reducir la dispersión: como España, como Grecia, como Italia, como Portugal: los PIGS. ¿Irlanda? Los jóvenes irlandeses, desde 1845 – 1849, están acostumbrados a irse, a emigrar.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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